8/21/2013

Otra vez la burra al trigo



Manú Dornbierer / Satiricosas

Fausto Fernández Ponte fue uno de los periodistas más inteligentes, preparados e informados que he conocido en estos 40 años de patinaje en las resbalosas pistas del periodismo político. Fue durante muchos años corresponsal en Washington del periódico Excélsior, donde cubrió la fuente presidencial de Estados Unidos. También fue corresponsal enviado de guerra en distintos puntos del planeta, entre ellos Vietnam, Etiopía y Angola. En suma conocía a los gringos al derecho y al revés. En 2007 regresó por enfermedad a su natal Veracruz, aunque viajaba constantemente a Estados Unidos donde radicaban sus hijos. En 2008, el gobierno se negó a renovarle su visa por considerarlo un “personaje peligroso”.

Y él, que no era amigo del ingeniero Jorge Díaz Serrano, director de Petróleos Mexicanos de 1976 hasta 1981, se dio perfecta cuenta del momento en que se planeó dentro del gobierno la estrategia de minar y desacreditar paulatinamente a Pemex para poder entregar nuestro petróleo so pretexto de impotencia, sin la oposición del pueblo de México. Y al ver que las mafias del poderen ese momento la de Fox–, querían entregar el petróleo de regreso a las compañías privadas mundiales que obviamente “se mochan” con los políticos, escribió la mejor y más imparcial descripción de lo logrado en tres años por JDS. Escribió Fausto:

“Nuestro país en ese momento había iniciado un programa petrolero y petroquímico exitoso. Se habían inaugurado las refinerías de Salina Cruz y Tula, lo que nos permitiría ser exportadores de petrolíferos y petroquímicos, además de que iniciaba la gran producción de petróleo crudo en Cantarell, lo cual nos colocaba como un jugador importante en el ámbito petrolero. En petroquímica habíamos pasado de una producción de 3 millones de toneladas a 10 millones y estaba instalando 12 plantas más que nos permitirían una producción de 20 millones de toneladas. Cangrejera y Pajaritos eran los complejos petroquímicos más grandes del mundo, con alta tecnología, diseñados y construidos por mexicanos auxiliados por el IMP, Instituto Mexicano del Petróleo. Nada se descuidaba. En el sector eléctrico se había terminado el Sistema Hidroeléctrico de Chicoasén y, entre otras, contábamos con las termoeléctricas de Tula y Salamanca, mismas que se instalaron junto a las modernas refinerías. Contábamos además con la industria petroquímica privada que se desarrollaba al mismo ritmo que la industria paraestatal. No había conflicto y crecíamos en ese momento a 6 por ciento de PIB acumulado, a pesar de un crecimiento demográfico cercano al 3 por ciento. Hoy, en estos 22 años de “liberalismo económico” –de Miguel de la Madrid a Vicente Fox– crecimos 1.5 por ciento en promedio y el mejoramiento de la relación PIB/POB sólo ha sido de 0.96 por ciento de la mitad de los sexenios anteriores al neoliberalismo económico”.

Y hoy va otra vez la burra al trigo, después de que uno tras otro, los entreguistas presidentes neoliberales han intentado convencer a los mexicanos que suelten amablemente y sin panchos la enorme fortuna que es el petróleo. Pero no lo logran porque los mexicanos sabemos que, como le decía a Carmen Aristegui uno de los expertos en petróleo que entrevistó: “No hay mejor negocio en el mundo que vender petróleo con una empresa que funcione bien. Y el segundo mejor negocio es vender petróleo aun con una empresa que funcione mal”.

Un poco de historia


Como todo mundo es tan joven en este país y muchos que  ya no lo son fueron en estas últimas décadas “reprogramados” por el neoliberalismo internacional voraz y corruptor y dado que los mexicanos son conocidos por su mala memoria + valemadrismo = ignorancia, hay que recordar las circunstancias históricas en que se tomó la decisión de regresar el petróleo de México a compañías privadas extranjeras aliadas o no a nacionales.
1. El banderazo se dio cuando Miguel de la Madrid Hurtado, uno de los titulares de la Secretaría de Programación y Presupuesto, inventada por José López Portillo, presidente de 1976 a 1982, devino en “el tapado”, su heredero para que fuese a su vez el titular del Ejecutivo de 1982 a 1988. Y con MMH  entró al gobierno el hombre que mangonea la viciada política hasta la fecha: Carlos Salinas de Gortari y familia, padre rico y poderoso que se decía capo di tutti capi, y hermanos.
2. MMH empezó la política neoliberal de privatización de los bienes del país comandada por el FMI y el Banco Mundial, con las compañías de aviación. Y vimos el resultado: Mexicana de Aviación (con Aeropostale),  la primera línea aérea del continente, desapareció engullida y destrozada por un Azcárraga, por supuesto, Gastón el de los hoteles Fiesta Americana, y ni quien lo toque. De Aeroméxico sólo se habla cuando atrapan en España a pilotos o azafatas transportando droga.
3. En 1973 se desató una crisis petrolera que dejó a medio mundo tiritando en invierno pues la Organización de Países Exportadores de Petróleo exigió un precio justo por barril y menos despilfarro de las compañías gringas y demás. Eran entonces los países  árabes y Venezuela, porque México no quiso entrarle por aquello de tan lejos de Dios y tan cerca de los petroleros Bush. Al subir a la Presidencia, López Portillo comprendió que para sacar a México de la crisis y endeudamiento en que lo dejó Luis Echeverría en 1976, había llegado la hora de utilizar en grande el petróleo. Nombró director de Pemex a su amigo JDS, gran conocedor del tema a nivel nacional y mundial, que había sido contratista de la paraestatal a través de una compañía llamada Permargo de la que, decíase, era socio George Bush padre.
4. Como lo prueba Fausto Fernández Ponte, entre  el 1º de diciembre de 1976 y junio de 1981, JDS realizó una labor de titanes para hacer saltar a México del lugar número 18 de exportadores de crudo al 4º puesto mundial. Pero además no se debe olvidar el excelente desarrollo de la petroquímica. ¿Dónde quedó?
5. Y JDS tuvo que salir al mundo a abrir el mercado petrolero pues México no tenía de clientes más que a Estados Unidos, Francia e Israel. Hasta entonces su riqueza en oro negro era “para las generaciones futuras”.
Por mi amistad con JDS y su compañera Helvia Martínez Verdayes, hoy viuda de Díaz Serrano, así como con el pequeño grupo viajero de especialistas de Pemex, participé en la mayoría de esos viajes del petróleo como cronista  que habla idiomas y tiene buenas tribunas (la revista Siempre!, el periódico Novedades y diarios de los estados). Muchos artículos dan cuenta de los andares de esos años y en muchos de mis libros, sobre todo los de la serie Mapamundi están incluidos testimonios. Y, claro, disfruté los  viajes en muchos aspectos. Para una periodista no es cualquier cosa enterarte en primera fila y en tantos países de ese lanzamiento de Pemex y presenciar  –desde luego sin participar– de negociaciones importantísimas, conocer a altos personajes del mundo, etcétera. Lo que me causó muchas envidias y ataques del propio MMH y de muchos “colegas”.
6. Eran tiempos en que los gobiernos de México se decían “de izquierda”  y JDS –horror, un rico empresario cerca del poder y sobrino de un Constituyente–, no les parecía nada bueno para sus planes. Pero lo peor era su eficacia y conocimientos del petróleo, así como su influencia con los banqueros del mundo que le daban lo que quería para el desarrollo del petróleo mexicano. No era bien visto por la corte de López Portillo, encabezada por el más que mediocre MMH, por el español De Oteyza–importante lambiscón ya que el “criollo” López Portillo presumía mucho de su pueblo de Caparroso–, por el hijo del presidente, “orgullo de su nepotismo” José Ramón López Romano, todos éstos se hacían uno contra JDS. Y no olvidemos al “director de la orquesta”, Carlos Salinas, en el puesto que fuera hasta que llegó a la Presidencia con tamaño fraude en 1988. Era tan de “izquierda”, antes de abrazar el bushismo, que se peleaba por escrito con el híper derechista Luis Pazos. (Hay uno de esos shows en mi libro El PRIAN ). En cuanto a Rosa Luz Alegría, depositada en la cama presidencial por ellos, la amante del presidente que tenía como mil doctorados, pero sobre todo buen cuerpo, se mostraba “neutral”. El problema fue el mismo de siempre: ¿Quién se va a sacar la lotería y ser “el tapado”? Por serlo son capaces de todo.
7. Para que no fuera “el tapado”, a JDS le hicieron lo siguiente: a) Apenas nombrado empezaron los ataques desaforados (en el futuro, desaforadores) en su contra, tanto de izquierda como de derecha, de amigos como de enemigos, de gringos y mexicanos. Que construía un gasoducto de Cactus a Reynosa para venderle a Estados Unidos el gas que se desperdiciaba, Heberto Castillo se enojaba porque no se hacía caso de su sugerencia de embarcar a la URSS, por Tampico, tanques de gas. b) Que se descontrolaba un pozo de exploración, JDS tenía la culpa. El 3 de junio de 1979 el pozo de exploración Ixtoc I en el Golfo de México, ubicado a 94 km de Ciudad del Carmen, Campeche, sufrió una explosión que se convirtió en el mayor derrame de petróleo no intencional en la historia (hasta entonces, diría la British Petroleum) Pemex estaba perforando a una profundidad de 3.63 kilómetros cuando se perdió barrena y la circulación de lodo de perforación. Debido a esto, también se perdió la estabilidad y hubo una explosión de alta presión.
c) Finalmente, lograron que Jolopo corriera a su salvador en junio de 1981. Y ahí empezó el “agradecimiento” de México a JDS, patriota excepcional, como lo llamóAbelardo Martín M.: “Por razones políticas, a Jorge Díaz Serrano no se le hizo el reconocimiento que mereció, lejos de ello se le castigó (por las mismas sinrazones) con la prisión que llevó con estoicismo y enjundia… Se le debe sin lugar a dudas, el crecimiento de la industria petrolera mexicana, a la que situó en niveles de competencia jamás imaginados. Fue llamado con toda justicia “Padre del petróleo mexicano”, porque como ingeniero brillante y empresario emprendedor, logró que en cuatro años México se colocara como la cuarta potencia petrolífera mundial…”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario