2/06/2014

Los periodistas pal café . . .


En cuantía y ánimo, la convocatoria al Congreso Popular fue exitosa. Unas 2 mil 500 personas se reunieron en un extremo de la explanada del Monumento a la Revolución (las sillas rentadas fueron 2 mil), provenientes de todo el país, para participar en la construcción de un movimiento que busca juntar fuerzas para revertir las reformas peñistas, en particular la energética, y enfrentar política y cívicamente el proyecto neosalinista en curso.
Los resolutivos más importantes fueron justamente en esos temas. Uno consistió en la revocación política de lo aprobado el 20 de diciembre pasado en materia energética. Otro planteó organizar una protesta pública el 18 de marzo (ahora más simbólico) en el Zócalo capitalino y en el mayor número posible de plazas públicas del país, con el mandato expreso de los reunidos ayer para que se busque la máxima unidad de fuerzas progresistas, buscando enlaces para efectos prácticos con los principales personajes de la izquierda (Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador en primer lugar).
El congreso, que arrancó dando voz a ciudadanos elegidos por insaculación, lo que ofreció un notable mosaico de opiniones y propuestas, y en el que participaron líderes de movimientos sindicales, sociales y cívicos, tiene por delante, entre otros, los retos de vertebrar y dar viabilidad a expresiones similares en los estados y regiones del país para atender los problemas locales y descentralizar lo que hasta ahora sigue girando en torno al Distrito Federal, y, desde luego, el reto de que las peticiones y ofertas de nuevas formas de lucha, no rutinarias ni sabidamente ineficaces, puedan materializarse y permitan a los congresistas, y al segmento social al que buscan representar, percibir que no se está solo frente a reformulaciones, retórica (alguna, astillada) y repeticiones. Los hechos (el nivel verdadero de desobediencia civil, el tejido de una red nacional de resistencia frente a los abusos del poder y la búsqueda de unidad de la izquierda sin caer en las trampas del partidismo) habrán de definir si este congreso significa la construcción de un nuevo y verdadero poder popular.
No debería sorprender que el médico Juan Manuel Mireles haya dejado de ser el vocero de los grupos michoacanos de autodefensa. Luego de un accidente aéreo aún lleno de incógnitas, el voluntarioso personaje (que llegó a colocarse como el más emblemático de ese peculiar movimiento) ha sido geográficamente seccionado, debido a un oscuro proceso envolvente de la Policía Federal que primero resguardó al galeno en el hospital privado de la capital del país donde recibió sus primeros tratamientos y días después lo trasladó en helicóptero hacia un lugar no revelado, donde lo mantiene bajo una vigilancia contra atentados que en los hechos pareciera una especie de secuestro apenas disfrazado.
Es natural, así, que el médico tenga posibilidades muy disminuidas de mantener contacto con sus compañeros y de ejercer con eficacia la función de portavoz que debería sustentarse en la toma diaria del pulso de lo que va sucediendo en el complicado lugar de los hechos. Sin embargo, lo que pudo procesarse de una manera discreta ha terminado con tono de ruptura. Estanislao Beltrán, quien ha ido ejerciendo el cargo de la vocería, anunció ayer la destitución de Mireles, explicando que éste, con sus declaraciones, afecta al movimiento de autodefensas. La más reciente declaración resonante de Mireles fue hecha al diario español El País, en términos que consideraban teatro los acuerdos entre representantes de los grupos civiles armados y el gobierno federal.
Otra sugerente salida de foro se produjo en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), donde el inequívocamente salinista Francisco Rojas dejó la dirección general que hasta ahora había ejercido con desgano, ya fuera por razones personales o políticas. El relevo, Enrique Ochoa Reza, no tiene en su biografía el sello del salinismo, como para pensar que los acuerdos en las cúpulas hubiesen respetado al ex presidente las cuotas de poder que se le entregaron a principio de sexenio (la secretaría de turismo a su sobrina, Claudia Ruiz Massieu; la de desarrollo social a su ahumada protegida, Rosario Robles, y el Fondo de Cultura Económica a José Carreño Carlón, entre otros).
Una de las relaciones más notables del nuevo director fue con Luis Téllez, cuando éste fue secretario de energía del zedillismo. Y fue subsecretario de mucha utilidad para Pedro Joaquín Coldwell en el sexenio que corre, ayudándole a adentrarse con rapidez en los aspectos técnicos y políticos de esa misma secretaría de energía y a asesorarlo de manera directa e inmediata cuando en reuniones especializadas el ex gobernador de Quintana Roo (sin antecedentes en el tema energético, aunque sí muchos en los ámbitos político y priísta) no podía responder o precisar ciertos cuestionamientos.
Ochoa Reza ha fluctuado entre lo técnico y lo político. Es abogado por la UNAM y economista por el ITAM (su tesis en este instituto fue sobre Un mercado de generación de energía eléctrica para México). Además, tiene una maestría en filosofía política, otra en ciencia política y un doctorado en esta misma materia. También fue funcionario del tribunal electoral y del IFE. Ahora estará al frente de otro de los grandes negocios que han sido potenciados a partir de la reforma energética (aunque desde años atrás se instauraron mecanismos de redituable privatización), el del mercado mexicano de la energía eléctrica.
Y, mientras en Veracruz los periodistas siguen siendo agredidos, esta vez en Coatzacoalcos, donde el reportero Gregorio Jiménez de la Cruz fue sacado de su domicilio particular por cinco encapuchados (Jiménez había publicado en días recientes en Notisur información sobre los constantes secuestros que se cometen en Villa Allende, justamente de donde fue privado de la libertad él mismo), ¡hasta mañana, con la policía ciudadana (de la UPOEG) desbordándose en carreteras de Guerrero, al igual que grupos de autodefensa en el municipio de Gabriel Zamora, en Michoacán!
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La salida de Francisco Rojas Gutiérrez de la dirección general de la Comisión Federal de Electricidad provocó un estremecimiento en el sector. Ya está servida la mesa para el festín de la apertura del sector de energía, pero no todos están convidados. El mensaje parece ser que sólo tendrán un lugar los funcionarios que pertenecen a una cerrada cofradía, no quieren codos ni mirones. Dejó su cargo Rojas Gutiérrez a Enrique Ochoa, hasta ahora subsecretario de Energía, personaje cercano al secretario, Pedro Joaquín Coldwell. El saliente funcionario se había desempeñado en fechas recientes como jefe de la fracción priísta de la Cámara de Diputados. Su hija, Gabriela Rojas Jiménez, fue relacionada sentimentalmente con el entonces embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, de acuerdo con publicaciones que ocuparon frecuentes espacios de las columnas políticas. Con este embajador es con quien Felipe Calderón tuvo un fuerte desencuentro… hasta que Washington lo retiró, pero le asignó otro cargo. Desde mayo de 2011 Pascual es el enviado especial y coordinador internacional de Asuntos Energéticos del Departamento de Estado, puesto que le dio Hillary Clinton –ex secretaria de Estado– un par de meses después de que dejó la embajada en México. El desencuentro se originó por la publicación de los cables diplomáticos clasificados obtenidos y difundidos por Wikileaks, y publicados por La Jornada, según los cuales el embajador tenía al tanto a sus jefes en Washington del fracaso de la lucha de Calderón contra el narcotráfico y el crimen organizado. En estos despachos, Pascual notificaba al Departamento de Estado acerca de la descordinación que había en el gobierno de Calderón y del papel que jugaban el Ejército y la Marina en el combate al crimen organizado.
El berrinche de Calderón
Otra cosa que molestaba a Calderón era la relación de la hija de Rojas con el embajador. Pascual fue retirado de la embajada de México pero, hasta donde se sabe, sigue trabajando para Washington en el sector de energía. La pregunta es si esa relación, entre Pascual y la señora Rojas, también causó molestias a funcionarios del gobierno actual, lo que habría motivado la renuncia de su papá. Aunque es improbable, ella había sido nombrada representante de Gobernación en la embajada de México en Washington, el año pasado, de acuerdo con una nota de Jesús Esquivel en Proceso. Más bien parece un reacomodo en el codiciado sector de energía, y el secretario Pedro Joaquín Coldwell colocó a alguien de su confianza en la CFE.
Tarjetas de crédito
El Banco de México informa que el número de tarjetas de crédito creció 7.5 por ciento y pasó de casi 15 millones a 16 millones 119 mil, con cifras de 2013. Los bancos que dominan el mercado son Bancomer, Banamex y Santander, en ese orden. El 27.1 por ciento del saldo total de crédito otorgado por los bancos no causó intereses, debido a que se otorgó con promociones a meses sin intereses o bien a clientes totaleros. En ese periodo, la tasa de interés promedio también se redujo, pasó de 24.5 por ciento a 24.1 por ciento, mientras que la mitad del crédito otorgado se concedió a tasas menores o iguales al 23 por ciento, según el Banco de México, aun cuando muchos clientes no coinciden con su opinión, porque siguen pagando tasas más altas.



Una vez más se desdibuja la proyección del gobierno federal en materia de crecimiento económico. Para 2014 estimó un avance de 3.9 por ciento, pero nada más arrancar el año el pronóstico sufrió su primera merma, toda vez que el Fondo Monetario Internacional lo redujo a 3 por ciento, si bien va.
Los mexicanos conocen y padecen lo que sucedió en el primer año del nuevo gobierno: para 2013, la estimación original de crecimiento económico fue de 3.5 por ciento, pero en los hechos no pasó de 1.3 por ciento. La desaceleración resultaba más que obvia, pero el gobierno federal, por medio de su ministro del año, se aferró y dijo que en la segunda mitad llegaría el repunte, aunque sucedió exactamente lo contrario.
Después del tétrico resultado de 2013, el ministro del año prometió que, ahora sí, llegaría el crecimiento acelerado, porque la paquetería reformista había sido aprobada, de tal suerte que 2014 sería un año con fuerte crecimiento. Sin embargo, salvo en los círculos afines al gobierno en turno, ya nadie cree en los adivinos oficiales, y muestra de ello es el resultado que arroja el Indice de Confianza del Consumidor (ICC) correspondiente al primer mes del presente año, el cual registró una caída de 15.5 por ciento respecto de igual periodo de 2013, y de 6.2 por ciento en relación a diciembre pasado.
El ICC es elaborado conjuntamente por el Inegi y el Banco de México, y se calcula con base en la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor, que recaba información en las 32 ciudades más grandes del país, y se conforma de cinco indicadores parciales (dos recogen las opiniones sobre la situación económica actual y esperada del hogar de los entrevistados; otros dos captan las percepciones sobre la situación económica presente y futura del país, y el quinto considera la visión de los consumidores acerca de qué tan propicio es el momento actual para la adquisición de bienes de consumo duradero).
Pues bien, ya con el detalle en la mano, la advertencia es clara: de los cinco indicadores parciales que dan cuerpo al ICC, los cinco registraron caídas en enero de 2014, algo por demás preocupante: el indicador que hace mención a la situación económica que se espera para los miembros del hogar dentro de 12 meses, respecto a la que registran en el momento actual, presentó un descenso mensual de 3.80 por ciento con respecto a diciembre de 2013, y en el primer mes del presente año se ubicó en un nivel similar al registrado a mediados de 2010.
El indicador que capta la situación económica del país hoy en día comparada con la que prevaleció hace 12 meses decreció 4.65 por ciento a tasa mensual, similar a la de marzo de 2010. El indicador que mide las expectativas sobre la condición económica del país dentro de un año respecto a la situación actual se redujo 2.14 por ciento, igual al reportado en abril de 2010. El que evalúa las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para efectuar compras de bienes durables, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos reportó una caída mensual de 14.86 por ciento, con lo que el indicador respectivo se ubicó en un nivel igual al de mayo de 2010. Y, por último, el indicador que hace referencia a la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual frente a la que tenían hace 12 meses, retrocedió 2.62 por ciento, nivel equivalente al de junio de 2009.
Cuando se instaló el nuevo gobierno en Los Pinos, el primero de diciembre de 2013, el ICC se ubicaba en 94.2 puntos. Al concluir ese mes llegó a 99 puntos y a 100 en enero de 2013. Todos en el gobierno se decían felices, pero a partir de allí el indicador no ha dejado de caer, y el dato más reciente lo ubica en 84.5 puntos, y descontando, es decir, lejos está el gobierno y sus políticas públicas de generar confianza entre la población.
Por otro lado, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados reveló que, con base en la información del Inegi, en términos anuales las ventas en los establecimientos comerciales al mayoreo permanecieron en terreno negativo, con una caída de 3.53 por ciento en noviembre de 2013, con lo que acumula la séptima reducción consecutiva. A su vez, en igual periodo las ventas al menudeo se incrementaron apenas la mitad de lo registrado un año atrás (1.9 contra 3.49 por ciento, respectivamente).
En el periodo enero-noviembre de 2013, el gasto interno mostró un deterioro; las ventas de los establecimientos comerciales al mayoreo y menudeo cayeron 5.17 y 0.58 por ciento, respectivamente, cifras que contrastan con la evolución positiva que tuvieron en el mismo lapso de 2012 (2.25 y 4.32 por ciento, en ese orden). Bajo el análisis de cifras ajustadas por estacionalidad, las ventas en los establecimientos al mayoreo se deterioraron al ir de un aumento de 4.91 por ciento en octubre de 2013 a una caída de 1.37 por ciento en noviembre; al menudeo despuntaron al pasar de un incremento de 0.77 por ciento a 3.06 por ciento, en el periodo señalado.
En el penúltimo mes de 2013 las ventas al menudeo repuntaron a corto plazo, pero esto se explicó, en parte, por la campaña de oferta y promociones realizada en ese mes y por el conocido programa El Buen Fin; sin embargo, a tasa anual las ventas se debilitaron al no mostrar un sólido resultado. Así, es de esperarse que haya continuado la debilidad de las ventas en diciembre del año pasado, dado que el Indice de Confianza del Consumidor se mantiene en picada.
Las rebanadas del pastel
De moches y desmoches: el senador panista Jorge Luis Preciado dio cátedra sobre lo bien que se gasta el dinero de los mexicanos: “el presidente de la junta de coordinación política del Senado organizó ayer una comida privada en las instalaciones de esa cámara del Congreso, para festejar el cumpleaños de su esposa, Yahumira Chaviano; se reunieron familiares y amigos del también coordinador de los senadores del PAN, para degustar viandas, beber vino y otros licores y escuchar a un mariachi, llevado ex profeso para cantar a la festejada. La comida y las bebidas fueron servidas por personal del Senado. Preciado estuvo muy feliz; la música se escuchaba hasta el salón de plenos y al final el panista hasta cantó con el mariachi El rey de chocolate” (La Jornada, Andrea Becerril y Víctor Ballinas)… Francisco Rojas ya no despacha como director general de la CFE, pero de ninguna manera se aleja del negocio energético, que para eso tiene a la hija y al yerno (ver México SA del 31 de diciembre de 2013).
Twitter: @cafevega




Sobre los efectos perversos de Enlace
En el número 55 de la revista Cero en Conducta, dedicada a analizar la prueba Enlace y sus efectos, se lee en las conclusiones de los artículos publicados:

El 20 de septiembre del año pasado leímos una nota que decía que Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador se habían unido en defensa del petróleo. Fue un pronunciamiento que también firmaron Pablo González Casanova, Raúl Vera, Miguel Concha Malo, Mario Saucedo y Miguel Álvarez Gándara. Los firmantes llamaron a la unidad de todos los mexicanos, sin distinción de creencias, ideologías o posiciones políticas y sociales, para evitar el despojo de la nación y de nuestro pueblo, que promueven el gobierno y las corporaciones petroleras trasnacionales con su reforma energética. En esa misma nota publicada en La Jornada, se dijo que Mario Saucedo descartaba que todos los firmantes pudieran acudir el siguiente domingo a la marcha convocada por AMLO en defensa del sector energético. Y tuvo razón: no fueron. El pronunciamiento no se tradujo en unidad de acción. Cuauhtémoc no fue, pese a que hubiera sido buena idea que desde el 20 de septiembre se mostrara que la unidad propuesta no era un mero deseo, una buena intención más en las filas de las izquierdas.

Varios medios, impresos y electrónicos, mantienen desde el año 2001 una permanente campaña de linchamiento en contra de las escuelas preparatorias integrantes del Instituto de Educación Media Superior (IEMS) dependiente del Gobierno del Distrito Federal. Ninguna otra área de nuestro sistema educativo (excepto la UACM) ha merecido tanta atención, no obstante que la mayor parte del sistema escolar mexicano está en condiciones deplorables. Esas publicaciones tampoco han analizado ni juzgado el miserable contexto sociocultural en el cual opera el sistema escolar, determinante en gran medida de los resultados posibles de la educación formal; ese contexto sociocultural caracterizado por la frivolidad y la falta de valores intelectuales, civiles, éticos y estéticos, construido por los mismos medios que sin el menor sentido de responsabilidad corrompen al periodismo convirtiéndolo en un negocio y una arma de sus intereses políticos.

El desarrollo, fabricación y eventual uso de las armas atómicas o nucleares planteó una serie de consideraciones éticas y políticas tanto para los científicos como para los dirigentes de los países involucrados. Ni unos ni otros encontraron respuestas satisfactorias.

El México político, por llamarlo de alguna manera, conmemora el aniversario de la Constitución de 1917 después de una intensa oleada de cambios en el texto y el espíritu de la Carta Magna, cuyos verdaderos alcances se fijarán, en definitiva, cuando el Congreso determine el contenido de las leyes secundarias que están pendientes para resolverse en el actual periodo ordinario. Sólo entonces podremos hacer un primer balance serio de todo el periodo y calibrar el rumbo de México, pero es evidente que nos hallamos en una encrucijada, que el intento de liquidar los fetiches de la Constitución no es necesariamente un ejercicio más democrático y que los mismos que impulsaron los cambios carecen de una propuesta integral para crear y fortalecer una nueva y más eficiente institucionalidad. Especialistas como Arnaldo Córdova y Diego Valadés, entre otros, han señalado las incoherencias de unas reformas que, en última instancia, quebrantan los cimientos del pacto social fundador sin reconstruir uno nuevo, capaz de lanzar a la nación a un nuevo ciclo de desarrollo histórico.

Los gobiernos y fuerzas que en América Latina y el Caribe se oponen en algún grado al neoliberalismo son objeto de una tenaz contraofensiva por parte de Estados Unidos, del capital financiero y de las oligarquías locales. Aunque tiene componentes económicos, conspirativos y militares, parte importante de ella se desarrolla a través del ejército mediático.

Me acuerdo de viejísimas radionovelas: Anita de Montemar y El derecho de nacer.

Como segunda escenificación de la propuesta del Teatro El Milagro respecto a lo que se hace en los estados, se presentó el Grupo Tehuantepec encabezado por Marco Pétriz con Otro día de fiesta, la versión de Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, más conocido entre la gente de teatro como LEGOM a la obra del propio Pétriz Fin de fiesta. De muy largo recorrido para su acceso, lo que no obsta para que muchos interesados de varias partes acudan a su sede, el grupo casi no sale de su lugar, en donde tiene ya un público y una casa-teatro para sus ensayos y montajes, que han ido variando. En un principio el director elaboraba sus textos basado en las leyendas istmeñas, pero su interés actual –sin desconocer el ambiente local– se enfoca a la circunstancia de la mujer, o por lo menos de una gran cantidad de féminas, en esa provincia remota y en muchos otros puntos del país, ya sea como víctimas de un machismo exacerbado (Oscura ventana) o como caída en el alcoholismo, lo que se patentiza en esta obra.

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