Enrique Calderón Alzati
Luego
de 12 años de labor ininterrumpida en el sector educativo, al que he
dedicado la mayor parte de mi vida a partir de 1971, cuando después de
terminar un doctorado en ciencias en la Universidad de Pensilvania, fui
nombrado director del Centro de Procesamiento y Evaluación Arturo
Rosenblueth de la Secretaría de Educación Pública, mi trabajo como
instructor y consultor en educación me ha permitido convivir con
directivos, maestras y maestros de educación básica y media superior,
así como de universidades e institutos tecnológicos en varios estados
de la República. Ello me llevó a escribir con un pequeño grupo de
colaboradores y publicar en febrero de 2013 el libro Geografía de la educación media superior,
de cuyo contenido quiero comentar un solo ejemplo, con el deseo de
hacer ver la aberración que está cometiendo el gobierno de la República
con la actual evaluación a los maestros, la cual pareciera ser el
centro de su supuesta reforma educativa.
En 2003, los resultados publicados por la OCDE sobre una evaluación
internacional conocida como PISA, aplicada en 2000 a los jóvenes de 15
años de los países miembros de esa organización, para conocer su nivel
de conocimientos y competencias, indicaban que México ocupaba uno de
los tres últimos lugares entre esos países y que los jóvenes del estado
de Durango colocaban a su estado en el lugar 12, entre todas las
entidades de la República; ocho años después los resultados de la
prueba de Enlace aplicada a todos los jóvenes del tercer grado de
bachillerato del país ubicaron a Durango en el lugar 14 en matemáticas
y el 22 en comprensión del lenguaje, entre todas las entidades,
confirmando sus escasos conocimientos y capacidades, entendibles éstos
a partir de los altos niveles de pobreza y marginación de la población
de ese estado, cuyo territorio incluye zonas desérticas y una amplia
región de la Sierra Madre Occidental, todas ellas habitadas por
indígenas.
Tras cuatro años de esfuerzo callado y sin lugar a dudas efectivo,
la prueba de Enlace de 2012, mostraba a Durango en el primer lugar
entre las entidades de la República, con un puntaje medio que había
subido de 430 puntos a 605 en matemáticas y de 600 a 670 en comprensión
del lenguaje, colocándolo al nivel de algunos países europeos evaluados
por la OCDE en las pruebas PISA. ¿Se trataba de un milagro o sólo de
una casualidad? Ni lo uno ni lo otro, la prueba de Enlace de 2009 fue
aplicada a más de 70 por ciento de los estudiantes de bachillerato del
estado; sin embargo, este porcentaje sobrepasaba 90 por ciento para
2012, un total de más de 25 mil estudiantes de todas las regiones del
estado. ¿Cómo fue eso posible?
En una entrevista que le hice al secretario de Educación de Durango
a principios de 2013 con el fin de conocer su respuesta, me comentó:
Esto ha sido posible gracias al entusiasmo de los maestros, siguiendo una buena estrategia diseñada para superar el problema motivando a sus estudiantes y dedicando atención especial a los que parecían tener mayores dificultades, incluso visitando en sus hogares a los jóvenes que se ausentaban de la escuela. Nada de esto hubiera sido posible sin contar con su apoyo, entusiasmo y compromiso; ese ha sido nuestro empeño: contar con el apoyo de los maestros. Lo demás ha corrido por cuenta de ellos. Han sido cuatro años de esfuerzo y dedicación, pero han valido la pena; me siento orgulloso de su trabajo; ya vendrán ahora otros a continuar el nuestro.
Recordando ahora esa conversación a la luz de una noticia en La Jornada
en los primeros días de julio, reportando una manifestación de los
maestros de Durango en rechazo a la evaluación, me pregunto si no sería
más sensato y efectivo convocar a esos maestros a que nos expliquen
cómo lograron la proeza de llevar a su estado al primer lugar del país,
no obstante las carencias en que lo hacían, en lugar de pretender
evaluarlos y con ello humillarlos, luego de que su efectividad está más
que demostrada. No estoy planteando una excepción para los maestros de
Durango, porque afortunadamente distan mucho de ser los únicos héroes
del proceso educativo, otras experiencias igualmente maravillosas se
dieron en Sonora y Chihuahua, estados que saltaron igualmente de los
últimos lugares de Enlace 2009, a puntajes entre los estados con mejor
desempeño en 2012.
Aún
hay más: las evaluaciones de Enlace de 2012 nos hablan de escuelas y
estados completos en el país, con puntuaciones que distan mucho del
promedio nacional. ¿Por qué el gobierno se niega a reconocer así el
gran desempeño de miles de maestros cuyos estudiantes han mostrado
magníficos resultados en las últimas evaluaciones? ¿Por qué lejos de
hacer esto, el gobierno sienta en el banquillo de los acusados a todos
los maestros del país, para evaluarlos o exhibirlos, pensando que con
una serie de preguntas, bastante irrelevantes, por cierto, en cuanto a
los objetivos para asegurar la calidad de la educación? Los grandes
líderes mundiales de la historia han sido quienes en su momento
supieron convocar a sus pueblos, a sus ejércitos o simplemente a sus
seguidores a esforzarse y luchar para lograr objetivos trascendentes
para ellos, diferenciándose de los dictadores que pretenden lograrlo
amedrentando o infligiendo castigos a sus pueblos para asegurar su
control.
Lejos de mejorar la educación, sus medidas sólo agravian a miles de
maestros, tratándolos como sospechosos y poniendo en riesgo el futuro
de la educación nacional, cometiendo con ello un agravio a la nación
entera. Muy bueno sería que la sociedad mexicana tuviese una
explicación clara de las verdaderas razones por las que se suspendieron
las pruebas de Enlace orientadas a medir el nivel de desempeño de los
estudiantes y con ello al sistema educativo en su conjunto,
sustituyéndolo por otro que coloca a los maestros como los únicos
responsables del proceso educativo. Mucho era lo que se estaba logrando
con las evaluaciones de Enlace, como muestran las gráficas y mapas del
estudio citado en este artículo, basado exclusivamente en los
resultados de las evaluaciones internacionales de la OCDE y de las
pruebas Enlace establecidas por la Secretaría de Educación Pública y
llevadas a efecto durante los dos sexenios anteriores, no obstante los
posibles errores, defectos y vacíos señalados ampliamente, los cuales
debieron y pudieron ser superados.
Lamento que los distinguidos miembros del consejo del Instituto
Nacional de Evaluación Educativa se hubiesen prestado a ser comparsas
de este acto de intimidación y de complicidad, que dista mucho de la
capacidad de pensamiento crítico e independiente, que se esperaba de
ellos.
Concluyo este texto esperando que su publicación tenga un efecto
positivo, modificando sustancialmente este proceso que nada bueno
ofrece al futuro del país, y que por ello, como he mencionado,
constituye un nuevo agravio a la nación. Extiendo una cordial
invitación a aquellos maestros que deseen obtener una copia en PDF del
libro Geografía de la educación media superior lo descarguen de nuestro portal www.galileo2.com.mx/comunidad
Twitter: @ecalderonalzat1
No hay comentarios.:
Publicar un comentario