12/03/2012

Represión, cooptación, alianzas oscuras y venta de garage, sello del nuevo gobierno


Coldwell, Robles, Chong y Cienfuegos. El gabinete de Peña. Foto: Xinhua / Pedro Mera
Coldwell, Robles, Chong y Cienfuegos. El gabinete de Peña.
Foto: Xinhua / Pedro Mera

MÉXICO, D.F. (apro).- Al minuto de haberse dado a conocer los integrantes del gabinete presidencial de Enrique Peña Nieto, las burlas arrancaron en las redes sociales, especialmente en Twitter. Los tuiteros preguntaron con ironía cuántos años de cárcel había en la tarima de presentación o cuántos especímenes del paleolítico habían resurgido.
Pero más allá de la burla y el sarcasmo, lo cierto es que el nuevo gabinete encierra represión, cooptación, venta de garaje y alianzas poco claras.
La gran sorpresa fue el exgobernador de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez, quien luego de un tranquilo paso por la gubernatura empezó a tener reuniones con empresarios de cuestionable enriquecimiento. Martínez y Martínez formó parte del círculo de exgobernadores que en una exclusiva residencia de Missión, Texas, dio todo su apoyo a Enrique Peña Nieto para que –por encima de Manlio Fabio Beltrones Rivera–, fuera el candidato presidencial del PRI.
No se puede prejuzgar a nadie por sus simpatías políticas. Ese no es el punto con Martínez y Martínez, sino su gran amistad que entabló –como lo hizo en su momento el también exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández–, con el empresario originario del convulsionado Valle Hermoso, Tamaulipas, Carlos Castillo Cervantes, alías “El Dragón”.
De este personaje se han dicho varias cosas, la principal es que tiene un gran poder corruptor y lo mismo ha engatusado a perredistas que a priistas para que, mediante dudosos acuerdos, le dejen repavimentar todo el estado. También se dice de él que ha embaucado a empresarios estadunidenses en negocios no muy derechos que digamos. Incluso, que ha vendido más de una casa a exgobernadores priistas para que luego las revendan o vivan en ellas.
Entre el círculo de gobernadores que le son afectos y fieles seguidores está justamente Enrique Martínez y Martínez, el nuevo secretario de Agricultura.
Ahora, quienes conocen a “El Dragón” se preguntan si con la llegada de sus amigos al poder, Peña Nieto y el exgobernador de Coahuila, el empresario se adueñará de todo Tamaulipas.
Para la venta de garaje está un joven: Emilio Lozoya Austin, quien es ahora el nuevo director de Pemex. Y con la reforma energética que se avecina, en la cual la iniciativa privada tendrá manga ancha para comprar e invertir en petróleo –aunque la Constitución lo prohíba–, pues el joven Lozoya Austin podrá poner en práctica lo que aprendió de la empresa española OHL, de la cual hasta el 12 de septiembre de 2012 fue secretario del Consejo de Administración.
La poderosa empresa española es la que llevó a cabo las grandes obras realizadas en el gobierno de Peña Nieto en el Estado de México y se le acusó de sobrevalorar el precio de las mismas para, de ahí, obtener millonarios recursos y hacer, presuntamente, “el cochinito” para la campaña presidencial del mexiquense.
OHL está en todo el Estado de México; ahora, con su exsecretario del Consejo de Administración no dudemos que estará en todo México, principalmente como inversionista en el devaluado Pemex, que cada día le aparecen nuevos yacimientos de petróleo qué administrar.
Uno más para la venta de garaje será Gerardo Ruíz Esparza, a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Este personaje está ligado política y empresarialmente al grupo Atlacomulco. Es socio desde hace muchos años de uno de los tíos de Peña Nieto: el exgobernador mexiquense, Alfredo del Mazo.
Proceso publicó que Ruíz Esparza fue uno de los operadores para entregarle a OHL las grandes obras del gobierno mexiquense y donde, además de beneficiarla con multimillonarios recursos y entregarle por más de 30 años el manejo de algunas obras, como ciertos hospitales, lo hizo su aliado, presuntamente para hacer “el cochinito electoral”.
Veremos ahora a cuáles empresas el concesiona el gobierno a Ruíz Esparza.
En la captación, tenemos nada más y nada menos que a Rosario Robles. Ella está en Sedesol, conoce a viejos líderes que por años hicieron trabajo de base en las zonas más pobres del país, no nos sorprendamos ver en los próximos días a exizquierdistas trabajando a su lado y elaborando la estrategia para llegar a las zonas más pobres; pero también y de pasadita, trabajo político a favor de su nuevo partido, el PRI. O ya de plano, rompiendo esquemas de ayuda comunal para debilitarlos. Como sucedió con Carlos Salinas de Gortari y Pronasol.
Y finalmente tenemos a la mano dura. A los hombres del régimen que todos temerán: Miguel Ángel Osorio Chong en Gobernación, a cargo de la policía federal, la gendarmería y el Cisen.
El otro personaje es Jesús Murillo Karam, un hombre que mantiene contactos con el sector castrense pero que hoy estará en la Procuraduría General de la Republica. A este hidalguense se le recuerda no por haber hecho un buen gobierno en su estado, sino más bien por dejar pasar enfrentamientos comunales, linchamientos de gente inocente y por no poder contener nunca a la turba. Ahora, con cientos de agentes a su mando, seguramente la palabra represión, la escuchará cotidianamente, así como la de violación a los derechos humanos.
Este será el gobierno de Peña Nieto: de cooptación, represión y venta de garaje. Si alguien pensó que la pesadilla había terminado, se equivocó; la pesadilla, más bien regresa. El PRI está de nuevo en Los Pinos con lo más antidemocrático y autoritario que tiene: su origen mismo.
Posdata. El 29 de enero de 2012, Proceso ubicó al general Salvador Cienfuegos Zepeda entre los primeros nombres para ocupar Sedena, en caso de que Peña Nieto lograra llegar a la Presidencia. Este viernes se confirmó. Peña Nieto colocó a su gran amigo en la Sedena.
La amistad entre ambos se dio por medio de Jaime Camil, un exproveedor de la Sedena en la época en que el titular era Juan José Arévalo Gardoqui. El empresario tenía casa en Acapulco, donde conoció a Cienfuegos Zapata cuando este ocupó la comandancia de la IX Regional Militar de Guerrero.
El lazo entre el político Peña Nieto y el general se fortaleció cuando él primero llegó a la gubernatura del Estado de México y Cienfuegos como comandante de la I Regional Militar del Distrito Federal que abarca la entidad mexiquense.
El gobernador se mostró generoso con el Ejército y el 29 de abril de 2009 firmó dos convenios con la Sedena mediante los cuales le entregó en permuta dos grandes predios para la construcción de instalaciones militares. Pero el camino hacia la Sedena se le pavimentó a Cienfuegos cuando el pasado 16 de enero fue nombrado Oficial Mayor de la Sedena. A partir de ahí su paso hacia la Secretaría de la Defensa se ensanchó más y más. Hoy es el nuevo titular y cabeza de los militares.
Comentarios mjcervantse@proceso.com.mx
Twitter @jesusaproceso

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