3/20/2014

EPN: fracturando a Méxic



John Saxe-Fernández / II

En la vasta y fallida campaña propagandística desplegada en México con fondos públicos y en el exterior por los cabildos fósiles de EU en apoyo al programa de ajuste estructural (PAE) del Banco Mundial/FMI/BID, un magno despojo presentado a la población como reforma energética por un gobierno que, como sus antecesores, opera bajo intereses y recetarios de esos entes subrogados del Tesoro de EU, se repitió hasta el cansancio que EU está a punto lograr la autosuficiencia energética y pronto será una nueva Arabia Saudita. Citigroup, que junto a ExxonMobil opera con el viejo ADN Rockerfeller, pregona que América del Norte será el nuevo Oriente Medio gracias a las arenas bituminosas de Canadá, la explotación de fósiles no-convencionales en EU y los recursos prospectivos de México en gas y petróleo de lutitas (shale).

Desde el Financial Times, el Wall Street Journal o revistas tipo The Economist se habló de SaudiAmérica, mientras Forbes Mexico llegó a advertir que el diseño articulado por EPN era la última oportunidad del país para convertirse en un jugador relevante en un nuevo mundo energético que se transforma y en el que EU se convertirá en poco tiempo en la gran potencia. Sin rubor ni evidencia proclamó en su lujosa edición del 15 de agosto de 2013 que EU es la nueva Arabia Saudita, para justificar la urgencia de abatir rápido obstáculos constitucionales a las transas del capitalismo de amiguetes que se destila en su lista de megamillonarios Forbes. Pero es difícil ocultar el atraco de plutócratas, bancos y petroleras. El despojo se consumó contra y 70 por ciento de la ciudadanía ¡según encuestas realizadas antes del Oceangate!

La noción de independencia energética de EU, principal consumidor per cápita de gas y petróleo del mundo –y primer emisor per cápita de CO2 a la atmósfera– carece de sustento, no sólo, como muestra A. H. Cordesman, por la enorme falta de autosuficiencia energética de la economía mundial, en especial la de Europa y Asia, primeros exportadores e importadores de bienes y servicios de EU, sino también por la incertidumbre geológica que rodea a la producción petrolera y gasera no-convencional.

Publicado por el Center for Strategic and International Security (octubre 2013) en su estudio se indica que la Agencia de Energía del Departamento de Energía (DE), en referencia a cálculos para 2040, no contempla que EU vaya a lograr la independencia de las importaciones de combustibles líquidos requeridos para el transporte. Luego informa (textual): el gobierno de EU no contempla como el escenario más probable la independencia energética en esta vital área, aún en términos de petróleo crudo y otros combustibles líquidos (las cursivas son mías).

La cúpula imperial codicia el crudo ajeno porque sabe del predicamento estratégico de EU por la caída en la producción no-OPEP del petróleo barato, de fácil acceso y alta calidad. De ahí los crímenes de guerra en pos del crudo de Irak, el acoso militar contra Irán, el destrozo humano por el aceite super-ligero de Libia, o la agresión mercenaria contra Venezuela por el manejo soberano de su vast
a reserva petrolera. Esos agredidos son integrantes de la OPEP.
Se invita a una guerra general y al desastre atmosférico al pretender mantener el derroche fósil por la vía de los PAEs y los operativos militar-clandestinos para el acceso, control y usufructo de recursos de otros países. Así se registró en la Rusia de Yeltsin, la Argentina de Menen, el Brasil de Cardoso y en el México de Salinas y Zedillo, con apoyo del FMI-BM-BID y de poderosos bancos privados, Citigroup y J.P. Morgan entre ellos. Se subastaron a precio vil cientos de empresas y activos públicos. En 1995, cuando, como hoy, procedía el desenfreno privatizador en medio del lodazal liderado por Zedillo, quien hoy se ostenta como directivo de Union Pacific, otro caradura como él, un banquero de J.P. Morgan, juraba al público que la privatización mejora los servicios y la competencia del sector. Los mexicanos debieron ya haber aprendido que conviene más vender el bien en menos dinero, si a cambio obtienen garantías de que los usuarios se verán beneficiados y se estimula la competencia (La Jornada 8/6/95 p.45). A tres décadas de neoliberalismo privatizador los resultados están a la vista en todo su esplendor y hedor: Con el país haciéndose pedazos, en medio de una vasta descomposición, el régimen aplica el diktat imperial al estratégico sector petroeléctrico, vital a la seguridad humana, nacional y energética de la nación.

El vínculo entre corrupción, codicia oligárquica, complicidad oficial y el re-ingreso de las petroleras nacionalizadas por Cárdenas, quedará aclarado a quien se asome a la cloaca del Oceangate, muestra del lodazal que viene. Con los complejos económico-territoriales de Pemex y CFE en manos ajenas, corrupción, opacidad e impunidad serán de una potencia capaz de afectar la integridad de la Federación.

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