El ABC para poder salir de una situación de violencia en el hogar
Especialistas aconsejan a las mujeres que busquen ayuda para reconocer que son víctimas de abusos por parte de sus parejas; lamentan que se vea como algo normal en la sociedad
NATALIA GÓMEZ QUINTERO
EL UNIVERSAL
MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2009
NATALIA.GOMEZ@ELUNIVERSAL.COM.MX
EL UNIVERSAL
MIÉRCOLES 25 DE NOVIEMBRE DE 2009
NATALIA.GOMEZ@ELUNIVERSAL.COM.MX
El primer paso que debe de dar una mujer para salir del espiral de violencia de la que es víctima por parte del hombre, es la denuncia. Sin embargo, para que esta delación se tome, es necesario que la mujer se de cuenta que está sumida en una dinámica que de principio le genera tensión con su pareja.
Las alertas son claras, pero en general y desafortunadamente se consideran normales dentro de la cotidianidad en la sociedad mexicana.
“Por ejemplo, cuando el hombre llega a su hogar cansado o fastidiado y bajo ese pretexto empieza a desahogar su enojo con la destrucción de objetos de su compañera, como un florero, un suéter, sus bolsas. Cuando el marido le sugiere no vestirse de determinada forma, le prohibe decir algunos comentarios o no juntarse con ciertas amistades”.
Esto lo explica Ingrid Velázquez Alcalá, vocera del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), quien advierte que desde esta señal la mujer no debe esperar para solicitar ayuda, pues a este nivel de violencia donde se genera tensión, seguirá el de la agresión física o psicológica directamente contra la mujer, acompañado de una ruptura de comunicación.
“Cualquier golpe, por leve que sea, así como las frases que ofenden o denigran a la persona, no deben ser toleradas en una relación”, aconseja.
Este signo de violencia es mucho más evidente para denunciar y pedir auxilio, por lo que debe ponerse un alto en seco, pues cuando a las mujeres se les ha destrozado física y psicológicamente, viene una tercera fase de supuesta reconciliación llamado de “Luna de miel”, en el que el hombre ofrece disculpas, justifican sus actitudes por todos los medios y asegura que no lo volverá a hacer.
Auxilio
Para la atención de estos casos, Inmujeres cuenta con la línea gratuita Vida sin Violencia: 01 800 911 25 11, donde atiende a la mujer de manera especializada, en cualquier fase de violencia.
“Las mujeres, pese a esta agresividad, permanecen en sus hogares y en poco tiempo escalan en el espiral de tensión y agresiones físicas para concluir una vez más en la ‘Luna de miel’”, dice Velázquez Alcalá, quien explica que las mujeres se quedan porque habitualmente la sociedad les indica que “es su cruz, que ella lo escogió, que nadie la obligó, que la unión es eterna, etc., lo que no les dicen es que pueden dejarlo”.
De acuerdo con la Encuesta Nacional Sobre la Dinámica de las Relaciones de los Hogares (ENDIREH) 2006, 67 de cada 100 mujeres de 15 años y más, han padecido algún incidente de violencia de pareja, comunitaria, laboral, familiar o docente a lo largo de su vida.
De estas formas de violencia, la más frecuente es la ejercida por el esposo o compañero, declarada por 43.2% de las mujeres. Además según la ENDIREH, 38.5% de las mujeres casadas no denunciaron a su pareja porque creían que era algo sin importancia, 23.3% por sus hijos 18.6% por verguenza, 17.3% por miedo, 10.5% porque no sabían que podían denunciar y 8.4% porque no confían en las autoridades.
El Centro de Justicia para la Mujeres (CJM) de California, EU, sugiere a la mujer que desea salir de este círculo de violencia, analizar en primera instancia sus circunstancias y contestarse honestamente una pregunta: ¿Duermes con el enemigo o te haces acompañar de él?
Si la respuesta es si, se debe solicitar ayuda y dejar la vergüenza; a veces la mujer piensa que merece ese maltrato.
El CJM recomienda acudir a personas generosas e inteligentes con posibilidad de que puedan ayudar en la situación, ya sean amistades, vecinos, la familia, compañeros de trabajo, etc.
Algunos de ellos pueden ayudar cuidando una tarde a los hijos, acompañarte a la policía, a la corte y a las entrevistas con funcionarios; pueden hacer llamadas para obtener información, brindarte transporte o prestarte dinero. “No es necesario que le digas todo a la gente para pedir ayuda. Pero sí trata de empezar a hablarles a las personas”.
Los derechos
El Inmujeres y el CJM advierten que el conocimiento de los derechos legales es fundamental para escapar de la violencia. Se tiene derecho a vivir libre de violencia y sin amenazas, a recibir protección igualitaria de las leyes, a expresarse libremente; a tener relaciones sexuales cuando tú quieras y con quien desees, si la otra persona también quiere.
En México existe la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que tiene como objetivo prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.
Para el CJM la mejor estrategia para liberarte de la violencia doméstica es exactamente lo opuesto de la estrategia para sobrevivirla, pues muchas mujeres hacen todo lo posible para no molestar al abusador, evitan afirmar su propio poder, pues eso podría significar un desafío para el agresor. Sin embargo, escapar exige hacer acopio de todas las fortalezas, “requiere que te concentres en tus necesidades y las de tus hijos y que dejes de atender las necesidades del abusador”.
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