Julio Hernández López: Astillero
Dos vertientes judiciales de una misma estrategia electoral: exhibir la podredumbre del priísmo peñanietista para tratar de abrir camino a un reposicionamiento de la opción de blanco y azul que será definida el próximo 5 de febrero. Una vez más, el uso instrumental de la procuración de justicia para propósitos facciosos, pero ahora no contra un gobierno alicaído como ha sido el de Leonel Godoy en Michoacán, sino contra el cártel de tres colores que se siente llamado a retomar el poder federal en las urnas mediante operaciones aplastantes para las cuales fluye dinero de múltiples fuentes.
La primera batalla en forma de esta nueva guerra felipista tomó con los dedos contra la puerta a la administración de Javier Duarte, el gobernador de Veracruz que forma parte de la coalición de erarios estatales que apoya la campaña de Enrique Peña Nieto. Duarte ha cedido buena parte del poder local a fuerzas federales, en particular a la Marina, y ha tratado de congraciarse con el jefe militar del país, Felipe Calderón, pero aun así ha sido exhibido ahora en trasiegos de dinero que con verdaderos atentados contra la inteligencia ha tratado de explicar su secretario de finanzas, de por sí siempre embarrado en oscuras danzas de millonadas.
La transportación aérea de 25 millones de pesos en efectivo solamente sugiere escenarios de alta corrupción: la versión más extendida habla de que ésa sería una aportación periódica de uno de los patrocinadores de la campaña encopetada (los gobernadores priístas han asumido como parte de sus obligaciones la entrega de efectivo para impulsar los planes electorales peñanietistas desde 2009, en que arrasaron en comicios federales intermedios e impusieron triunfos inexplicables en algunas gubernaturas), pero también podría tratarse de una toma de utilidades personales derivadas de la gran corrupción sabidamente instalada en las finanzas veracruzanas (Tomás Ruiz, el secretario del ramo, fue director de Banobras, el SAT y, gracias a Elba Esther Gordillo, de la jugosa Lotería Nacional. Miguel Ángel Yunes lo mencionó como partícipe de las reuniones con la cacica sindical en las que supuestamente se exigió al entonces director del Issste que entregara millones en efectivo al Panal, que también dirigió el mencionado Ruiz), o podrían destinarse esos recursos al pago de voluntades capitalinas favorables al proyecto gaviotón.
La sincronía bélica entre Los Pinos y el PAN (con el impresentable Juan Molinar HorcABCitas en primera línea) topó con una defensa lamentable del secretario Ruiz, que se atrevió a sugerir que el traslado de millones en maletas se debía a la premura con que debían atender compromisos relacionados con fiestas como la Candelaria (¿tamalitos verdes, blancos y rojos, bien copeteados?), el carnaval y la Cumbre del Tajín (¿artistas o empresas participantes en estos espectáculos reciben pagos en efectivo, con tufo a evasión de impuestos, y un gobierno local se presta a esas maniobras?), como si fuera más veloz un vuelo con maletas que una transferencia electrónica de dinero. De inmediato cayó el tesorero veracruzano. Debería seguir el secretario Ruiz y ellos y el gobernador Duarte habrían de dar explicaciones creíbles de lo que sucedió en ese movimiento de dinero al clásico estilo de la delincuencia organizada en el que fueron pillados por el calderonismo que, por lo demás, desde hace largo rato mantiene la mira en Fidel Herrera, a quien considera responsable del asentamiento de Los Zetas en la entidad.
El caso de Tamaulipas tiene sello de sangre. Antes de las elecciones que según todas las encuestas habría de ganar sin problemas fue asesinado el candidato Rodolfo Torre Cantú, designado por Eugenio Hernández Flores, a quien a su vez dejó Tomás Yarrington, quien sucedió a Manuel Cavazos Lerma, miembro destacado éste del salinismo que hoy, con Peña Nieto como parapeto electoral, cree estar de regreso con tanta fuerza como para imponer a Cavazos Lerma como candidato al Senado. En Tamaulipas, cuna y sede del cártel del Golfo y de su escisión, Los Zetas, no había gobernadores, sino administradores del negocio, se solía decir. Las versiones públicas apuntan a Yarrington como responsable (al estilo de Fidel Herrera en Veracruz) de la máxima consolidación de esas actividades delictivas en la entidad, que tuvieron gozosa continuidad durante el periodo asumido por Hernández Flores.
Pero, a la hora de planear la instalación del siguiente administrador, una relampagueante y precisa operación lo asesinó a él y a algunos de sus acompañantes. En el círculo de Hernández Flores se decía en voz baja que una acción de ese tipo solamente podría haber sido realizada por personal de alta especialización y garantizada protección, más allá de las capacidades de los narcos. También se hablaba de que Los Pinos exigió al entonces gobernador Hernández Flores que fueran canceladas las elecciones, pero en lugar de ello se tomó la decisión de nombrar candidato sustituto al hermano del difunto, Egidio Torre Cantú, quien ganó sin problemas los comicios y desde entonces vive en un blindaje permanente, temeroso de lo federal y sujeto a lo local.
Ahora, la PGR ha planteado una alerta migratoria para impedir que viajen fuera del país los tres ex gobernadores que están bajo indagación. Cavazos Lerma fue el único que dio la cara e incluso dijo que estudiaría la posibilidad de contrademandar a la administración federal. Detrás de él está Carlos Salinas de Gortari. Ya se verá en qué termina este nuevo lance bélico-electoral del calderonismo que, por lo visto, ha iniciado en forma su temporada de cacería, en busca de doblegar al puntero de tres colores y generar condiciones de crecimiento para quien quede como aspirante panista a la presidencia de la República. Más lo que se acumule.
Y, mientras Calderón recibe críticas de empresarios con los que se reunió en Guadalajara, y la pregunta de cuántos muertos más habrá en su guerra, ¡hasta mañana, con Corderín preparando su bazuca y pidiendo que nadie se sorprenda si él es el ganador de la contienda panista!
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Enrique Galván Ochoa:
Mientras en las redes sociales se comenta que los 25 millones de pesos interceptados por la PGR en el aeropuerto de Toluca, transportados en una avioneta oficial del gobierno de Veracruz, podrían tener como destino la campaña de Peña Nieto, el tesorero del estado, Víctor Benítez González, intempestivamente presentó su renuncia. La orden al banco de entregar el dinero en efectivo a una camioneta de servicio de valores que lo condujo al aeropuerto partió de la Tesorería. El secretario de Finanzas, Tomás Ruiz, había dicho antes que se utilizó ese medio de transporte porque había prisa por pagar a la empresa que participa en las festividades de La Candelaria, la Cumbre Tajín y el Carnaval de Veracruz. Según esto, se los comieron las prisas, porque La Candelaria ya es esta misma semana. Al frente de la compañía aparece Willy Souza, que también tuvo metidas las manos en las fiestas del Bicentenario. ¿De veras transportar el dinero en avión es el medio más rápido de hacerlo llegar a su destino, como dice el secretario de Finanzas? No exactamente. El medio más rápido, efectivo y sobre todo seguro es una transferencia electrónica de banco a banco. Un cliente tan importante como el gobierno de Veracruz pudo haber ordenado la transferencia electrónica del dinero y en menos de cinco minutos habría estado disponible en una de sus sucursales en Toluca, el Distrito Federal… o en Japón, si fuese necesario. Dice Tomás Ruiz –el gobernador Duarte está haciéndole al avestruz: no quiere dar la cara– que toda la operación se hizo con absoluta transparencia, conforme a un contrato, y éste prevé la posibilidad de pagos en efectivo. Entonces ¿por qué renunció el tesorero si hizo las cosas bien?
El país de la corrupción
Coincidió con el laberinto de los 25 millones de pesos jarochos la presentación de un nuevo estudio sobre el crimen, la corrupción y el lavado de dinero en México. La organización Financiera Global, GFI son sus siglas en inglés, dice que estas calamidades costaron a los mexicanos, sólo el año 2010, el último del que tiene registro, 68 mil 500 millones de dólares. Y siguiendo la pista desde 1970 a 2010, los últimos 40 años, el crimen, la corrupción y la evasión fiscal costaron 872 mil millones de dólares, de acuerdo con el director del grupo, Raymond W. Baker. Esa suma es la que se necesita para rescatar de la crisis financiera a los países de la eurozona. El Tratado de Libre Comercio vino a acrecentar la evasión fiscal y la corrupción a través de la práctica de la subfacturación.
Carlos Fernández-Vega: México SA
México avanza porque vamos por el camino correcto (Calderón dixit): en sólo un par de años logró desbancar a Rusia de la segunda posición en lo que se refiere a flujos financieros ilícitos en las economías en desarrollo. Lo llamativo de todo es que el mayor volumen de dinero ilegal se registró en la primera década de gobiernos panistas (Fox-Calderón), mientras el resto se prorrateó entre las últimas cinco administraciones priístas, es decir durante 30 años (1970-2000), y no se trata de cantidades menores.
Resulta que el grupo anticorrupción Global Financial Integrity, con sede en Washington, actualizó su informe 2008 sobre flujos financieros ilícitos en el planeta (crimen organizado, corrupción y evasión de impuestos), y ayer presentó el correspondiente a 2010 (México: flujos financieros ilícitos, desequilibrios macroeconómicos y la economía sumergida). En el primero de los citados, lo que queda de nuestro país se llevó la medalla de bronce, mientras en el segundo le correspondió la de plata (la de oro se la lleva China, con 2.18 billones de dólares), todo un logro de los gobiernos foxista y calderonista, si se comparara con lo alcanzado por los tricolores (de Luis Echeverría a Ernesto Zedillo).
El reporte de Global Financial Integrity detalla que entre 1970 y 2010 los flujos financieros ilícitos de México acumularon un total de 872 mil millones de dólares. De ese monto, una cantidad devastadoramente alta de dinero para que lo pierda cualquier país en desarrollo, de acuerdo con el citado organismo, el 59 por ciento (alrededor de 516 mil millones de billetes verdes) corresponden a la década panista (diciembre de 2000 al cierre de 2010). Un dato ilustrativo es el siguiente: el volumen de fondos ilícitos que salieron del país aumentó con rapidez tras la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El informe señala que estos flujos procedentes de los países en desarrollo son el peor de los males económicos que afectan a las personas pobres de todo el mundo, a la vez de tener un impacto importante sobre la seguridad nacional y los objetivos de política exterior de los países occidentales. Curiosamente, México es el mayor país emergente que limita con una de las grandes naciones industrializadas. Por ello puede ser comprensible, en cierta medida, que sus fronteras se caractericen por un cierto grado de porosidad en lo que respecta al movimiento de dinero y de personas. De hecho, a lo largo de los años los flujos financieros ilícitos que han salido de dicho país han sido devastadores.
El estudio de Global Financial Integrity concluye que los flujos financieros ilícitos de México entre 1970 y 2010 se elevaron a 872 mil millones de dólares. Durante la primera década de este siglo (la panista) sus flujos salientes anuales medios ascendieron a 50 mil millones. Nuestro análisis es conservador, puesto que no incluye el tráfico de drogas, la trata de seres humanos ni algunas formas de facturación fraudulenta, información no disponible en las estadísticas analizadas. De existir estimaciones razonables sobre el capital ilícito procedente de estas actividades que pudieran incluirse en el análisis, las cifras serían sustancialmente más elevadas.
Durante los años noventa y 2000, la facturación fraudulenta representó el 80 por ciento de los fondos ilícitos que salieron del país, cifra que aumentó con rapidez tras la firma del TLCAN. Ninguno de los países involucrados acompañó el acuerdo de libre comercio con mecanismos para evaluar y controlar los precios de transferencias abusivas de las empresas trasnacionales o la facturación fraudulenta entre socios comerciales no relacionados que colaboran entre sí. Los flujos financieros ilícitos y la economía subterránea mexicana tienen una relación simbiótica y se sustentan mutuamente. Controlar una de las dos partes de la ecuación ayudaría a reducir la otra.
En México, anota el citado organismo, el flujo saliente de capital ilícito se ha elevado de forma significativa, pasando de alrededor de mil millones de dólares en 1970, a 68 mil 500 millones en 2010, alcanzando su máximo en 2007 con 91 mil millones. Los flujos medios anuales de salida de capital ilícito se incrementaron acusadamente a lo largo de las cuatro décadas. Durante los años setenta, la cifra fue de 3 mil millones; en los ochenta, de 10 mil 400 millones; de 17 mil 400 millones en los noventa y de 49 mil 600 millones en la primera década del siglo XXI. Como promedio, los flujos de dinero ilícito representaron 5.2 por ciento del PIB durante el periodo de 41 años comprendidos entre 1970 y 2010. El máximo nivel de flujos ilícitos como porcentaje del PIB se alcanzó en 1995, con 12.7 por ciento.
Los flujos financieros ilícitos como porcentaje de la deuda externa de México se incrementaron de 15 por ciento en 1970 a 28.7 en 2010, con una media de 16.8 por ciento en el periodo 1970-2010. El brusco incremento de este índice se produjo principalmente después de la entrada en vigor del TLCAN, en 1994. Parece que la facturación fraudulenta es el método preferido para transferir capital ilícito fuera del país. Las fuentes de dinero ilegal comprendidas en el estudio son sobre todo el contrabando (25 por ciento del total) y los sobreprecios a mercancías de importación (75 por ciento). Las conclusiones señalan que estos flujos ilícitos lideran la economía subterránea y contribuyen al deterioro de la gobernabilidad económica. México perdió 398 mil 700 millones de dólares debido a los flujos ilícitos de salida netos, lo que representa 9 mil 700 millones anuales durante el periodo de 41 años.
Por último, anota que la evasión de impuestos es uno de los principales motores de la economía sumergida. Tax Justice Network estima que la evasión de impuestos en todo el mundo alcanza 3.1 billones de dólares, o alrededor de 5.1 por ciento del PIB mundial, y sitúa la evasión de impuestos en México en alrededor de 25 mil 600 millones en 2009, lo que coloca al país en el puesto 25 de la clasificación mundial. Con Calderón en Los Pinos los flujos financieros ilícitos acumularon cerca de 250 mil millones de dólares (2007-2010), sin considerar el tráfico de drogas, la trata de seres humanos ni algunas formas de facturación fraudulenta. Al ritmo que va, México no tardará mucho en alcanzar la medalla de oro.
Las rebanadas del pastel
Casualmente, en la estrategia calderonista ha estado ausente el combate al lavado de dinero y a los flujos ilícitos, es decir, un aspecto que debió incluir desde el principio, o lo que es lo mismo, antes de comenzar a tirar bala por toda la República.
cfvmexico_sa@hotmail.com
Cristina Barros y Marco Buenrostro: Itacate
En estos días ciertos comentarios y declaraciones han puesto sobre la mesa prejuicios que impiden ver desde la igualdad y el respeto distintas formas de vida. Respecto de la rarámuris, por ejemplo, se dice que no saben comer o que sus casas evidencian una forma de vida primitiva.
Ésta ha sido la manera de analizar del mundo occidental. Quienes no son como ellos son bárbaros, salvajes, atrasados. No entienden que desde épocas remotas hubo grupos humanos que eligieron vivir en un contacto más estrecho con la naturaleza y alternar la recolección, la caza y la pesca, con una agricultura de autoabasto.
Ésta ha sido la manera de analizar del mundo occidental. Quienes no son como ellos son bárbaros, salvajes, atrasados. No entienden que desde épocas remotas hubo grupos humanos que eligieron vivir en un contacto más estrecho con la naturaleza y alternar la recolección, la caza y la pesca, con una agricultura de autoabasto.
El Correo Ilustrado
Acerca de propuestas musicales no atendidas en el Ceu
Un breve comentario sobre el testimonio del compañero universitario Paredes Pacho, publicado en La Jornada el 29 de enero, en el que define al movimiento estudiantil de 1987 como roquero.
Víctor M. Toledo: ¡Gracias Mitofsky! AMLO y Peña Nieto empatados
La historia reciente del país ha sido, desde la perspectiva democrática, de trampas, fraudes y manipulaciones. Una fórmula recurrentemente utilizada por las elites del poder ha sido la diseminación masiva de falsedades, convencidas de que una mentira divulgada miles de veces termina por volverse una verdad. Este fue el principio utilizado por el nazismo y otros regímenes totalitarios y aún hoy es usado, pero a una escala mucho mayor, a través de los poderosos medios de comunicación de masas. En México esta práctica persiste, dado los monopolios que existen en la televisión y la radio. Por ejemplo, la mancuerna Televisa y Tv Azteca puede manipular, burda o sutilmente, la mente de millones de mexicanos. Basta una noticia sesgada, una frase sacada de contexto o una imagen trucada para impactar a millones de votantes. Por fortuna, la palabra precisa es podían, pues hoy ha aparecido un pequeño David capaz de doblegar a esos emporios: las redes sociales (RS).
La grave situación que vive el pueblo rarámuri ha generado que la solidaridad social se exprese, pero también ha puesto al descubierto los criterios racistas y discriminatorios expresados en las llamadas reglas de operación de los programas sociales, sin que en todo ello se ponga el acento en la necesidad de retomar la autonomía y libre determinación como la vía idónea para que los pueblos administren recursos públicos y construyan sus alternativas de desarrollo de acuerdo con su cultura.
Apesar de ser abstemia, el pasado viernes la maestra Teresa Franco se tomó una copa de tequila. Desde hace años se había prometido a sí misma que lo haría el día en que muriera Miguel Nazar Haro, el hombre que la torturó en 1974. Así que al enterarse de su fallecimiento dijo a su marido, Vicente Estrada: ¡Voy a brindar para que este ser diabólico se vaya al más recóndito lugar de los infiernos!
Gilberto López y Rivas, miembro de la Cocopa cuando se ejecutó la masacre de Acteal, ha dicho que el juicio entablado en Estados Unidos contra Zedillo por esos hechos no ha sido aquilatado en sus debidas dimensiones. Más allá de las críticas que insinúa contra Las Abejas de Acteal (que como principales afectados tienen todo el derecho a mantener las reservas que mantienen) López y Rivas tiene razón. Dos cosas menciona en particular: el hecho de que la demanda se sustente en una investigación oficial hecha por la fiscalía especial creada por el gobernador Sabines y el hecho de que se incluya un documento de la Sedena que delínea el plan contrainsurgente –paramilitares incluidos– que condujo a la masacre de Acteal.
En El desprecio como destino nuestro entrañable escritor Eduardo Galeano puso en negro sobre blanco: Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad. Es posible que el capitalismo del que habla Galeano empiece a asumir otro punto de vista, si nos atenemos al documento Global Risks Report 2011 encargado por la élite mundial que se reunió en Davos, que bien podría subtitularse Las cosas duran hasta que se acaban. Esa es quizá la principal conclusión del reporte: en breve, advierten que el derrame de la actual crisis financiera agotó la capacidad del mundo para hacer frente a nuevas crisis.
Uno de los retos más importantes para el desarrollo de México es enfrentar y reducir la asfixiante dependencia externa en el campo de la tecnología. Se trata de un tema complejo, pues tiene que ver no solamente con el modo de crear el conocimiento, sino, además, con la estructura del sistema productivo. A menudo escuchamos elocuentes discursos sobre las reformas urgentes que el país necesita (como la energética, con la que se busca entregar nuestros recursos petroleros al extranjero y profundizar así la dependencia), pero nunca oímos a nuestros gobernantes referirse a los cambios que se requieren para abatir el atraso tecnológico, que sin duda es uno de los obstáculos más importantes para nuestro desarrollo.
Otro libro importante que se integra a la bibliografía sobre el Museo de Arte Moderno. ¿Neo mexicanismos? Ficciones identitarias en el México de los ochenta es un volumen bien ilustrado, un libro de arte incluso de moderado lujo, que tiene la enorme ventaja de no ser un cofee table book y eso lo constatarán quienes, habiéndolo adquirido, se entreguen al beneficio de leerlo, sea o no que hayan visto la exposición que lo generó, terminada en noviembre pasado. No se trata del catálogo de la misma, aunque desde luego la registra muy adecuadamente.
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