1/31/2012

Violencia institucional contra las adolescentes


CAMPAÑA PERIODISTAS DE MESOAMÉRICA A FAVOR DE LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS

“Irresponsabilidad” del Estado aumenta embarazos no planeados


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México, DF, 30 ene 12 (CIMAC).- La omisión del Estado mexicano para crear programas efectivos que ayuden a las adolescentes a prevenir embarazos, forma parte de la violencia institucional que se ejerce contra esta población.

Como parte del Día de la No Violencia –que se conmemora hoy–, Martha Tagle, ex diputada federal e integrante del Pacto Nacional por la Vida, la Libertad y los Derechos de las Mujeres, dijo a Cimacnoticias que la “irresponsabilidad” del Estado deriva en el aumento de embarazos en adolescentes, de los cuales “una proporción importante son no deseados o no planeados”.

Entre los obstáculos para crear políticas públicas que incidan en la disminución de embarazos en las menores de 20 años de edad, están los “tabúes de los funcionarios” sobre la salud sexual y reproductiva. Esta barrera impide que haya programas de educación sexual desde la infancia, que impacten en la conducta de esta población, dijo Tagle.

“La omisión del Estado en la prevención del embarazo adolescente forma parte de la violencia institucional a la que están expuestas las y los jóvenes”, recalcó. Otro ejemplo es el “recurrente maltrato” que padecen en los servicios de salud: “Cuando van a solicitar condones tardan hasta cuatro horas para recibirlos, y cuando los atienden los interrogan sobre sus prácticas sexuales”.

De acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV), la violencia institucional son los actos u omisiones de las y los servidores públicos que discriminan o tienen como fin dilatar, obstaculizar o impedir el goce y ejercicio de los derechos humanos de las mujeres.

El resultado de esta problemática se constata en la última Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, que en 2009 reportó que la necesidad insatisfecha de anticonceptivos en las adolescentes de 15 a 19 años era de 25 por ciento, mientras que la de las jóvenes era de 18 por ciento, y la de las mexicanas en general de 10 por ciento.

SERVICIOS “AMIGABLES”, UNA FALACIA

La falta de servicios “amigables” y de educación sexual desde la infancia deja a las y los adolescentes sin herramientas para prevenir embarazos antes de los 20 años, pero también para evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual (ITS), tales como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

Actualmente cerca de 8 mil niñas de entre 12 y 14 años son madres, y otras 700 mil de entre 15 y 19 también tienen al menos un hijo, estima la organización especializada en infancia Ririki Intervención Social, con base en datos oficiales. Ipas México calcula que por cada cuatro niñas y niños que nacen en el país, uno de ellos es de madre adolescente.

Según la especialista en salud reproductiva, Graciela Freyermuth, investigadora de Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, uno de cada cuatro embarazos en adolescentes no es planeado, y uno de cada 10 tampoco es deseado.

Mientras que el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, de la Secretaría de Salud, señala que en uno de cada cuatro embarazos en mujeres de 15 a 19 años de edad, las adolescentes sufren complicaciones en su salud.

Esta situación es “preocupante” porque la gestación a esa edad impacta el plan de vida de niñas y adolescentes quienes, por necesidades económicas o hasta por “castigo” o discriminación, abandonan la escuela después del parto, señaló a Cimacnoticias Nashieli Ramírez, directora de Ririki Intervención Social.

De acuerdo con la activista, esta situación está ligada a la falta de oportunidades de desarrollo que enfrentan las adolescentes. “Por su condición de pobreza o marginación están fuera del sistema educativo y lejos de los sistemas de salud”, observó.

MÁS CASOS EN LAS CIUDADES

El embarazo en adolescentes sigue siendo parte de la cotidianidad en las comunidades indígenas y rurales, las cuales se caracterizan por tener escasos servicios de educación y salud.

Sin embargo, en la última década repuntó el embarazo en las adolescentes que habitan en ciudades de alta marginación. Esta tendencia se advertía desde el censo de población de 2000, cuando urbes fronterizas como Ciudad Juárez, en Chihuahua, registraron una tasa de fecundidad más elevada que la media nacional.

El censo de 2010 confirmó esa tendencia, ya que las mujeres de 15 a 19 años de edad fueron el grupo que registró la disminución más lenta de fecundidad, a comparación de los demás grupos de edad.

La directora de Ririki Intervención Social señaló que en el país los “focos rojos” de embarazo en adolescentes en las urbes se ubica sobre todo en ciudades como Reynosa, Tamaulipas; Tijuana y Mexicali, en Baja California; Culiacán, Sinaloa, y Morelia, Michoacán.

Mientras que en el Distrito Federal hay una situación semejante que perjudica sobre todo a las menores de 20 años que habitan en la delegación Iztapalapa. En el Estado de México la realidad es similar para las jóvenes que viven en los municipios de Nezahualcoyotl y Chimalhuacán, localidades que comparten una alta densidad demográfica y un alto grado de marginalidad.

JÓVENES EXCLUIDAS

La activista afirmó que ante esta realidad las acciones emprendidas por el Estado han sido insuficientes, ya que “el mensaje no está llegando a las adolescentes que viven en la marginalidad”.

Ello se debe a que en el país “no hay una política integral para atacar el problema; los DIF de los estados deciden si aplican o no acciones para prevenir la problemática, y la Secretaría de Salud federal hasta ahora sólo ha llevado a cabo acciones aisladas que no han tenido impacto”, indicó Ramírez.

Para hacer frente al embarazo en adolescentes, Martha Tagle consideró indispensable que el Estado “enfoque sus esfuerzos en la prevención del embarazo entre las jóvenes, principalmente a través de la educación sexual impartida desde un enfoque de género, sin discriminación, ni violencia”.

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