9/03/2013

La hora de las convergencias


Utopía

 Eduardo Ibarra Aguirre

La manifestación y el mitin que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas, Pablo González Casanova y Raúl Vera, entre otros, fue significativo no tanto por los 8 mil asistentes de acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública capitalina, o “unos dos kilómetros” de participantes consignados por Alma Muñoz, Georgina Saldierna y Laura Poy, como por la diversidad social, partidista e intelectual que acudió a convocatoria de 300 notables; pero sobre todo porque simboliza el comienzo del movimiento popular en temas clave para el país: energía y petróleo, reforma fiscal (con el aumento de la tasa impositiva en alimentos y un impuesto para las medicinas) y la reforma educativa (para despojar a los trabajadores de la educación de conquistas contractuales por medio de la evaluación patronal).

Lo que no debió suceder empieza a ser realidad. La convergencia en el tiempo y el espacio de temas vitales para México pues los operadores políticos del titular del Ejecutivo federal fueron incapaces de evitar, para que su jefe institucional no padeciera un escenario que ahora será harto difícil remontar con éxito y el menor costo posible.

Allí está como muestra el botón del cambio de fecha (2 de septiembre) y de sede (Los Pinos en lugar del ominoso Campo Marte), para la lectura del Mensaje del I Informe de Gobierno, con el propósito, dijo el vocero en materia de seguridad, “de que no se siga alterando” la vida del Distrito Federal; además de la posposición del viaje presidencial a Estambul, si nos atenemos a la errática explicación del abogado y administrador público.

Plausible comprensión de Enrique Peña a las dificultades viales extras que padecen los capitalinos, pero sería de agradecerse aún más si Miguel Osorio, Emilio Chuayffet, Manlio Beltrones y Emilio Gamboa no hubieran jugado hasta ignorar los planteamiento formulados durante meses por la Coordinadora Nacional sobre lo que desde el aparato mediático oficial denominan reforma educativa.

Parece normal, por lo anterior, el notable incremento de los rumores y dichos sobra la partida de tal o cual encargado del despacho, justamente porque no supieron operar políticamente para evitar la convergencia de tres temas de la agenda nacional que calan hondo en la conciencia nacional, sobre todo la mayor privatización Petróleos Mexicanos. Y todo empieza a apuntar a que suscitarán la unidad en la acción de diversos liderazgos políticos y sociales, como lo demandaron a todos los mexicanos los asistentes a la movilización del sábado 31. Cárdenas Solórzano fue de los primeros en firmar el llamamiento unitario pese al soberbio gesto que utilizó para declinar la invitación de Martí Batres para que participe el domingo 8 en la concentración del Zócalo, convocada por el Movimiento Regeneración Nacional y Andrés López Obrador.

Los operadores políticos del presidente apostaron demasiado al papel a desempeñar por los denominados líderes de opinión y conductores de Televisa, Televisión Azteca y anexas. No recordaron las lecciones del desafuero de AMLO, la candidatura presidencial de Cárdenas en julio de 1988 y la cátedra de 20 años antes en que el olfato y el sentido común de las mayorías no se guiaron por los miserables intereses de los dueños de México que ocupan asientos en los consejos de administración del oligopolio de la desinformación, la sistemática destrucción de la obra educativa pública y privada, y la alienación de la gente.

Están a tiempo para rectificar con la ampliación de los espacios del diálogo y la negociación, el auspicio del debate en demérito de la propaganda que no convence ni a sus autores y sí exhibe al gobierno como gran promotor de la inequidad en la contienda política.

Acuse de recibo

Arturo Sandoval propone sobre Fin de semana de pronóstico reservado (30-VIII-13): “cuando se habla de linchamiento, perdemos la perspectiva de que los pinches maestros que no dejaron pasar la ambulancia, son sólo carne de cañón (…). Son mexicanos con hijos y familia, algunos verdaderamente vagos, otros no. Busquemos a los verdaderos culpables del desmadre: los líderes, los políticos, los empresarios que están metidos y a quienes dirigen el caos para llevar agua a su molino. Acusar a las masas: policías y manifestantes, es hacerles el juego. Den nombres, hechos, fotos, cifras de quiénes financian todo el teatro. A ésos sí hay que lincharlos”… Ramsés Ancira agrega “que es de muy mal gusto andarse muriendo donde se está defendiendo a la patria de una reforma administrativa laboral que nada tiene que ver con la educación. Por cierto, tengo una sobrina política que heredó la plaza de su papá y es la segunda maestra mejor evaluada en Morelos”… Y María Cervantes: “Lo que más entristece de las leyes secundarias, las más dañinas a los derechos laborales de todos los maestros, no sólo de los de la CNTE, es el lenguaje de éstas, igual al de un largo contrato de trabajo con una empresa, sea por tiempo indefinido o determinado, de prueba o de capacitación, éstos dos últimos ya permitidos por la otra reforma laboral…”

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