Estuve tentado a posponer la
inclinación a la nota roja que he prac- ticado en las últimas
columnetas, y terminar el año con cuestiones menos sórdidas. Finalmente
decidí lo contrario: tratar de que esta cronicación tuviera el efecto
de un exorcismo y nos liberara de los demonios que nos han habitado en
los últimos sexenios.
Ya dimos algunos nombres muy importantes de los sospechosos, de los
presuntos culpables, a quienes la Secretaría de la Función Pública
(SFP), hoy finada, denunció ante el Ministerio Público Federal y a
quienes éste consignó ante el juez federal Rubén Darío, de quien yo
había leído que
maneja el idioma con elegancia y cuidado, lo renueva con vocablos brillantes, en un juego de ensayos métricos audaces y primorosos y se atreve a realizar con el combinaciones poéticas dignas de fray Luis de León. Rubén Darío es el príncipe de los versos alejandrinos, los de 14 sílabas métricas divididos por dos hemistiquios de siete cada uno en las que se acentúan la tercera y la decimotercera sílaba...
Perdón, perdón, pero ¿qué cosas estoy diciendo? Norma de Aquino, mi housekeeper,
volvió a ordenar mis notas de acuerdo con el color y el tamaño y ahora,
por su culpa, confundí a Félix Rubén García Sarmiento, poeta
nicaragüense, universalmente conocido como Rubén Darío y reconocido
como piedra angular del modernismo, con el licenciado Rubén Darío
Noguera, juez federal cuyos acuerdos y sentencias son siempre escritos
en prosa y en un periclitado argot jurídico.
Empatando
el ingreso autorizado para 2014 –incluido el endeudamiento para cubrir
un déficit fiscal de 650 mil millones– el Presupuesto de Egresos de la
Federación (PEF) distribuye un gasto total de 4.467 billones de pesos
en la siguiente forma: 1.983 billones (el 44.5%) para ser ejercidos por
el gobierno federal y los ramos autónomos; 1.510 billones (el 33.8%)
por los organismo bajo control presupuestario directo; 578 mil millones
(12.9%) para ser transferidos vía Participaciones a las entidades
federativas (estados y DF); 380 mil millones (8.5%) para cubrir el
costo financiero (pago de intereses) de la deuda pública; y 16 mil
millones (el 0.3%) para cubrir adeudos de ejercicios fiscales
anteriores (Adefas) (Gráfico 1).
En la clasificación programática, del gasto total, 3.494 billones
(el 78.2%) va a gasto programable, y 974 mil millones (21.8%) a gasto
no programable, esto es, el que incluye las Participaciones a
entidades, los pagos por el costo financiero, los Adefas, y los eternos
programas del rescate bancario de 1995.
En cuanto al gasto programable (3.494 billones) su crecimiento real
en 2014 sobre lo aprobado para 2013 es de 10%. Del total, el 75.7%
(2.644 billones) se destina a gasto corriente (que crece 8.7%), y el
24.3% (850 mil millones) se canaliza a inversión (Gráfico 2).
Allá por mayo de 2009, como secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría reconoció que la economía nacional
es un desastre, hecho que sistemáticamente negó como funcionario del gobierno tecnócrata mexicano (y miren que ocupó cargos al por mayor. Secretario de Hacienda con Ernesto Zedillo, el último de ellos). Y le ponía la cereza al pastel:
Ésta no es una evolución, esto es una demolición.
Cómodamente instalado en un lujoso hotel madrileño para hablar de la
crisis económica global y el brutal efecto en la mexicana, Gurría, ya
muy alejado del obligado silencio que implica tener hueso en el
gobierno de su país, no se aguantó las ganas y soltó el citado
calificativo: “En 2009 hemos perdido lo que habíamos ganado en muchos
años, así que esto no es un ciclo, esto es un desastre. Y sí, lo
calculamos mal. Culpables de cargo, absolutamente. Y no lo digo sólo
por la OCDE, sino también por los reguladores, los supervisores y la
iniciativa privada, que tuvimos una falla masiva… No fuimos ni
medianamente competentes en esta materia… lamentablemente el primero
que tiene que ayudarse a sí mismo para salir del agujero es México y
los mexicanos, porque el apoyo que van a recibir de otros no será en la
misma proporción del daño que les han importado… Y el daño es enorme”. (La Jornada, Armando G. Tejeda, corresponsal, 23/5/2009).
Y fue más lejos: “Este problema lo hicimos nosotros y entonces somos
nosotros los que lo tenemos que arreglar. Fue una masiva falla de la
regulación y la supervisión. Fue una masiva falla del gobierno
corporativo y de la administración del riesgo. Y ahí vamos juntos
autoridades, sector privado y organismos internacionales. No se trata
de señalar a los culpables, pero sí de tener un buen diagnóstico para
saber las cosas que tenemos que hacer para salir del agujero… Si
hubiera habido un poco más ética, integridad y transparencia en la
economía mundial nos hubiera ido mejor (ídem)”.
En aquella ocasión el ex funcionario intentó diplomáticamente limitar el
desastrey la
demolicióna los daños causados por la crisis del
catarrito(cómo olvidar al creativo doctor Carstens), pero obvio es que ambos calificativos no sólo embonan a la perfección con el México real, el de las tres décadas de
reformas estructuralesy privatizaciones al por mayor, sino con la información que la propia OCDE, que ahora él encabeza, ha documentado a lo largo de los últimos años, es decir, desde el desastre educativo hasta la demolición del bienestar de los mexicanos, sin olvidar la debacle en ciencia y tecnología, la creciente inseguridad, el ecocidio, la pérdida de soberanía, la evasión fiscal del gran capital y demás resultados
modernizadoresllevados a la práctica por los mismos que ahora van por el petróleo.
Y esa cruda realidad que hoy reconoce y documenta la OCDE, con
efectos devastadores para los mexicanos, es la misma que con singular
alegría el propio tamaulipeco y la organización que ahora preside
(junto con el FMI, el Banco Mundial y la primera generación de
gobernantes gringos nacidos en México, entre otros) contribuyó
construir desde los cargos que ocupó en el gobierno mexicano, y remató
desde su posición actual (no se olvide que el denominado Ángel de la
Dependencia también forma parte de los insistentes promotores de la
privatización petrolera, y es el mismo que a finales de 1993 se dio el
lujo de pronosticar
24 años más de continuidad en política económica, con el saldo ya conocido. Por cierto, ese plazo vence en diciembre de 2017).
Cercano
ya el aniversario número 20 del ingreso de México a la OCDE (el anuncio
lo hizo Manuel Tello Macías, antecesor del propio Gurría en la SRE, 24
horas después del asesinato de Luis Donaldo Colosio, cuando la
cancillería mexicana divulgó que nuestro país había sido formalmente
aceptado como nuevo miembro de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos), con la promesa de que, con ello, las puertas
del primer mundo se abrían de par en par. Pues bien, dos décadas
después de tal
acontecimientonada hay que celebrar, pero sí muchísimo que reclamar por los espeluznantes resultados de años y años de privatizaciones,
modernizacionesy
reformitisaguda que han hundido a la nación y a sus habitantes.
Falta ver mucho, sin duda, pero entre lo más reciente destaca lo publicado el pasado sábado por La Jornada
(Roberto Garduño), que en su parte medular dice así: “La Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –integrada por un club
de 34 países productores de 60 por ciento de bienes y servicios a
escala global–, de la que México forma parte, ha reprobado en los meses
recientes las políticas aplicadas por la administración de Enrique Peña
Nieto en los rubros de salud, educación y seguridad.
“En mayo pasado la calificación aplicada en el índice de mejor vida
ubicó a México en el penúltimo sitio de los integrantes de la
organización, únicamente por delante de Turquía. En octubre, ese club
de naciones que se autoproclaman democráticas y desarrolladas consideró
al país como su integrante más inseguro, pues a partir de la tasa de
delitos y homicidios registrados el país obtuvo una calificación de
cero. México es el Estado miembro que tiene la tasa más alta de
asesinatos, pero también es el país donde existe la máxima disparidad
regional en estos crímenes. La tasa de homicidios de Chihuahua es 56
veces superior a la de Yucatán.
Incluso los índices revelados por la OCDE colocaron a la República Mexicana en el último puesto en cuanto a educación, y en los más bajos sitios en los ingresos por habitante. Si bien ese organismo multinacional es presidido por uno de los economistas neoliberales más connotados en el ámbito del poder político del PRI y del PAN, José Ángel Gurría, los resultados que ha obtenido el país no lo dejan bien parado.
Pues bien, a pesar de los devastadores efectos económicos y sociales
que han tenido las políticas neoliberales a lo largo de tres décadas y
no obstante que la propia OCDE los ha venido documentado desde hace 20
años, la organización que preside Gurría insiste: México saldrá del
hoyo sólo si
modernizamás, privatiza más y
reformamás, pero al devastador paso que van, en breve ya no habrá nada que hacer. Vamos, ya no habrá país.
Las rebanadas del pastel
No es novedad, pero mientras Enrique Peña Nieto
suavizóla
reformafiscal para, una vez más, beneficiar al gran capital, los consumidores ya no sienten lo duro, sino lo tupido, porque desde ya los comerciantes les
trasladanel aumento de impuestos que, según el gobierno, pagarían
los que ganan más.
Twitter: @cafevega
Los
actores políticos michoacanos coinciden: pasado mañana arrancará en los
hechos la contienda que concluirá en 2015 y en la cual se renovarán las
113 alcaldías, los escaños del Congreso local, las diputaciones
federales y la gubernatura.
Los dos últimos titulares del Ejecutivo estatal, Leonel Godoy y
Fausto Vallejo, gobernaron cada uno menos de cuatro años. Pero el
próximo mandatario podrá hacerlo durante todo un sexenio. Es, entonces,
un bocado aún más apetecible.
El perredista Silvano Aureoles Conejo y la panista Luisa María
Calderón Hinojosa se perfilan como los principales prospectos para ser
postulados por sus respectivos partidos, como ya sucedió en 2011.
Mientras, en el Partido Revolucionario Institucional hay varios
suspirantes: el senador Ascensión Orihuela Bárcenas, el delegado de la
Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la entidad, Víctor Manuel
Silva Tejeda, y el alcalde de Morelia, Wilfrido Lázaro Medina, cuyo
mentor político es el propio Fausto Vallejo.
Aureoles Conejo, coordinador de los diputados federales del sol
azteca, prácticamente tiene vía libre a la candidatura, pues el senador
Raúl Morón Orozco y el legislador local Fidel Calderón Torreblanca no
tienen por ahora posibilidades reales de derrotarlo en una contienda
interna.
Con
el telón de fondo del clima de descomposición y la fractura del estado
de derecho que se viven en Michoacán, grupos de autodefensa tomaron
ayer la cabecera municipal de Churumuco y de la tenencia de Juntas de
Poturo, y concretaron de esa manera presencia y control en una sexta
parte del territorio estatal.
Policías comunitarias, contra inutilidad de instituciones
Seguramente la policía no
hace nada para cuidar a las personas y sus bienes, y cuando está
absolutamente ausente, como es el caso de la zona donde vivo (Arenal
253, en Tlalpan), estamos a merced de toda clase de malhechores.
El
año que termina fue de altas y bajas para el gobierno del presidente
Obama en diversos aspectos. En cuestiones domésticas, la tensión entre
el Congreso y su administración creció cada vez que fue necesario
someter sus iniciativas a la consideración de los legisladores. En el
ámbito externo, tal vez sus principales problemas giraron en torno a
una posible declaración de guerra en contra de Siria y la controvertida
desnuclearización de Irán.
Creímos
los ciudadanos haber visto todo sobre el uso del dinero público para
promover la imagen de un funcionario. Pero el actual gobernador de
Chiapas –el que, como afirma el subcomandante Marcos, es el
empleado de un negocio que ni es partido, ni es verde, ni ecologista ni
es de México– superó con creces al que fue mandatario del estado de
México y hoy es Presidente de la República. Lacayunamente, uno de sus
servidores comparó hace una semana a éste con el generalísimo José
María Morelos, el Siervo de la Nación.
Al
término del año estaría bien hacer una evaluación de lo que ha venido
siendo la eficiencia, sin descartar la ineficiencia, para lo cual vamos
a tratar de definir en primer lugar, solamente como una excitativa para
que los especialistas se interesen en el tema y nos brinden algo más
profundo sobre lo que pasa con las finanzas del país, habida cuenta de
que tal parece que no hemos mostrado verdaderamente un progreso
visible, palpable para el pueblo mexicano de todos los niveles
sociales. Porque cuando nos referimos al pueblo y agregamos la
nacionalidad es que nos estamos refiriendo a aquel ciudadano que,
independientemente de sus ingresos familiares, bien habidos desde
luego, sienta por este país un deseo que se convierta cotidianamente en
una necesidad de realizarlo, con un sentido social, para sí mismo, para
su familia y que en su lucha tengan lugar también otros mexicanos, los
conozca o no. O bien si son amigos o compañeros de trabajo o tal vez si
se trata de esto, de que ocupe su tiempo y su esfuerzo totalmente
también de lucha, que sea limpiamente política, que considere el
objetivo de su actividad, no únicamente su propio progreso, sino, como
se dice antes, que incluya en su programa, en su plan de lucha y de
trabajo, a la sociedad de la que el país se beneficie, pues el ingreso
económico individual genera si el dinero no se esconde debajo del
colochón o no se lleve a depositar en la banca extranjera y tiene,
repito, origen lícito.
En
el final de 2013 vale la pena, aun de manera rápida, traer a la memoria
los principales eventos que marcaron este año. Primero en México y en
próximo artículo aquellos de carácter internacional.
La
situación institucional del país es muy delicada. El ímpetu reformador
ha abarcado en un periodo demasiado corto asuntos cruciales en muy
distintos órdenes. La misma Constitución ha sido modificada. En este
caso, se afectó el principio que otorga el carácter de estratégico al
sector de la energía: hidrocarburos y electricidad. Se redefine de
cuajo el ámbito del uso de los recursos y la potestad sobre los mismos,
y de ahí el marco de las políticas estatales de crecimiento de la
economía y de desarrollo social.
Este
año, la muerte ha estado cerca, demasiado cerca de esta casa. Ha venido
a tocar la puerta, a llamar por teléfono, a meterse en la conversación
de manera advenediza y entrometida como nunca antes lo había hecho. Se
metió en nuestra vida en la primavera, en el verano, en el otoño y el
invierno. Y no, no es cierto que haya llegado de manera juguetona. Lo
ha hecho de forma implacable, desalmada. Llegó una vez invitada por el
cansancio de volver a empezar todo de nuevo y dejándose llevar por una
enfermedad, por una caída mal curada; otra, por un aparente pequeño
accidente casero, también por la expresión de la más grande brutalidad
a la que hemos llegado por la pérdida de humanidad en este nuevo siglo,
o por el resultado de una larga y avisada enfermedad. Esta última fue
la forma en que llegó para arrancarnos a José María Pérez Gay.
En
un mundo en el que, como nunca, se ha vuelto demasiado fácil olvidar,
hay que hacer caso a la memoria y traerla al presente para entendernos
con él y, si corremos con suerte, pensar futuros donde quepan, y
sonriendo, nuestros descendientes. Así, algún día ellos podrán recordar
a sus ancestros con gratitud y respeto. Puentes, es lo que uno tras
otro vamos siendo. Pero hay quienes prefieren dinamitar los puentes,
cortarlos de tajo o ponerles aduana, retén, caseta de cobro, hasta
volverlos infranqueables. La labor de puente es directamente
proporcional a la del río que le corre debajo. Y ese es el miedo de los
que cortan los puentes. Que nos acordemos con las manos lo que nos
cuentan los ríos, por ejemplo de la gente no se deja ni cae en el
adormecimiento de la pantalla universal y su versión de los hechos
envuelta en entretenimiento, esa comida basura del cerebro, tras la
cual hay un proyecto siniestro, y su coartada es la
innovación.
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