Jazz
Antonio Malacara
Para
el consabido gigantismo de la ciudad de México, nueve clubes de jazz
serán siempre muy pocos clubes; pero eso es lo que tenemos hoy día y
habrá que degustarlo y agradecerlo. Más aún si recordamos que en algún
tiempo sólo contábamos con dos o tres de esos lugares para ir a
escuchar buena música con una copa de vino en la mano. Varios de los
visitantes de fin de año me preguntan sobre las opciones para escuchar
jazz en el Distrito Federal y aquí van las respuestas.
El más antiguo de estos clubes, el New Orleans, abrió sus puertas en
1972, y desde entonces ha presentado a los más grandes jazzistas de
este país (y uno que otro agregado). En la actualidad, la así llamada
Catedral del jazztiene como anfitriones a Carlos Macías e invitados y al Cuarteto Nueva Orleáns, dirigido por el baterista Juan Ramón Segundo. Además, los fines semana llegan diferentes grupos de blues y jazz.
El New Orleans está en avenida Revolución número 1655, en San Ángel.
Abre de martes a domingo, a partir de las 18:30 horas, y el cóver va de
50 a 150 pesos, dependiendo de los grupos invitados. Octavio Torres
Borgo es el almirante y Carlos Yarza se encarga de la dirección
artística. Para reservar está el 5550-1908.
Juko Fujino y Roberto Arballo Betuco mantuvieron abierto el Papá
Beto de 2003 a 2010, hasta que sus caseros les pidieron el inmueble de
Villalongín para construir condominios. La pareja cruzó el Circuito
Interior y abrió el Blue Monk, atrás de la Torre de Pemex, en noviembre
del mismo año. Como esa zona está llena de oficinas y bancos, el éxito
fue inmediato.
Lamentablemente, tres años después, los dueños de estos terrenos
también han decidido construir edificios en lo que se ha dado por
llamar
La nueva Polancoy el Blue Monk podrá funcionar hasta el 11 de enero próximo. Mientras tanto, pueden ir a conocerlo a partir de las dos de la tarde. Los grupos varían, pero la guitarra de Betuco está siempre en el escenario. La cita es en Bahía de San Hipólito número 51, en la colonia Anáhuac. El teléfono es 5525-0755.
Uno
de los clubes que más ha arraigado en el gusto de los jazzófilos es el
Zinco, pues desde que empezó a funcionar en 2005, en pleno Centro
Histórico de la ciudad, se convirtió en un lugar de referencia para
todo el país. El club mantiene una programación constante de grupos
nacionales e internacionales, bajo la supervisión de dos artistas
plásticos: Ernesto Zeivy y Boris Viskin.
El Zinco abre de miércoles a sábado a las nueve de la noche, la
música empieza a las 10 y media y el cóver recurrente es de 200 pesos,
a veces más, a veces menos. Lo encuentra en los claroscuros de un
sótano ubicado en Motolinía número 20, casi esquina con 5 de Febrero.
Reserve en el 5518-6369.
Los hermanos Alberto y Edgardo Aguilar abrieron la fonda El Convite
en 1996 y de inmediato se acreditó por la comida de autor que ahí se
sirve. Mucha gente atraviesa la ciudad para poder comer ahí. En 2000
decidieron empezar a programar jazz en vivo y desde entonces han
trascendido por mucho los umbrales de un restaurante.
El Convite es en la actualidad un centro de operaciones donde se
conciben y ensamblan los festivales Jazzbook y Ars Futura, en su sexta
y tercera edición, respectivamente. Para marzo de 2014, Alberto y
Edgardo estrenarán el documental Radiografía del jazz en la ciudad de México.
Ese mismo mes reabrirán El 81, un foro alternativo, y siguen apoyando
la edición de discos y libros de jazz. Los jueves, viernes y sábados
hay jazz en vivo a partir de las nueve, con un cóver de 100 pesos. La
cita es en Ajusco número 81, colonia Portales Sur. Reserve en el
5601-2260.
Hay más. Nos seguimos leyendo antes de que termine el año.
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