1/27/2014

Qué es aquella luz allá lejos?



 Tomás Mojarro

Es la luz de Sandino en la montaña negra. – Allá están él y sus hombres junto a la fogata - fumando o cantando canciones tristes del Norte, - los hombres sin moverse y moviéndose sus sombras...

“Pero Augusto César Sandino nunca fue presidente de Nicaragua, como sí lo fue, y durante 20 años, el asesino del héroe que en plena lucha de liberación lo había estipulado: “El que cree que estamos vencidos no conoce a mis hombres (29, y con él, 30 contra EU).

Es la Historia. Cuando un peligro azota la comunidad (un dictador, un gobierno atrabiliario, un cártel de malhechores con un Estado débil), ahí se, activa la soberanía popular y unas masas sociales como ahora las autodefensas michoacanas toman el problema en sus manos, al igual como ocurrió en Nicaragua con la lucha que sostuvieron los habitantes de Monimbó contra Somoza, dictador impuesto por Washington. La crónica:

De la carta que un juez Alfonso Dávila envió al dicho Somoza:

“He leído que ofrece ayuda a Monimbó. Estimo que esta su ayuda es tardía. Ya Monimbó no espera nada de usted. Sepa que Monimbó tiene que escribir muchas páginas en contra suya. Ya es muy tarde para que usted piense que Monimbó le dé la cara a usted”.

A. García G.:“Me llamó la guardia para dialogar con el comandante. Yo no fui. Les dije que ya no era tiempo. En Masaya pelearon entre dos y tres mil muchachos. Monimbó siempre estuvo a la vanguardia”.

“Los muchachos no eran guerrilleros. Los fueron haciendo guerrilleros”. J.M. Pacheco, sacerdote; y el estudiante J.R. Ortiz: “Desde que sentí en el alma la muerte de un compañero me decidí a tirar bombas”

 “La guardia venía y siete, ocho muchachos le tiraban las bombas; se metían a sus casas, llegaba la guardia y los muchachos ya en sus camas, haciéndose los dormidos”. A. G.García, alcalde de vara:  “Yo no podía tocar el tambor en lo oscuro porque decía la guardia que yo levantaba al pueblo. Entonces tuve que avisar casa por casa, para lo de las bombas. “A los bombardeos, las mujeres sacaban sus espejos y los ponían al sol para que los pilotos no vieran nada y se deslumbraran”. “Dos guardias se habían escurrido por los solares corriendo, pero nuestro pueblo los agarró y fueron fusilados por el propio pueblo”.

“Ya todo el mundo decía que Monimbó estaba en cenizas, pero eso era mentira. Monimbó estaba vivo, estaba de corazón vivo”. A. Ruiz, vendedor.

         “Mandé fuera a mis hijos. Les dije: hijos, cúbranse ustedes, déjenme a mí. Yo soy nada más un espíritu que anda por las calles”. O.A.

         “Una noche aparece ese chavalo. Ya no vamos a comer, le digo. Estoy acostumbrado a no comer, me dice. Te van a matar, le digo. Tiene ocho hijos mi mamá, me dice. Le quedarán siete. Y entonces voy y le digo a mi marido: Somoza tiene perdida la guerra”. Lourdes B.

“Cuando supe del triunfo le daba gracias a Dios de que todos mis hijos estaban vivos”.F. E., panadero. “Al final me puse a llorar de impresión y de alegría porque no parecía que ya hubieran triunfado los muchachos. Todos nos abrazamos de alegría”.E. Ortiz, hogar.

         “Dicen que viene la contra revolución. Yo creo que no. Y si viene,  aquí están los muchachos para esperarla. Ellos están dispuestos a entregar el último cacaste para no dejar morir a Nicaragua”. G. S..

         Es medianoche en las montañas de las Segovias. - ¡Y aquella luz es Sandino! Una luz  con un canto: ‘Si Adelita se fuera con otro...’

La Adelita: tal fue el canto de guerra del  “ejército loco” que venció al gringo. Nicaragua. Barrio de Monimbó. Sandino. Siempre Sandino. (Siempre.)

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