2/22/2014

Feministas se articulan para defender derechos


INTERNACIONAL


   Realizan Encuentro Nacional en Nicaragua


Archivo CIMACFoto | Yunuhen Rangel Medina
Por: Sylvia Torres y Bertha Sánchez
Cimacnoticias/SEMlac | Managua.- 

Más de dos centenares de activistas feministas provenientes de todo el país centroamericano se reunieron los días 7, 8 y 9 de febrero en la norteña ciudad de Matagalpa en el Encuentro Nacional Feminista.

Las mujeres debatieron los graves cambios experimentados recientemente en el país, donde la mayoría parlamentaria, encabezada por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional, ha cambiado la Constitución de la Republica para permitir la reelección indefinida, a la vez que ha disuelto los espacios plurales de participación ciudadana y retrocedido siglos con la prohibición total del aborto terapéutico.

Después de un recorrido de más de tres décadas en el que las diferencias de estrategia llevaron a la fragmentación del movimiento de mujeres, las activistas se reunieron convocadas por diversas redes y articulaciones feministas del país.

Entre ellas estuvieron pioneras como Sofía Montenegro, Geni Gómez, María Teresa Blandón, lo mismo que activistas jóvenes como Tania Montenegro, Cecilia Medal, Darling Munguía, Dolly Mora, entre otras.

Sofía Montenegro, escritora y una de las fundadoras del movimiento a finales de los 80, consideró el evento como “trascendental” especialmente porque las participantes pudieron hacer un balance, definir escenarios posibles y la puesta en común de estrategias para continuar la lucha.

Según Montenegro, es un logro “la disposición general de continuar organizándonos, articulándonos y discutiendo para enfrentar las nuevas y más adversas circunstancias políticas, económicas y sociales, en momentos en que la ciudadanía en general se siente impotente e indefensa, lo que dice mucho del talante de este movimiento”.

También fue una actividad para que viejas y nuevas generaciones se reconocieran. Un mural fue destinado para que cada una ubicara a sus “ancestras”, desde Simone de Beauvouir hasta muchas de las presentes.

Para Fanny Sánchez, del Colectivo Transformadoras de Cambio, conformado por mujeres jóvenes, la actividad fue “de suma importancia porque permitió compartir las reflexiones, dudas y contradicciones entre mujeres muy diversas; adultas, jóvenes, lesbianas, heterosexuales, rurales y urbanas, etcétera.

Para Sánchez, las discusiones más importantes fueron aquellas referidas a las estrategias, “aunque queda pendiente determinar cuáles serían las que constituyan acciones conjuntas mínimas para visibilizarnos como el movimiento feminista fuerte que somos”.

Para María Eugenia Delgadillo, de la Asociación de Mujeres Axayacalt-Masaya, fue muy importante contar con la participación de muchas jóvenes y la perspectiva de “continuar encontrándonos y dar seguimiento a nuestros procesos particulares”.

Igualmente importantes, señaló Delgadillo, fueron las discusiones sobre la sostenibilidad política, principalmente, pero también económica, por el retiro de la cooperación.

Otros aspectos fundamentales, dijo, son las relaciones entre nosotras, fortalecer la ética feminista, llevarla a la práctica y promover el reconocimiento de los liderazgos. Además, fomentar el autocuidado y la autodefensa, tan necesaria ante el contexto actual.

Milagros Romero Meza, joven activista feminista, considera que fue importante que el cónclave tuviera lugar en un departamento del interior y no en la capital, puesto que esto permite hacer visibles los liderazgos de la periferia.

La situación actual, expresó, llama a las feministas nicaragüenses a crear estrategias novedosas para hacer frente a un poder político que está cada vez más centralizado.

“En las discusiones corroboramos que nuestro primer espacio de lucha contra el poder es la batalla que se libra en nuestros cuerpos, en las decisiones sobre nuestra sexualidad, sobre nuestra reproducción, y que por eso son derechos tan regulados y tan conculcados por el sistema patriarcal”.

Pero también, dijo Romero Meza, la proliferación del clientelismo político o las alianzas entre el gobierno y los grupos religiosos más conservadores limita el ejercicio de derechos de las mujeres, y esto tiene efectos en cada realidad, en cada municipio. Las activistas que trabajan en los territorios se tienen que jugar estrategias diversas para poder sobrellevar estas realidades.

Agregó que al tema de las relaciones con el gobierno habrá que darle más cabida en el movimiento, porque hay posturas distintas.

Por un lado, algunas compañeras dicen que hay ciertas coordinaciones que son necesarias en los municipios, aunque sea con instancias que han sido colocadas por el gobierno y que sabemos que son ilegales.

Por otro lado, agregó, hay compañeras que consideran que hacer este tipo de alianzas o coordinaciones le otorga legitimidad a esas estructuras “de facto”.

Este es un debate que debe continuar en aras de trabajar de forma autónoma a favor de las mujeres. Hay que hablar, dijo, sobre nuestra relación con los partidos y otros actores políticos.

Para Milagros, otro tema de debate necesario es la laicidad. “Se le ha dado más cabida en los últimos tiempos en algunos espacios del movimiento feminista, pero que hay que profundizarlo, porque al final todas venimos de una cultura cristiana y de unas creencias que nos atraviesan a veces por tradición y a veces por convicción; pero es necesario hablar de ello”, señaló.

Agregó que hace falta escuchar a las compañeras que son cristianas y feministas, conocer qué dicen ellas sobre la laicidad, el aborto y el autoritarismo en las instituciones religiosas. Conocer cómo conjugar cristianismo y feminismo en sus vidas.

Otro tema importante, dijo Romero, es el diálogo sobre el feminismo como un movimiento amplio y diverso.

“No de un único feminismo, sino de muchos porque se da en distintos matices y realidades. Así, hay un feminismo negro, un feminismo indígena, rural... y quizás de esto deberíamos hablar. De cómo se sienten o se ven representadas las diversas expresiones del feminismo nicaragüense en el movimiento”, sostuvo.

El Primer Encuentro Nacional Feminista tuvo lugar en 1992 y constituye uno de los hitos del feminismo por el afianzamiento de su autonomía frente a los poderes políticos y religiosos.

Con la realización de este último encuentro se ha dado un gran paso para avanzar hacia la articulación, que no la fusión. Los resultados están aún por verse, pero por ahora, el solo hecho de reunirse bajo un mismo techo y dialogar significa para todas un gran éxito.

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