5/13/2015

México, 8 de junio de 2015



Voto mayoritario? ¿Voto dividido? ¿Nulidad? ¿Abstención? Cada categoría tiene un significado político y social. 

lasillarota.com

Estamos a punto de turrón. En unas cuantas semanas serán las elecciones intermedias en México; y aunque históricamente esta condición las hacía menos importantes o menos relevantes o de menor impacto político y social en México, en esta ocasión no es así. Digamos que esta vez perfilan una nueva etapa política del país y no precisamente porque los hombres de pipa y guante o los del águila lo hubieran decidido…

El domingo 7 resumirá en unas cuantas horas la historia reciente de México. Ese día sabremos qué pasó aquí en los años recientes, pero muy particularmente en lo que va del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto apenas a dos años y medio de su gestión y, también, qué sigue para él, para su gobierno y para todos nosotros en nuestra vida activa.

Una copiosa votación decidirá por mayorías a quienes habrán de gobernar; un numeroso voto nulo será un castigo humillante para el sistema político mexicano y para el gobierno –los gobiernos--; la gran abstención será muestra de que no se está de acuerdo con lo que aquí pasa, ni en política ni en lo social o económico: Todo junto.

Los presagios son malos. De hecho no se necesitan dos dedos de frente para ver el tipo de campañas que la mayoría de los candidatos y sus partidos llevan a cabo: Insulsas, sonsas, irresueltas, sin contenido y sí muy frívolas y hasta ridículas y ofensivas… Esto es así porque los mismos candidatos son ‘cháchara política’, levantada al vuelo por la necesidad de los partidos políticos de cubrir listas, por sus compromisos políticos y porque no se toman en serio ni ellos. [Un ejemplo a la vista, al portador, es el caso del Distrito Federal…]

Todo esto en medio de un ambiente nacional de gran violencia, en la que el crimen organizado se alebresta y reta al gobierno federal y a estatales, en tanto que la ostentación de fuerza y el discurso político del gobierno mexicano no corresponden con los resultados que en ley debieran ocurrir para atajar ya este estado de temor y enojo nacionales. Las escenas de violencia y agresión con heridos y muertos se incrementan cada día y con frecuencia el poder de los criminales parece superior al de las fuerzas de seguridad nacionales.

Las agresiones a candidatos de distintos partidos son cada vez más frecuentes; los enfrentamientos físicos violentos entre grupos de partidos políticos adversos también. Problemas sociales estallan aquí o allá; inseguridad y debilidad económica a la vista. El no anuncio de la extrema situación económica del país no se anuncia por razones electorales mientras que sí se percibe en los salarios, en la economía informal –desempleo disfrazado- en el desempleo formal y en el alto costo de la vida y los servicios…

Todo hace que los 83 millones 563 mil 190 ciudadanos que podrán participar en los comicios intermedios del 7 de junio de 2015 en los que se renovará la totalidad de las 500 curules de la Cámara de Diputados, 9 gubernaturas, 641 diputaciones locales en 17 entidades, 993 alcaldías en 16 estados y las 16 jefaturas delegacionales en el Distrito Federal, tengan frente a sí una gran responsabilidad: ¿Su decisión será la medida del país que sigue a partir del 8 de junio?

Una micro-micro parte de ese número de electores fue la que decidió a quienes habrían de ser candidatos y, por tanto, los electores no son responsables de sus actos: Los partidos políticos sí, aunque se sabe que una vez que cada uno de esos candidatos a quienes apoyaron comete un acto de corrupción o desgobierno, los líderes de su partido y su estructura desaparecen del panorama y no se corresponsabilizan.

¿Con el resultado electoral cambiará México a partir del 8 de junio? No. La inercia en la que estamos moviéndonos lleva a que el conflicto social en México siga aun. La violencia criminal se apaciguará más o menos, porque ya no tendrá su tono electoral; esto es así porque hay políticos que manipulan desde ahí sus intereses particulares.

¿La crisis social y económica será resuelta? No. Ya se ve que estamos cada día peor y será peor según presagian los mismos integrantes del gabinete económico del presidente Peña Nieto. El problema de la educación está ahí y los niveles educativos de México siguen a peor cada día, agravándose en estados del sureste mexicano, particularmente en Oaxaca en donde la sección 22 de la CNTE ha anulado al gobernador y su gabinete…

Y, bueno, el resultado sí nos dirá una cosa muy clara: ¿Qué si quieren los mexicanos para el futuro? y qué no quieren. El 8 de junio próximo los mexicanos habrán de plantarse y sacarán las piedras del buche: ¿Voto mayoritario? ¿Voto dividido? ¿Nulidad? ¿Abstención? Cada categoría tiene un significado político y social: A partir del 8 de junio lo sabremos y esa será la nueva etapa política del país.

Los partidos, por su parte, llevarán a tribunales de lo electoral resultados. Lamentable, pero muy probablemente seguirán los actos de violencia en contra de actores políticos, no siempre debido a razones políticas, quizá a que han tenido sus queveres con miembros de estas organizaciones delincuenciales.

Los electores, mientras tanto, seguiremos en la brega. En la lucha por el sustento cotidiano y por un poco de solaz individual y familiar mientras seguimos aspirando a que un día seamos nosotros, la mayoría, quienes elijamos a quienes sí deben gobernar a este país.

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