7/20/2013

“Somos víctimas de la ocupación, pero también por ser mujeres”

Encuentro con Aminatou Haidar, activista saharaui

Aminatou Haidar recibió, en su vivienda de El Aaiún, a activistas extranjeros.- Andrea Momoitio
Aminatou Haidar recibió, en su vivienda de El Aaiún, a activistas extranjeros.- Andrea 
Momoitio

La salud de Aminatou Haidar está resentida. Las huelgas de hambre han dañado su estómago y los cuatro años en una prisión marroquí han causado estragos en su espalda. Por eso, no acudió al III Congreso Internacional de Apoyo a la Resistencia de Mujeres Saharauis’. Este acontecimiento excepcional e histórico no podía darse por finalizado sin escucharla, por lo que recibió en su casa a todas las representantes de los colectivos internacionales congregados en El Aaiún.

La situación política del Sahara Occidental requiere de alianzas y muchos esfuerzos para ser resuelta, pero Haidar mostró su preocupación ante la situación específica de las mujeres: “No tenemos que esperar a que llegue la independencia para lograr nuestros derechos. Tenemos que trabajar por ello ya, ahora”. 

Estas declaraciones fueron recibidas con gran optimismo por muchas de las representantes de colectivos feministas, que escuchaban con atención a una Haidar que había convertido el salón de su casa un hemiciclo.


Las mujeres saharauis están en primera línea política trabajando por el derecho a la autodeterminación de su pueblo, pero –de la misma manera que ha ocurrido en otros procesos revolucionarios– corren el riesgo de ser desplazadas de la vida pública al lograr la independencia. 

Pasó en la revolución francesa y debatieron mucho sobre ello las marxistas. “En el Sahara Occidental también hay discriminación de género, pequeña o grande, pero existe. Las mujeres saharauis no somos de otro planeta. Si se compara nuestra situación con la de otras mujeres árabes o musulmanas es cierto que estamos más avanzadas, pero esto no es una victoria”.


Aminatou Haidar hizo hincapié en las discriminaciones de género.- Andrea MomoitioEl trabajo de los colectivos internacionales con las mujeres saharauis se complica debido al bloqueo marroquí, en los territorios ocupados. La barrera idiomática, no tan marcada en los campamentos, dificulta el trabajo en las zonas colonizadas. Haidar, sin embargo, se mostró contraria a hablar de las saharauis de los campamentos: “En las zonas ocupadas, muchas familias no dejan a sus hijas continuar sus estudios. 

Puedo entender que no las dejen después del bachillerato porque aquí no hay universidad y temen la represión marroquí si salen a estudiar fuera, pero deberían dejarlas, al menos, estudiar hasta bachillerato”. La educación es un elemento indispensable para el empoderamiento de las mujeres: “Necesitamos más formación general, pero también específica en cuestiones de género”.

Se muestra favorable a compartir experiencias con otras mujeres y a trabajar para educar a las más jóvenes. “Somos víctimas de la ocupación, pero olvidamos que también somos víctimas por ser mujeres. Sufrimos una represión específica y es importante que trabajemos ahora para evitar que, en el futuro, les pase lo mismo a nuestras hijas. 

Si no lo hacemos ahora, no lo haremos nunca”, aseguró categórica. “Tenemos que trabajar para que mañana, nosotras, que hemos estado en las cárceles, no sigamos siendo víctimas por ser mujeres”.

 La independencia del pueblo saharaui no puede posponer, ni relegar a un segundo plano, la lucha por la independencia de las mujeres. “Vuestra visita es un apoyo moral, pero sobre todo es un acto político, que espero sirva para llevar a acabo acciones concretas a favor del Sahara Occidental”, declaró emocionada.

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