7/18/2013

En el mercado





Manuel Bartlett

En el marco constrictivo del Pacto por México, se celebraron elecciones en 14 estados de la República. Los asociados o pactantes, PRI, PAN, PRD y apéndices, compitieron por municipios, diputaciones locales y una gubernatura; repartición, entre amigos, de empleos políticos, diputaciones locales, presupuestos y canonjías, conscientes en todo momento de la rebatinga, de su interés por preservar el pacto. Elecciones pactadas por tanto, la repartición tuvo como límites la “civilidad”, nada de viejas mañas, afirmaron los mañosos. El pacto, “mecanismo superior para alcanzar las reformas que el país requiere” no debería afectarse por la competencia “democrática”. Surgieron problemas, en Veracruz PAN y PRD, sorprendieron in fraganti a funcionarios priístas preparando los programas sociales para comprar votos, sustituyendo a los que venían haciéndolo para el PAN; denunciaron ante el Ministerio Público —lo que después se olvidó—, amenazaron con salirse del pacto, Peña Nieto condescendiente, les garantizó que no habrían violaciones, PAN y PRD, confiaron en él, que además de autoridad es su socio, no podían engañarse entre ellos, firmaron un “adéndum” que repetía innecesariamente la ley. Las quejas no cesaron, la amenaza del PAN y PRD de abandonar el pacto, devino repetida amenaza.

Llegó al extremo en el caso de la gubernatura de Baja California que detenta el PAN desde acuerdos salinistas. El día de la elección Madero y Zambrano, declararon que dependiendo de lo que ocurriera en BC, revisarían su posición ante el pacto. El mismísimo presidente del PRI, Camacho, acompañado de Beltrones, padrino del candidato, se declaran sorpresivamente triunfadores el día de la elección. Beltrones criticando la amenaza, afirma: “el pacto por México es para beneficiar al país, no para negociar elecciones”, exigen lo que tantas veces impidieron, el recuento voto por voto y en el organismo electoral partidizado, la mayoría priísta acuerda ilegalmente el recuento y lo empieza a aplicar. Más tarde el PRI recula, la voz del amo, los consejeros “independientes” ordenan suspender el recuento que habían impuesto. Conserva el PAN la gubernatura, Madero y Zambrano ratifican su participación en el pacto, de pasada exigen una revisión general de la elección y una reforma electoral que juzgan necesaria. Algo más sacarán.

The Economist, revista de los intereses petroleros y financieros internacionales comentó: “el pacto debe preservarse, es ejemplo de civilidad política”, “Peña debe ofrecerles a los pactantes, una amplia reforma política a cambio de su apoyo para la liberalización energética; un medio para un fin”. Aunque las concesiones que aconseja, no sean un ejemplo de civilidad.

No hubo oposición en la elección, compitieron los asociados aglutinados en la derecha, entre rotos y descosidos, en alianzas que borraron toda diferenciación ideológica, así para gobernar BC, da lo mismo uno que otro. En Puebla, ganada un año antes por López Obrador, en su ausencia, Moreno Valle con el PRD y Movimiento Ciudadano a su servicio, impone candidatos y gana conforme a sus intereses personales. Estos arreglos, ajenos a la ciudadanía resultaron en el repudio popular y el triunfo del abstencionismo de cerca del 60%, expresión de la falta absoluta de credibilidad de esa clase política.

Todo un espectáculo. ¿Cómo pueden amenazar con salirse de un pacto que ponderan como la indispensable solución de los problemas fundamentales del país, por disputas electorales locales?, ¿cómo pueden sin rubor mantenerse asociados y apoyar a un gobierno que descalificaron y que sólo se comportó, según ellos, con amenazas?, ¿cuál es el valor de los “triunfos” del PAN, para mantenerse en el pacto y seguir diluyéndose en el colaboracionismo?, ¿cuál es el valor para el PRD de colgarse del PAN, de la derecha, porque solo no puede? Los intereses nacionales están en el mercado.

@manuelbartlett
Senador de la República

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