John Saxe-Fernández
El 31 de enero 2013 hubo
un estallido seguido de una onda expansiva que se sintió como un temblorque causó decenas de muertos, más de cien heridos y pánico
entre miles de trabajadores de los edificios de Pemex. Hoy la agresión a Pemex y sus más de 170 mil trabajador@s e ingenier@s contenida en la contra-reforma energética es una puñalada al corazón de México, seguida de una onda expansiva de indignación de más de 60 por ciento de la población, una resistencia civil y pacífica convocada por Morena, de cacerolas y cucharas contra escudos metálicos, que se escucha en las afueras del Senado día y noche, ante la consumación de lo que AMLO llama el robo de todos los tiempos. Es rechazo a la hazaña de Washington y Wall Street, perpetrada a través de Peña, PRI y PAN.
Las explicaciones del siniestro no fueron convincentes. Tampoco las
contenidas en el dictamen del programa de ajuste estructural (PAE) para
el sector energético con sus 21 transitorios, enviado al Senado a
última hora en diciembre. Al respecto Fluvio Ruiz Alarcón, consejero
profesional independiente de Pemex, recordó que a Petrobras y a Slim
les concedieron periodos de transición de tres y 20 años años para
prepararse y competir con los gigantes petroleros o de
telecomunicaciones, por lo que calificó de
impresionante y sorprendenteque a Pemex, cuyo aporte fiscal rebasa al de todas las firmas que cotizan en bolsa, se le dieran sólo 60 días para competir con firmas de gran peso político y económico (Exxon, Chevron, Shell etcétera) apoyadas en persuasivos y acaudalados cabildos, por el Departamento del Tesoro vía FMI-Banco Mundial-BID y el escudo diplomilitar de Estados Unidos metido hasta la cocina, luego de 12 años de panismo.
En el dictamen se detectan con diáfana claridad, múltiples huellas del Tesoro y el diktat
imperial en los tiempos del techo petrolero. Se trata de un PAE con
empréstitos por rama del BM/BID, al que se accede sólo bajo las
condiciones macroeconómicas del FMI. Si a esta
condicionalidad cruzadase agregan las comisiones de los altos cargos que manejan los PAE (con depósito legal en cuentas suizas, dice Stiglitz), no es difícil explicar la fluidez con que transita la desnacionalización del
proceso de toma de decisionesen materia energética, ajustándolo a los intereses empresariales y de seguridad de Estados Unidos con las consecuentes mutilaciones constitucionales.
La supeditación de Hacienda al FMI está en la base de la brutal
agresión fiscal a que se somete a Pemex para, por tres décadas,
implantar la veda a más refinerías, debilitar la integración vertical
de Pemex, abrir las puertas a los contratos de riesgo, aceptar
inversión extranjera al 100 por ciento en petroquímica, abrir paso a la
privatización total del sector,
permitiendo la competencia doméstica e internacionalante Pemex, como se consignó en las Cartas de Política por Rama del BM, base del dictamen, sintetizadas en La reforma del monopolio petrolero de México, documento de 1992 de la Heritage Foundation, Washington DC.
Ya
que FMI-Hacienda, vía diseño presupuestal, gravitan sobre lo que
procede o no en Pemex, resulta relevante tener presente, como advirtió
Fluvio Ruiz, que el dictamen no ofrezca un mecanismo bien definido
que garantice la autonomía presupuestal y de gestión de Pemex, ni quede claro en qué proporción habrá una disminución de la carga fiscal a Pemex(La Jornada 8/12/13 p 5). Se corrobora, como afirma Benito Osorio, ex presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, que los dichos de Peña Nieto de fortalecer a Pemex fueron
una maniobra mediática, ya que el dictamen, además de
recuperar y restablecer una actividad como existía antes de la nacionalización petrolera...
crea un esquema de competencia donde el más afectado será Pemex(ibid).
Pese al amplio programa fiscal/administrativo impuesto por el
FMI-Hacienda que induce el debilitamiento de Pemex y el finiquito de
toda actividad sustantiva, la rentabilidad anual de la paraestatal es
de más de 100 mil millones de dólares debido, en gran medida, al
inusitado aumento en los precios del crudo. En los años 90 la canasta
mexicana promedió 18 dólares por barril y hoy se cotiza en casi 100
dólares. En el tercer trimestre de 2013 la utilidad de Pemex antes de
impuestos, derechos y aprovechamientos fue de 186 mil 885 millones de
pesos (mmp) obligándosele a pagar más de 226 mmp, registrando una
pérdidade 39 mmp, según estados financieros de la BMV recabados por Israel Rodríguez.
Coda: fuentes oficiales indican que pese al boom shale en Estados Unidos,
la producción de crudo en países fuera de OPEP no aumenta: la nueva producción apenas compensa la declinación de los yacimientos(Bulletin of the Atomic Scientists, julio 2013). Por lo que se contemplan aumentos persistentes en los precios. Finiquitar a Pemex privatizando la jugada a favor de las Exxon/Chevron, los Ramírez Corzo y Reyes Heroles: he ahí uno de los ejes clave de la gran hazaña de los Santa Anna en turno.
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