3/17/2015

En qué país vivimos?

Alberto Aziz Nassif

Se dice que se combate a la pobreza con múltiples programas y presupuestos, pero en realidad sólo se le administra
Toda mi solidaridad para Carmen Aristegui

Hace unos días Fernando del Paso recibió en Mérida el Premio José Emilio Pacheco a la Excelencia Literaria y estas fueron algunas de sus sus palabras: “Lo único que no sé es en qué país estoy viviendo. Pero conozco el olor de la corrupción; dime José Emilio: ¿A qué horas, cuándo, permitimos que México se corrompiera hasta los huesos? ¿A qué hora nuestro país se deshizo en nuestras manos para ser víctima del crimen organizado, el narcotráfico y la violencia?”
Vivimos en el país en donde el Poder Judicial está para complacer al Presidente y para ratificar sus deseos en nombramientos apresurados, sin que importe hacer un examen a fondo de las propuestas. Lo que acabamos de ver con los casos de Arely Gómez y Medina Mora son una probadita de que la división de poderes cada día es más retórica, que un conjunto de procedimientos rigurosos y de contrapesos. Es el país en donde la voz de 52 mil ciudadanos que firmamos en contra de Medina Mora simplemente quedamos como una anécdota.
Es el país en donde un presidente puede estar en el sótano por la reprobación ciudadana, como es hoy el caso de Peña, y ni siquiera se preocupa porque pueda perder las elecciones, ya que la oposición está peor que el partido en el gobierno. Se ha diluido entre las manos el carácter de la oposición. Del panismo no hay que esperar mucho, ya se sabe que es el primer apuntado para jugar el juego de las complicidades y de la impunidad con el actual gobierno. Votan igual que el PRI y no hacen la más mínima diferencia. Lo que queda del perredismo es pura complicidad con el poder y los intereses, no se distingue del viejo priísmo, cambió su plataforma por los negocios.
Estamos en un país en donde el PRI, que está de regreso, pone en marcha una regresión y demuestra que eso de la transición es etapa superada. Para todos los que decían que ya no sería igual, ahí están las pruebas que muestran el tamaño de la equivocación. Estamos ante un largo regreso a las mismas prácticas de siempre; ante cualquier asomo de una legislación progresista el PRI y sus aliados se encargan de poner las mañas para que nos regresemos, para que se pierdan o se anulen las posibilidades de avanzar. Pero, ¿por qué el PRI hace todo esto sin grandes costos políticos? Pues porque cuenta con una maquinaria de clientelas y voto duro, que se asienta en un país en donde la pobreza alcanza a más de la mitad de la población.
México es el país en donde se dice que se combate a la pobreza con múltiples programas y presupuestos, pero en realidad sólo se le administra. Tenemos los salarios más bajos de la región. Pero eso sí, como dice Buscaglia, la burocracia dorada gana salarios como si fueran suizos, pero entregan resultados como en Sudán. Estamos en el país en donde el presidente reconoce que atravesamos por una grave crisis de “incredulidad y desconfianza”, pero le encarga a su subordinado que lo investigue por un claro conflicto de interés. Es la simulación, el “olor de la corrupción”. Estamos con un gobierno que está reprobado en derechos humanos, que es señalado por Naciones Unidas por practicar la tortura de forma generalizada, aunque se pretenda negarlo como lo hizo el canciller mexicano sin ninguna credibilidad. Tenemos un país en donde hay miles y miles de desapariciones forzadas y no pasa nada.
Es el país en donde de la noche a la mañana se suprime el espacio radiofónico más importante por una venganza del poder. El domingo pasado MVS despidió a Carmen Aristegui de su programa de noticias. Ese noticiero era insoportable para el poder porque de forma cotidiana lo desnudaba. Su equipo de investigación develó expedientes pestilentes y construyó una pluralidad indispensable de voces para México.
Sigue Fernando del Paso: “Qué proyecto de país tenemos ahora... ¿Qué proyecto tienen quienes dicen gobernarlo? Me permito citarte una vez más, conozco tu país —decía el gringo— pasé una noche en Tijuana / éstas son las palabras que me sé de tu idioma: / puta, ladrón, auxilio, me robaron. ¿En qué se diferencian estas palabras de político, autoridad, socorro, me extorsionaron?” La regresión va, hay que dar la batalla…
 Investigador del CIESAS. 
@AzizNassif

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