3/17/2015

La sociedad pierde


Para Carmen Aristegui, con solidaridad y un abrazo.

lasillarota.com

De desproporcionada e inédita calificó el ombudsman de MVS, Gabriel Sosa Plata, la campaña que emprendió esa empresa en contra de Carmen Aristegui por haber incluido en el proyecto Mexicoleaks la marca de MVS, un diferendo de ese tipo que pudo haberse resuelto con las aclaraciones y disculpas pertinentes entre las partes, terminó ventilándose en los medios y escaló a un conflicto mayor que originó una inmediata y crispada respuesta de la audiencia de la primera emisión de noticias.

No voy a detenerme en los detalles de los hechos que ya han sido suficientemente cubiertos por diversos medios de comunicación, este episodio como en el 2011, cuando igualmente surgió un diferendo por la pregunta de la periodista sobre el supuesto alcoholismo del ex presidente Felipe Calderón, nos lleva a los problemas de fondo que tenemos en nuestro país sobre la libertad de expresión.

Sin duda que Carmen Aristegui es una periodista crítica, aguda que incomoda al poder, los casos que dieron a conocer con su Equipo de Investigación sobre la Casa Blanca y la red de prostitución de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex dirigente priísta en el Distrito Federal, cimbraron al presidente Peña Nieto y al partido político en el poder, la amplia cobertura del caso de Ayotzinapa con los jóvenes desaparecidos y de la violación de derechos humanos de los militares en Tlatlaya, entre otros temas, hacen a esa periodista y a su equipo el único espacio, a nivel nacional en la radio  y la televisión restringida,  que permanentemente increpan al poder y sus abusos.

Por eso es uno de los noticieros más escuchados en el país y cuenta con una amplia credibilidad, puede que a muchos les guste o no su forma de hacer periodismo, pero sin lugar a dudas es el espacio principal donde se pueden escuchar las voces y perspectivas de numerosos movimientos y actores sociales, que no tienen cabida en la mayor parte del resto de los medios que monótonamente repiten el discurso oficial, que se alinean dócilmente a los designios del gobierno actual.

Las medidas tomadas por la empresa al despedir injustamente a Daniel Lizárraga e Irving Huerta, los dos reporteros de la Unidad de Investigación encargados de los reportajes que movieron al poder presidencial, sin mayor explicación que la “pérdida de confianza” y la emisión e imposición de Lineamientos para la información noticiosa y los conductores, que claramente limitan la libertad editorial con la que trabajaban Carmen y su equipo, no pueden verse más que como medidas para tomar control de ese espacio por parte de la empresa, los otros ya los tiene controlados, lo que es inaceptable para una periodista independiente, lo que generó las condiciones ideales para su salida, que no es otra cosa que censura.

¿Por qué esa reacción desmedida por parte de MVS de los Vargas? Ellos ya han pagado suficientes costos políticos ante las presiones por parte de diferentes gobiernos y las dos principales televisoras comerciales del país, así como los monetarios, baste recordar algunos hechos como el diferendo de la banda del 2.5 con Calderón, los embates jurídicos por su alianza con Telmex y Dish, los obstáculos para impedirles entrar a la televisión abierta, entre otros, por el sólo hecho de darle cabida a una periodista que a los poderes fácticos y políticos molesta.

¿Por qué pagar ahora el gran costo social que tendrá ante la opinión pública, ante su audiencia, que es la base de su éxito? En menos de dos días se juntaron más de 100 mil firmas apoyando a la periodista, en las redes sociales el hashtag #EnDefensaDeAristegui se convirtió rápidamente en Trending Topic, hubo el mismo viernes 13 de marzo una manifestación en las afueras de la estación para exigir que no se le despida y una más el lunes 16 ante la noticia que se dio a conocer el domingo 15 de que la empresa despedía a la periodista.

Si la razón es solamente el enojo de los dueños por el uso de su marca, el pago de la factura parece muy alta para corresponder a eso, si la razón, como muchos manifiestan, son las presiones que está haciendo el gobierno de Peña Nieto, que tiene como vocero precisamente a Eduardo Sánchez ex colaborador de MVS, estaríamos ante una gravísima censura propia de una dictadura, de un autoritarismo que pone en vilo nuestra frágil democracia.

Porque hay que decirlo claro, después de este espacio mediático no parece posible que Carmen pueda estar en otro, puesto que el reducido grupo de los dueños de los medios electrónicos, el oligopolio radiofónico y hasta ahora el duopolio televisivo, tienen la capacidad de cartelizarse para vetar en grupo a periodistas independientes, incómodos; los medios públicos nacionales siguen la odiosa veta oficialista, por lo que no se atreven a tocar ni con el pétalo de una crítica al gobierno, y no parece que las nuevas cadenas nacionales de televisión digital vayan a hacerlo por los perfiles históricos de sus nuevos dueños, alineados al discurso oficial en turno.

Ese es el grave problema que deriva de la exagerada concentración mediática mexicana. Recientemente el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, afirmó públicamente que "el Estado no es la única fuente de restricciones a la libertad de expresión pues también lo es, y de manera muy determinante, la concentración de la propiedad de los medios… lo que por cierto no contribuye a la efectiva vigencia de la libertad de expresión y de la democracia, que implica siempre pluralismo y diversidad".

La salida de Carmen de MVS, nos vuelve a poner en la cara, el problema estructural de la afectación de la concentración mediática a la libertad de expresión y el debate democrático, pero aún más, de ser cierta la presión gubernamental, ante lo que estamos es ante un perverso montaje al que se ofrece una empresa y que es una regresión autoritaria mayor que indica la pérdida de nuestras libertades.

En este caso no solamente pierden los periodistas y la empresa, sino la sociedad en su conjunto, por eso la reacción agraviada de sus audiencias, porque saben las consecuencias.

@callejag  

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