9/30/2014

La opacidad del IFT


De acuerdo al marco normativo en nuestro país sobre acceso a la información pública, toda información debe tener como principio la máxima publicidad.

lasillarota.com

Aunque la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión en su artículo 47 señala que las sesiones del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) que sus sesiones serán de carácter público, excepto aquellas en las que se traten temas con información confidencial o reservada, en la práctica todas sus sesiones, desde su reciente nacimiento han sido a puerta cerrada.
Si bien de las sesiones existen versiones estenográficas, no es lo mismo, ya que las sesiones en vivo dan cuenta de manera más nítida de las posiciones y los argumentos de cada uno de los comisionados y comisionadas, respecto de temas que son del más alto interés público, y que sabemos están llenos de escollos por los intereses que se juegan en ambos sectores de la radiodifusión y las telecomunicaciones.
Pero también porque sus decisiones impactan de manera importante el desarrollo del país y el ejercicio de derechos fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a la información, aunque algunos se nieguen a aceptarlo.
De acuerdo al marco normativo en nuestro país sobre acceso a la información pública, toda información debe tener como principio la máxima publicidad, salvo algunas excepciones relacionadas con la seguridad nacional, la protección de datos personales e información específica de procesos judiciales y administrativos que pueden poner en riesgo dichos procesos, incluso, en la nueva ley en la materia se ampliaron los sujetos obligados para transparentar su información, aunque sean particulares, si es que reciben recursos públicos.
El hecho de que las sesiones sean públicas transparenta la función pública para evitar la corrupción, para generar el necesario debate público de los temas de la esfera pública que afectan a nuestra sociedad, así como para generar las condiciones para una vigilancia ciudadana, así lo hacen el Instituto Federal Electoral, el Instituto Federal de Acceso a la Información, la Suprema Corte de Justicia, entre otros. Sin embargo, el IFT se niega a hacer públicas sus sesiones, ya sea de manera virtual o presencial, permitiendo la entrada a periodistas y público interesado en los sectores.
Entendiendo que en algunas ocasiones se tocan temas de información reservada para no poner en riesgo procesos delicados que pudieran verse afectados por dar a conocer determinados datos, o por la protección de personas, lo cierto es que no todas las sesiones cumplen con esa condición y con antelación el Pleno conoce de los temas que serán tratados en cada una de las sesiones, o por lo menos deberían de saberlo; por lo que no es racional, y creo que tampoco legal, que ese órgano regulador se escude en la posibilidad de que en cualquier sesión podría surgir algún tema que requiere confidencialidad para evitar el escrutinio público de sus actuaciones.
Que el IFT crea que tiene condiciones especiales para evadir su obligación de transparencia y tener un régimen especial a diferencia del resto de las instituciones es francamente grave, por lo que habrá que buscar las salidas legales para que ese instituto cumpla con el derecho que tenemos los ciudadanos a saber y a estar informados.
Al IFT se le dio a partir de la Constitución y su consecuente ley secundaria un nuevo diseño institucional para que tuviera eficacia ampliándosele facultades, ámbitos de regulación, mayor presupuesto, etcétera, pero resulta que sus integrantes siguen teniendo las mismas prácticas y visión que la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones, repitiendo sus mañas y falencias que tanto daño hicieron.
@callejag

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