10/02/2014

Revueltas y el 68


En memoria de Raúl Álvarez Garín

José Revueltas, de quien se conmemorará el centenario de su natalicio el próximo 20 de noviembre, siempre ha sido bien recordado en las manifestaciones del 2 de octubre. Su participación desde su mismo inicio en el Movimiento estudiantil-popular (MEP) de 1968 en tanto veterano luchador radical comunista de entereza y honradez probadas, quedó indeleblemente marcada como uno de los acontecimientos políticos estelares de dicho movimiento. En los primeros días de agosto de 1968 cuando se inició la huelga estudiantil, el gran escritor revolucionario, a la edad de 54 años sin titubeos se presentó al Comité de Lucha de la Facultad de Filosofía y Letras de la Ciudad Universitaria en el que participábamos un conjunto diverso y dinámico de jóvenes socialistas radicales y desde ese momento participó en todas las actividades del Movimiento del 68.

Durmiendo en un escritorio, comiendo los tacos y tortas de los activistas, debatiendo en las discusiones en las asambleas y en las reuniones del comité de la Facultad así como con los delegados del Consejo Nacional de Huelga (CNH), Revueltas contribuyó con sus ideas y propuestas a forjar una de las interpretaciones políticas más fecundas y profundas del propio movimiento. Se dio así una relación fructífera en la que él aprendió enormemente del Movimiento y muchos de nosotros pudimos enriquecernos del conocimiento de sus profundas reflexiones teóricas y de su enorme arsenal de experiencias políticas acumuladas.

Con esa vasta experiencia que desde la temprana edad de los 15 años lo había involucrado en las actividades revolucionarias, habiendo sido desde entonces víctima de la represión (antes de cumplir 21 años fue encarcelado en las Islas Marías en dos ocasiones), Revueltas forjó una concepción del Movimiento estudiantil-popular basada en la concepción materialista que considera la lucha de clases como la clave fundamental de la interpretación del curso histórico de los pueblos.

Fue así como Revueltas fue el mejor analista que contextualizó la lucha estudiantil-popular del 68 dentro del proceso de la lucha del pueblo mexicano por la democracia y la libertad contra el régimen dictatorial priista. En uno de sus últimos escritos publicados en su libro México 68: juventud y revolución, Obras Completas, t. 15 (Ediciones Era) escribió:

El proceso de 1968 tiene un doble carácter espontáneo y consciente […] Espontáneo por cuanto que obedece a una subyacente rebeldía histórica que viene de la década anterior, la huelga ferrocarrilera. Huelga ésta reprimida salvajemente, suprimida, descabezada. No podía quedar así; por el contrario, iba a trabajar como ‘el topo de la historia’ de que nos habla Hegel, subterráneamente. Para recrudecerse y explotar en cualquiera de los sectores de la sociedad. (Febrero de 1976)

Su análisis del proceso de la lucha de clases nacional vinculaba directamente el combate democrático radical nacional con la escena política mundial. Los pueblos del mundo escenificaron en 1968 uno de los episodios centrales del proceso de revolución mundial del siglo XX: una lucha que abarcó prácticamente a todos los rincones del planeta y que tuvo en su vanguardia a los contingentes de la juventud rebelde, en especial estudiantiles. Fue 1968 el año en el que el combate por la liberación nacional del pueblo vietnamita escaló y finalmente derrotó con su movilización revolucionaria al imperialismo más poderoso del mundo. Fue también un año de grandes luchas de la juventud en Europa, Asia, América Latina y en los mismos Estados Unidos, país en que manifestaciones millonarias protestaron exigiendo al gobierno de Washington la retirada de su ejército de Vietnam. También en 1968 estalló en Francia la huelga más grande de la historia protagonizada por diez millones de trabajadores que pusieron en jaque el gobierno imperialista de ese país. Incluso en el bloque soviético existente en esos años, se dieron movilizaciones populares contra las burocracias que oprimían a los pueblos de la ex Unión Soviética y Europa Oriental, destacando la lucha de los trabajadores y la juventud de Checoeslovaquia en favor de “un socialismo con rostro humano” que fue aplastada por la invasión de los tanques ordenada por los sucesores de Stalin. Fue en ese mundo en rebeldía cuando en julio de 1968 las oleadas de la movilización de la juventud mexicana, acompañada por cada vez más sectores populares, protagonizaron las jornadas del MEP que sólo pudo detener la cortina de metralla que cayó sobre ella el 2 de octubre en Tlatelolco.

Con verdadero espíritu revolucionario Revueltas hizo lo más posible por dotar al MEP de un programa, de una bandera, como decía él. Precisamente en uno de los documentos más esclarecedores salidos de su pluma titulado “Un movimiento, una bandera, una revolución” escrito ya cuando se encontraba preso en Lecumberri en 1969, Revueltas plasmó en sus renglones finales lo que consideraba la “orientación” esencial del futuro periódico que aspiraba a fundar para la construcción de un nuevo partido: “Por la creación del partido (en lucha contra las concepciones dogmáticas antlileninistas). Contra las tendencias izquierdistas y anarcosindicalistas (ante todo el maoísmo). Contra la derecha oportunista (ante todo, las posiciones cambiantes del PCM y las tendencias de derecha que se irán configurando en un porvenir muy próximo). Por una democracia socialista. Por una nueva Internacional” (Ibídem, p. 148).

El 18 de septiembre en un salón de la Facultad de Filosofía y Letras nos reunimos una treintena de delegados y miembros de diversos comités de lucha de la UNAM, del Politécnico, de Chapingo y la Normal convocados, entre otros por el propio Revueltas. Objetivo: llamar a la constitución de un Movimiento Comunista Independiente. Se nombraron comisiones de organización, de prensa y entendiendo que los tambores represivos eran cada vez más ensordecedores se nombró a un grupo de compañeros encargados de ser enlaces de todos nosotros para permanecer en contacto en el muy posible caso que la represión se abatiera con fuerza sobre el Movimiento. La reunión terminó ya entrada la noche y varios de los asistentes que les tocaba permanecer en la CU fueron detenidos por los soldados que ocuparon el campus un poco después esa misma noche.

El Movimiento proyectado no pudo avanzar más de esa primera y única reunión. En noviembre le tocó a Revueltas ser detenido, permaneciendo dos años y medio en Lecumberri. Después de Tlatelolco la desorganización se agravó. No obstante, una docena de los asistentes de la mencionada reunión nos reunimos a fines de 1968 y poniéndonos directamente en contacto con el escritor se fundó el Grupo Comunista Internacionalista (GCI) que publicó en enero de 1969 el primer número de un boletín titulado La Internacional.

A su salida de la cárcel en 1971, Revueltas que de por sí estaba desde antes muy deteriorado de salud, experimentó un deterioro aun mayor y su enfermedad se agravó. Su actividad política se resintió decisivamente y en sus últimos cinco años de vida escribió y dictó conferencias cada vez con menos frecuencia, cesando prácticamente su actividad política organizada. Muchas cosas habían pasado después de 1971 y desde entonces la trayectoria de la izquierda mexicana y mundial ha sido verdaderamente turbulenta. Revueltas tuvo atisbos precursores de mucho de lo que sucedió después de su muerte. Por nuestra parte hoy nosotros perseveramos en el combate por la construcción de la organización revolucionaria de los trabajadores ahora en las filas de la Liga de Unidad Socialista (LUS).

Pero en septiembre de 1976 cuando el GCI se transformó en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) con mil miembros provenientes del propio GCI y otras organizaciones fraternales, Revueltas había muerto unos meses antes, en abril del mismo año. No es aventurado que hoy todavía siga pensando, después de casi tres décadas lo que pensaba con muchos otros camaradas en ese momento: si hubiera vivido Revueltas nos hubiera acompañado cantando la Internacional el día de la fundación del PRT.

Artículo del boletín de Unidad Socialista, de la Liga de Unidad Socialista (LUS). 

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