4/27/2013

Agresiones en Chiapas


Los de Abajo

Gloria Muñoz Ramírez
Esta semana, Chiapas fue, nuevamente, escenario de violencia contra indígenas y campesinos que defienden la tierra y practican la autonomía, hechos que se desdibujaron en los medios de comunicación electrónicos, tan afanados en difundir imágenes de violencia intolerable –como la nombran– del magisterio guerrerense, que protesta por la imposición de la reforma educativa, y de los estudiantes que mantienen tomadas la rectoría de la UNAM.

Ambas agresiones fueron directamente contra zapatistas y prozapatistas. Los primeros son bases de apoyo del EZLN de la comunidad San Marcos Avilés, municipio de Chilón, pertenecientes al caracol de Oventik. Los segundos protagonizan la lucha por la defensa de sus tierras en San Sebastián Bachajón, de donde era originario el dirigente de los adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, Juan Vázquez Gómez, asesinado de cinco balazos.

Activo en la defensa de su comunidad desde 2007, Juan Vázquez había denunciado el pasado 17 de abril, junto con otros ejidatarios adherentes a la iniciativa zapatista, nuevas amenazas a su territorio por un proyecto turístico en la región.

El clima de violencia en Chiapas, estado al que se trasladó la semana pasada el presidente Enrique Peña Nieto para echar a andar su Cruzada Nacional contra el Hambre, se recrudece con amenazas y hostigamiento directo contra quienes defienden su territorio. Las agresiones nunca han desaparecido, es cierto, pero los hechos violentos de esta semana son alertas que no deben pasarse por alto, pues hacía mucho tiempo que no ocurría un asesinato político en la entidad.

Las agresiones a San Marcos Avilés tampoco son nuevas, pero justamente ahora vuelven las hostilidades contra las familias de ese poblado que desde agosto de 2010 –cuando establecieron la escuela autónoma Emiliano Zapata– han sido amenazadas por miembros de los que ellas denominan los partidistas. La intención de despojarlos de sus tierras es el meollo del conflicto.

En un reciente comunicado, la Junta de Buen Gobierno con sede en Oventik, detalló las violaciones cotidianas que han padecido los tres años pasados, y sentenció que los tres niveles de gobiernos oficiales no han hecho nada para detener las injusticias y la violación de los derechos humanos que se están cometiendo en contra de nuestros compañeros bases de apoyo del ejido San Marcos Avilés. La respuesta ha sido de groserías, burlas y más amenazas a nuestros compañeros.

En Chiapas hay una amenaza latente de desplazamiento forzado contra zapatistas y un nuevo asesinato político.

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