5/13/2014

Muere ministra pionera en construir justicia con visión de género


INTERNACIONAL
   Carmen Argibay impulsó Oficina de la Mujer en Corte argentina

Por: Norma Loto
Cimacnoticias/SEMlac | Buenos Aires.- 


La tarde del pasado 10 de mayo falleció la ministra de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Argentina, Carmen Argibay. Tenía 74 años y fue pionera en la construcción de una justicia con enfoque de género.

El trabajo de Argibay fue arduo dentro del sistema judicial y demostró que a veces la incesante molestia de un goteo persistente puede taladrar una piedra.

En 2009 impulsó la creación de la Oficina de la Mujer en la CSJ. Desde entonces la justicia, acostumbrada a girar alrededor de un núcleo petrificado en un incuestionable patriarcado, empezó a interpelarse y transitar las arterias de la equidad. Es un proceso que está en marcha aún, pero el camino empezó a trazarse.

Atea convencida y sin ninguna flaqueza que demostrara lo contrario, Argibay decía que ningún espacio de la justicia debía tener una cruz cristiana y que sacaría todas las imágenes religiosas de los juzgados.

Argumentó que nada tenía de capricho y solo de razón, al ser Argentina un Estado laico. Por eso jamás ningún espacio de la justicia debiera mostrar tendencias religiosas.

La ministra Carmen Argibay fue presa política tras el golpe militar de 1976. Aunque no fue víctima de tortura física, sí recibió torturas psicológicas que le valieron un preinfarto a sus 36 años.

Ya en la democracia, casi a fines de la década de los 80, fue ascendida a camarista. En el plano internacional será recordada por su desempeño en Tokio, en el Tribunal Internacional de Mujeres sobre Crímenes de Guerra para el enjuiciamiento de la esclavitud sexual, que condenó al Ejército japonés por crímenes de la Segunda Guerra. Años más tarde, en los tribunales de La Haya, juzgó crímenes cometidos en la ex Yugoslavia.

También fue la primera mujer elegida por un gobierno democrático en llegar a ser ministra de la Corte, cargo que asumió en 2005.

Antes, hubo otra mujer en el máximo tribunal –Margarita Arguas–, pero fue designada por el presidente de facto Roberto Levingston, y ejerció el cargo entre octubre de 1970 y mayo de 1973.

Argibay era defensora de la legalización del aborto. Sin embargo, se le cuestionó no haber sido tan categórica con el fallo sobre aborto no punible de marzo de 2012, que explicitó que la interrupción voluntaria del embarazo no debe ser penalizada cuando el embarazo sea producto de una violación.

Así y todo, Argibay será recordada por haber iniciado a la justicia argentina en una nueva concepción, basada en los principios de equidad e igualdad.

En entrevista con SEMlac, la licenciada en Trabajo Social y respetada feminista Carmen Frías recordó a Argibay como una mujer de avanzada.

“Siempre tuvo claro la necesidad de fisurar el sistema patriarcal y visibilizar nuestros derechos. Carmen siempre contaba la anécdota de que en el Palacio de Justicia no había baños para mujeres (demostrando con esto que la justicia era un espacio sólo para varones). Fue siempre coherente con lo que creía y creía firmemente en la igualdad”, señaló.

“Quienes nos acercábamos a preguntarle o a consultarle algo, nos encontrábamos con su contención y sabiduría. Es de remarcar su valentía, no sólo durante la dictadura, sino que siempre lo fue. Nunca negoció ni ocultó, en la institución judicial, su condición de atea. Es destacable, ya que la justicia es una cuna de control social”, añadió.

La Asociación de Mujeres Jueces de la República Argentina (AMJA), institución de la cual la ministra Argibay fue fundadora, la recordó como “íntegra y valiente”.

El comunicado dice, además, que “Carmen Argibay hizo historia. Con su muerte, no sólo las mujeres pierden una defensora incansable de sus derechos y a una luchadora por la igualdad de oportunidades, sino que la sociedad toda extrañará a una defensora de las instituciones y del Estado de Derecho”.
 

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