7/12/2014

Ecuador: Es Necesario el análisis de las desigualdades desde el género en las investigaciones


El análisis de la equidad y las desigualdades en la sociedad ecuatoriana desde una perspectiva de género constituye una prioridad, concuerdan estudiosas y personas investigadoras locales


Quito – Ecuador, 08 jul. 14. AmecoPress/SEMlac.- El análisis de la equidad y las desigualdades en la sociedad ecuatoriana desde una perspectiva de género constituye una prioridad, concuerdan estudiosas e investigadores locales.
En opinión de María Amelia Viteri, doctora en Antropología Cultural, se trata de enfocarse en una visión más amplia, en la cual la etnicidad, la clase y otros indicadores de desigualdad deben tomarse en cuenta a la hora de evaluar cualquier proceso social.
Una mirada de ese tipo, más compleja y abarcadora, debe preferirse en los análisis desde el género, explica Viteri, partidaria de aprovechar las posibilidades como una herramienta como la perspectiva de género para generar el cambio estructural en muchos ámbitos.
La estudiosa enfatiza en que, además, la educación es uno de los sectores donde resultan muy notables las diferencias entre hombres y mujeres, establecidas a partir de concepciones discriminatorias de clase, sexo, etnia y género, entre otras.
Viteri, quien es investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales (FLACSO) en Quito, argumenta que, con frecuencia, en los análisis de género son muy recurrentes conceptos como equidad y diferencia; sin embargo, carecen estos enfoques de una perspectiva compleja que abarque los diferentes indicadores sociales que median estos fenómenos.
Francisco Cadena, presidente del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CEAACES) en Ecuador, sostiene que existe la necesidad de mejoras en el campo epistemológico, para dejar de tenerle miedo al cambio. "La ciencia, la cultura, la universidad es eso: diferencia", señaló.
Para Cadena, la equidad social y de género aún son asignaturas pendientes y es necesario tomar en cuenta la interconexión de estos procesos, tanto en el plano conceptual como institucional.
Coinciden ambos estudiosos en que los cambios culturales son los más difíciles, pero también los más permanentes.
Otro punto en común en sus planteamientos es el referido a cómo se evalúa el avance en este sentido en la educación. Para el presidente del CEAACES, aún hay insatisfacciones con los métodos de evaluación, que no deben limitarse al análisis cuantitativo de políticas y normativas. Viteri considera, en tanto, que el principal cuestionamiento está en cómo se enfoca el acceso a la educación como indicador exclusivo de cambio.
La investigadora de FLACSO señala que "sin una conciencia de género a nivel de administradores públicos, funcionarios y funcionarias gubernamentales, estudiantes, profesores y actores principales en las Instituciones de la educación superior, las medidas que se adopten servirán de "curita" y no para trastocar la estructura educativa que habilita las desigualdades de género".
Viteri considera que un análisis enfocado solamente en las formas de acceso y datos estadísticos no podrá incorporar los cambios requeridos para una equidad de género, si no se toma en cuenta su impacto en las diferentes etapas de la formación educativa.
Tampoco podrá hacerlo si no se consideran las desigualdades propias del entorno académico y el rol de hombres y mujeres en reproducirlas al interior de las instituciones educativas y sociales, en sentido general.
La investigadora aboga por una equidad menos formal, para abordar críticamente las múltiples formas a partir de las cuales los propios programas, departamentos y universidades refuerzan las inequidades alrededor del género.
A la par, aboga por evaluar las formas de producción, distribución y circulación de conocimientos en la academia, asentadas en una base desigual a priori, regida por los mismos patrones socioculturales que históricamente han marginado a las mujeres.
Los análisis de las desigualdades, en este y otros ámbitos, permiten ahondar más allá de las cifras y evaluar cómo se mantienen y reproducen los presupuestos que les dieron origen, aunque se materialicen múltiples estrategias formales.
Se trata, para Viteri, de establecer prácticas diferentes, respetuosas de las diferencias, y métodos de evaluación que incorporen la complejidad del proceso en sus análisis, que en conjunto lleven a un cambio de las estructuras de desigualdad.
Para ello, argumenta la investigadora de FLACSO, resulta imprescindible asumir los postulados de las teorías de género en su compleja intersección con otros indicadores de equidad y desigualdad como clase y etnia, entre otros.
Foto: Archivo AmecoPress. María Amelia Viteri, doctora en Antropología Cultural.

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