1/10/2016

En Chiapas campesinos padecen hostigamiento de grupos paramilitares para que detengan su lucha por la defensa de sus tierras


    
(10 de enero, 2016).- Después que el municipio de Tila, Chiapas, por medio de su organismo de representación ejidal denunció la reactivación de grupos paramilitares, los ejidatarios denunciaron públicamente a los responsables del clima de inseguridad que se percibe en aquella entidad.
El organismo de representación acusó directamente al Presidente Municipal (PVEM) de Tila, Edgar Leopoldo Gómez Gutiérrez, de ser el responsable de los recientes acontecimientos violentos perpetrados en dicha región, donde se registró un enfrentamiento entre ejidatarios y policías.
Lo anterior derivó en el inicio de una averiguación previa por parte de la Fiscalía Especializada en Justicia Indígena, contra los comuneros por delitos de lesiones, daños, motín, atentar contra la paz pública y la integridad corporal y patrimonial de la colectividad y del estado.
Se aseguró que el alcalde Edgar Leopoldo afirma que no existe paramilitares, “pero sabemos que tanto el presidente municipal de Tila y el Procurador Raciel López Salazar se lavan las manos, de sobra lo saben que hay muchas denuncias en contra de los organizadores plenamente identificados y protegidos por ellos mismos.”
Aseguran que son estas personas quienes encapuchados y portando armas “generaron un clima de terror al introducirse en la población en camionetas del mismo ayuntamiento y los policías municipales que los protegían, hacían disparos y con el uso de la violencia y alterando la paz social dentro del Ejido Tila.”
Así mismo, denunciaron al Subsecretario de gobierno con sede en Yajalón Chiapas, Oscar Sánchez Alpuche, de ser el responsable de reorganizar a los grupos paramilitares que tienen como misión hostigar a las organizaciones sociales que protegen sus tierras.
“Denunciamos públicamente a Emilio Gutiérrez Martínez (exmilitar) quien está dirigiendo un grupo paramilitar para atacar al Ejido Tila; así también, a Rubén Nemorio Gutiérrez Martínez, Pablo Gutiérrez Martínez, Eliseo Gutiérrez Gutiérrez (exmilitar), Isaac Gutiérrez Gutiérrez, Carlos Martínez Gutiérrez, Cesar Gutiérrez López, Julio Gutiérrez López (exmilitar), Javier Gutiérrez Gutiérrez, Alfredo Gutiérrez Gutiérrez, Juan Gutiérrez López (exmilitar), Oscar Gutiérrez Gutiérrez, Florentino Gutiérrez Gutiérrez, Genaro Gutiérrez Gutiérrez, Cornelio Gutiérrez López, Vicente Gutiérrez López (profesor indígena) y a todos ellos los responsabilizamos de cualquier agresión a nuestros compañeros ejidatarios y de todo lo que vaya a suceder y todos ellos son de la comunidad de Misija anexo al Ejido Tila, Chiapas. Esto es una pequeña célula de grupos paramilitares que han estado organizando dentro de las colonias de nuestro ejido”, advirtieron.
Los representantes han reiterado su compromiso por seguir protegiendo las 130 hectáreas de tierra que aseguran el ayuntamiento pretende despojarlos de ellas. Exigieron al gobierno del estado de Chiapas, respetar su territorio y las decisiones de la asamblea. Así mismo, reclamaron  retirar las oficinas del ayuntamiento municipal de Tila de manera definitiva para que la asamblea general de ejidatarios tome el control del municipio.
Durante la segunda mitad del 2015, grupos indígenas que habitan la comunidad El Carrizal y que desde hace años han luchado por sus tierras para exigir una mejor calidad de vida, fueron quienes denunciaron que grupos paramilitares los han hostigado y amenazado, obligando a muchos a abandonar sus terrenos.
“Es una comunidad indígena mayoritariamente de habla tzeltal y desgraciadamente la entrada principal a este pueblo de El Carrizal está controlado por un grupo paramilitar llamado ‘Los petules’ quienes impiden que niños y jóvenes asistan a la escuela y que los habitantes comercien con otras comunidades”, revela Héctor Cerezo, Activista del Comité Cerezo México.
Como lo dio a conocer Revolución TRESPUNTOCERO el 29 de septiembre de 2015 los grupos paramilitares atacaron a miembros de El Carrizal y asesinaron a Héctor Sántiz López. Quien dejó desamparados a su esposa, Rosa Morales y tres hijos menores de 5 años. Morales se trasladó hasta la capital mexicana pero no habla español: es gracias a la traducción de su cuñado, Ramiro Sántiz, como pudo explicar lo que le sucedió a su esposo. “Fuimos balanceados nosotros salimos huyendo en los montes y ya llegando a la comunidad lo esperamos y no llegaba”, cuenta el hermano de la víctima.
A la familia dicho grupo paramilitar negó el cuerpo de Héctor, pues pretendían quedarse con él. Los indígenas han buscado apoyo de organizaciones defensoras de los derechos humanos y han acudido varias veces ante las autoridades para denunciar su problemática, pero aseguran que los grupos paramilitares están apoyados por el gobierno estatal y esta es la razón principal por la que el conflicto no termina.
“Hasta el momento, continúa el hostigamiento y la amenaza permanente, no solo de los paramilitares petules sino del mismo Ejército federal, la fuerza federal, la fuerza ciudadana, policía estatal preventiva, policía federal”, cuenta Susana Aguilar, del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo.
Aunque se asegura que la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas ha implementado un Programa Regional de Seguridad y Prevención que ha reducido el nivel de delincuencia hasta ser la entidad con menor número de víctimas del delito a nivel nacional, las cifras difieren de la realidad que padecen dichas comunidades indígenas azotadas por los grupos paramilitares, quienes constantemente amenazan, disparan y asesinan de manera impune.

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