1/14/2016

La Tolerancia al Abuso del Poder y la Intolerancia de los Mexicanos


Escrito por
Por René Ramírez
abuso-de-poder-en-mxico-2Con el inicio del 2016 viene la reflexión sobre lo que se debe cambiar; un análisis profundo sobre nuestra situación y la diferencia marcada. Nuestros puntos fuertes y las debilidades. Es en ese análisis, donde quiero señalar un error que sigue latente en todos los mexicanos. Los dos extremos mortales de una situación que no puede y debe continuar: la tolerancia y la intolerancia.

En nuestro país, los ciudadanos vivimos con una tolerancia incansable al abuso del poder. A pesar de todas nuestras etapas históricas que supuestamente brindarían una madurez social, ha sucedido todo lo contrario. La cotidianidad aniquila la crítica. Hemos tolerado episodios graves de corrupción y conflicto de interés. Hemos tolerado dolorosos momentos de violaciones graves a los derechos humanos y fragmentación del Estado de derecho sobre intereses particulares. Hemos tolerado la ineptitud de la clase política, y como está extrae rentas a los ciudadanos. Hemos tolerado modelos económicos que no distribuyen la riqueza, generando una grave y delicada desigualdad económica y social. Hemos tolerado feudos políticos, con gobernadores que actúan como virreyes sin rendir cuentas a nadie, ya que la oposición es una mera ilusión en nuestra democracia. De existir esa leyenda llama “oposición”, nuestros niveles de impunidad política serian completamente diferentes. Hemos tolerado un sistema de justicia que sirve para unos pocos, y solo porque ellos poseen los medios económicos. Hemos tolerado promesas incumplidas, y seguimos creyendo las falsas afirmaciones de bandas presidenciales y curules mentirosos.

Una y otra vez, los mexicanos toleramos situaciones que en ningún país democrático de avanzada pasaría por alto. Si queremos llegar a convertirnos en un país donde existan instituciones fuertes y leyes eficaces, no se puede continuar con esta vergonzosa tolerancia. El país de la dictadura perfecto que fue testigo de una alternancia, al final no se tradujo en un verdadero ejercicio democrático. Aunque existe la famosa y certera frase cada pueblo tiene el gobierno que se merece, no creo que los mexicanos merezcamos este nivel de sistema político.

El otro punto a reflexionar es la intolerancia. Un mal que crece rápidamente en la conciencia colectiva. En nuestro país, al contrario de la tolerancia política, existe y persiste la intolerancia a lo considerado lo otro como diría Simone de Beauvoir . Porque a pesar de los avances normativos y de política pública, de agendas, y de todo esfuerzo tanto público como individual, la mujer sigue ganando 30% menos que los hombres, haciendo el mismo trabajo y puesto, de acuerdo con cifras oficiales. No solo es la diferencia de salarios, la mujer sigue siendo un sector de situaciones de vulnerabilidad, porque a pesar de ser fuerte, la siguen considerando débil, y todo eso se refleja en comportamientos culturales, que todavía continúan en el comportamiento mexicano. Persiste y existe una intolerancia a lo indígena. En nuestro país, lamentablemente, nacer indígena muchas veces se traduce a nacer en la pobreza. La intolerancia de los mexicanos a lo indígena se convierte en indiferencia, condenando a este importante sector de nuestra población y parte de ese hermoso pasado que nos une. Persiste y existe una intolerancia a la diversidad sexual. Una intolerancia que muchas veces se convierte en violencia física y simbólica, sesgando los derechos de estos ciudadanos, mismo que es alimentada en base a prejuicios e ideas falsas que lastiman a muchos seres humanos. Una intolerancia que no solo es una posición ideológica, y llega a convertirse en violencia, explicando así, los altos índices de crímenes de odio en nuestro país.

Un país que se odia así mismo, está condenado al fracaso. Mas allá de un propósito, debe ser una tarea obligada de todos nosotros, olvidar la tolerancia a lo político y la intolerancia a lo considerado diferente. La riqueza de nuestro país yace en nuestra diversidad y nuestra firmeza contra lo que atente a nuestra democracia

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