1/12/2014

Centenario de la Primera Guerra Mundial: ¿tercera conflagración global en 2014?



Bajo La Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Al inicio de 2014, cien años después del estallido de la Primera Guerra Mundial (PGM), los multimedia de Gran Bretaña (GB) exponen sin tapujos la alta probabilidad de una tercera guerra mundial (TGM) en el transcurso del año.

GB participó en las dos guerras mundiales, mientras la TGM es reclamada por el lobby multimediático de Etados Unidos (EU) vinculado a Israel, como Norman Podhoretz que en su contabilidad acrobática sería la cuarta, al agregar la guerra fría.(http://www.commentarymagazine.com/article/world-war-iv-how-it-started-what-it-means-and-why-we-have-to-win/), 

A mi juicio, existen dos focos ultrasensibles que pueden detonar una TGM: 1) el mar del Sur de China, donde la Armada de EU ha provocado a los navíos chinos ( FT, 13/12/13), no se diga en su colindancia con el mar del Este de China, donde el revanchismo supremacista nipón, azuzado por los superhalcones de EU, atizan el fuego en las islas Diayou/Senkaku, lo cual ha orillado a China a establecer una zona de identificación aérea de defensa (ADIZ, por sus siglas en inglés) que cubre la mayor parte del mar del Este de China: zona de seguridad geoeconómica y geopolítica de Pekín, donde puede ser asfixiada, y 2) la extensa zona que he denominado de los cuatro mares, donde Occidente ( whatever that means) rodea a Rusia, en el traslape de Europa Oriental y Asia Occidental en el mar Negro, que se suma a los tres mares: el mar Caspio, el golfo Pérsico y la costa oriental del mar Mediterráneo.

Sin contar el jaque de Moscú a Georgia en 2008, hoy confluyen ominosamente hechos desestabilizadores en Ucrania y Turquía, países del mar Negro, zona estratégica de Rusia.

En Ucrania, relevante país ribereño del mar Negro y frontera con Rusia, la coalición EU/OTAN/Unión Europea intentó propiciar un cambio de régimen (http://fr.ria.ru/blogs/20131211/199990522.html) para cercar a Moscú con el fin de empañar los juegos olímpicos invernales de Sochi y contrarrestar el triunfo geoestratégico en Siria del presidente Putin, quien está demostrando tener mejores dotes de ajedrecista que de yudoca al haber desbaratado magistralmente la trama occidental en Ucrania ( Indian Punchline, 18/1/13).

En Turquía, superestratégico país ribereño del mar Negro que controla el estrecho del Bósforo (salida al mar Mediterráneo), han sucedido hechos extraños que han puesto en riesgo la estabilidad del régimen del atribulado primer ministro Tayyip Erdogan, a quien alguien en Occidente no le perdona su alejamiento de Israel y su acercamiento simultáneo a Rusia e Irán.

La inestabilidad de Ucrania y Turquía se condensa, a mi juicio, en Sochi, ciudad rusa de casi 350 mil habitantes localizada en la costa oriental del mar Negro, muy cerca de Georgia y Abjasia. Sochi se encuentra más cercana a las incandescentes montañas del Cáucaso y epitomiza el foco geopolítico de tres zonas inestables: Ucrania,Turquía y el Cáucaso.

Sobra explayar que la inestabilidad, las preguerras y las guerras que han contaminado los otros tres mares –Caspio, golfo Pérsico y costa oriental del Mediterráneo: Irán, Irak, Siria, Líbano, Jordania, Gaza/Cisjordania/Palestina, Egipto y Libia– se funden con las montañas del Cáucaso y el foco de la ciudad rusa de Sochi.

Los recientes atentados contra la población civil de Volgogrado (antigua Stalingrado) en Rusia, muy cerca de Sochi, lleva el rastro de la cantada desestabilización de los Juegos Olímpicos de Invierno en el centenario de la PGM.
La ofensiva multidimensional de EU en las fronteras marítimas y montañosas (Cáucaso) de Rusia ha orillado al gobierno de Putin a colocar sus letales misiles Iskander en Kaliningrado (cuña territorial de Rusia entre Polonia y los países bálticos).


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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante un acto en la residencia de Novo-Ogaryovo, el viernes pasado, en MoscúFoto Xinhua

Paul Craig Roberts (14/12/13), ex asesor financiero del presidente Reagan, comenta que Washington empuja al mundo hacia una guerra fatal. En particular, me llamó la atención la sarcástica tarjeta postal que envió el viceprimer ministro Dimitry Rogozin a la OTAN, donde aparece un letal misil intercontinental de Rusia con militares y Santa Claus (pic.twitter.com/e3fndoMlHa).

National Interest (4/1/14) diserta 2014: ¿un buen año para un 1914?, mientras el portal muy leído por los críticos occidentales Russia Today (6/1/14) pone de relieve las publicaciones anglosajonas que compraran la situación de 2014 con el inicio de la PGM y cita a Margaret MacMillan, profesora de Oxford y bisnieta del primer ministro británico Lloyd George entre 1916 y 1922, quien aduce en un ensayo para Brookings Institution que Medio Oriente cumple hoy el papel de la turbulenta región balcánica de hace un siglo (http://www.brookings.edu/events/2013/11/07-great-war-lessons-1914).

WSWS (6/1/14) glosa que las tensiones geopolíticas levantan el espectro de la PMG de 1914, basado en un editorial del Financial Times (1º/1/14): Los riesgos son especialmente agudos si el sistema internacional es reordenado por el ascenso de nuevos grandes poderes y el declive relativo de los viejos poderes, lo cual significa, a mi juicio, que EU ni GB aceptarán el nuevo orden multipolar a compartir con Rusia y China.

WSWS cita también a Ambrose Evans-Pritchard, comentarista de la Casa Real Británica y de la plaza financiera de la City, quien se refiere al regreso del espectro de 1914 y coloca su principal foco en el establecimiento del ADIZ por China en el mar del Sur de China.

Evans ( The Daily Telegraph, 4/1/14) vaticina que 2014 será el año de la conquista total del dólar estadunidense, mientras, paradójicamente, el sistema de la seguridad global se desmorona, con ecos de 1914. Aduce que el cierre de la llave de la liquidez del dólar por la Reserva Federal hambreará (sic) a la economía disfuncional global con un millón de millones de dólares al año de estímulo, lo cual propinará una serie de golpes de martillo.

A su juicio, el propósito de la escalada en el mar del Sur de China es para poner a prueba el deseo de EU en respaldar su alianza militar con Japón, así como el káiser Wilhelm provocó aparentes disputas quisquillosas con Francia para poner a prueba a GB antes de la PGM.

La hermenéutica de Evans descifra que las acciones bursátiles en Japón apuestan en los precios de su rearme por lo que apuesta al conflicto entre China y Japón, mientras EU se retira de Medio Oriente, dejando la región entrampada en un conflicto entre sunitas y chiítas, donde sus aliados sunitas son abandonados, mientras los chiítas de Irán son cortejados cuando aún Turquía corre el riesgo de sucumbir, replicando las placas tectónicas sectarias de Siria.

El supuesto golpe de gracia a las petromonarquías árabes del golfo Pérsico se debe, a juicio del crudo y rudo Evans, a las “promesas del shale gas que convertirá a EU en el principal productor de hidrocarburos del mundo en 2017”. Ya veremos.

No fue siempre el Fin de la Historia, sino que se trata de la repetición de la histeria bélica anglosajona que sepulta por enésima vez a Fukuyama: el fallido espantapájaros del neoliberalismo que necesita una TGM para sostener al dólar, en caso de triunfar. ¿Y si no?
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