Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Conservadora como es la sociedad mexicana, en la que más de la mitad de sus componentes defienden criterios y prácticas discriminatorias en razón de las preferencias sexuales, orígenes étnicos, creencias religiosas o carencia de ellas, color de la piel y condición socioeconómica de los paisanos, de acuerdo con acreditadas muestras demoscópicas sobre cultura política, en tales circunstancias resulta harto importante el anuncio hecho por el titular del Ejecutivo federal durante el Día Nacional de Lucha contra la Homofobia.
Enrique Peña Nieto anunció en Los Pinos, el día 17, un paquete de medidas contra la discriminación por motivos de preferencia sexual, destacadamente la iniciativa de reforma al artículo 4 de la Constitución para abrir la puerta a los matrimonios entre personas del mismo sexo, así como el derecho a la adopción de menores, garantías respetadas en el Distrito Federal y Coahuila.
Como apuntaron los oradores que antecedieron al presidente: “La homofobia es una de las más cruentas expresiones de odio en la sociedad” (Gloria Careaga), por la que cada mes “seis gays, lesbianas, bisexuales y mujeres transgénero son asesinados” (Alejandro Brito) y en la que “el mayor enemigo llega a ser la misma familia, llevando a incluso a suicidio, depresión, abuso de sustancias y prácticas sexuales de riesgo” (Luis Perelman).
Por lo anterior, “México ocupa el segundo lugar” en la aldea “en crímenes de odio contra el sector LGBTI” (Ari Vera), en base a datos de la Unión de Transgéneros en Europa, pero el país está en la oportunidad de integrarse al Grupo Núcleo sobre las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgénero o intersexuales de la Organización de las Naciones Unidas, en el que participan 19 países.
Y dejar muy atrás –a 26 años de que la Organización Mundial de la Salud retiró de su lista de “enfermedades mentales” a la homosexualidad–, si así lo dispone el Poder Legislativo, en particular los conservadores (en estas materias) partidos Acción Nacional y Regeneración Nacional y no pocos del Revolucionario Institucional, que “lo que realmente constituye una patología inaceptable, una verdadera enfermedad que debemos erradicar, es la homofobia” (Alejandra Haas); posiciones todas que más adelante retomó de distinta manera el presidente Peña como parte del reconocimiento de las demandas enarboladas durante décadas por la comunidad lésbico, gay, bisexual, trans e intersexual en las calles.
Aparte del paquete legislativo que implica la reforma de códigos y conceptos arcaicos, en lo que apoyarán en la investigación expertos de la Universidad Nacional y del CIDE, contempla la revisión de planes y programas de estudio para auspiciar el respeto a la diversidad.
La iniciativa de Enrique Peña fue presentada en Los Pinos ante representantes de organizaciones que reivindican los derechos de la comunidad LGBTI y “está en la misma sintonía que la jurisprudencia recientemente aprobada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.
El paquete incluye una iniciativa de reforma al Código Civil Federal para asegurar el matrimonio igualitario entre personas mayores de 18 años y actualizar el lenguaje para evitar las expresiones discriminatorias. También se realizarán análisis de leyes y normas de los tres órdenes de gobierno.
En respaldo a su iniciativa, Peña colocó en su fotografía oficial de Twitter los colores de la comunidad LGBTI. Excelente, sólo falta que los integrantes de ésta que fueron perseguidos y viven en el exilio puedan reintegrase al país con plenos derechos.
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