6/05/2013

Una barbaridad

OPINIÓN
Aborto
   CRISTAL DE ROCA

CIMACFoto: César Martínez López

Por: Cecilia Lavalle*
Cimacnoticias | México, DF.-

Vaya manera de conmemorar el día. Y no es que a diario no se presenten casos que llamen a la reflexión. Es que éste es emblemático y alcanza a mostrar hasta qué punto se puede llegar cuando la religión toma, por la vía formal o informal, decisiones de gobierno.

El pasado 28 de mayo se conmemoró el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. Esta conmemoración nació en mayo de 1987 a propuesta de la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Sexuales y Reproductivos.

Entre otros objetivos, se pretende generar conciencia, acciones y políticas públicas dirigidas a evitar la muerte de las mujeres por motivos prevenibles, como aquellos que se refieren al embarazo, parto y puerperio.

En estos días estuvo en el ojo del huracán el caso de una mujer salvadoreña cuya vida pendía de un hilo, porque en su país la jerarquía católica impulsó una serie de medidas legales que le impidieron interrumpir su embarazo.

Beatriz tiene 22 años y padece lupus. Tiene un hijo de un año. Presentaba un embarazo de 27 semanas. El feto no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir más allá de unas horas, debido a que era anencefálico, es decir no tenía cerebro.

El embarazo puso en grave riesgo la salud y la vida de Beatriz. Tras una disputa legal que llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), finalmente ayer las autoridades sanitarias realizaron una cesárea a la joven, luego de que el tribunal regional ordenó a El Salvador resguardar la vida de la mujer.
  
Los médicos de Beatriz y la comunidad médica de medio mundo, incluida la Organización Panamericana de la Salud, ya se habían pronunciado por una urgente interrupción del embarazo.

Asimismo, diversas organizaciones civiles se pronunciaron en el mismo sentido. En la embajada de El Salvador en México se manifestaron agrupaciones como Amnistía Internacional, Católicas por el Derecho a Decidir y la Alianza Nacional por el Derecho a Decidir.

A fines de la década de 1990, la jerarquía católica de varios países latinoamericanos impulsó reformas legales que imponen a las mujeres condiciones dignas de la Edad Media.

Así, en El Salvador, en 1997 se derogó la ley que permitía el aborto en caso de violación sexual, cuando la vida de una mujer está riesgo o cuando se detecta una malformación grave en el feto.

Por si eso fuera poco, en febrero de 1999, la jerarquía católica de ese país también impulsó una reforma legal en la que se reconoce como persona al óvulo fecundado desde el momento de la concepción.

Exactamente como sucedió en 17 estados de la República Mexicana.

Estas reformas legales tuvieron a Beatriz contra la pared y con una espada encima de la cabeza, pero otras muchas mujeres salvadoreñas continúan sin poder ejercer su derecho a la interrupción del embarazo.

A Beatriz se le pudo practicar una cesárea, lo cual técnicamente no es un aborto. Salvar a la joven no fue por un elemental sentido racional de la vida de parte del gobierno salvadoreño. Mucho menos porque se haya tomado conciencia de los derechos de una mujer.

El caso de Beatriz es emblemático, pero no será el único, ni en El Salvador ni en México, ni en ningún país donde la visión religiosa se convierta en ley.

Por eso ninguna Iglesia debe tener la posibilidad de imponer su visión en una ley. Este caso muestra lo que el fundamentalismo católico puede imponer.

Apreciaría sus comentarios: cecilialavalle@hotmail.com.

**Con información de Marta Lamas y Cimacnoticias.

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario