9/13/2014

La manera femenina de mandar

Linda Lema Tucker

En el Perú, vivimos una etapa de gran demérito de los políticos tradicionales y en el imaginario popular, no son mujeres, sino hombres los responsables de desatinadas políticas que perjudican la vida de las grandes mayorías de peruanos.
Durante largos años se dio por sentado que el electorado femenino escogería a un candidato varón y que el masculino rechazaría a una mujer. Y, antes, las pocas mujeres que accedían a un cargo político acogían estereotipos masculinos, hoy la mujer reconoce que existe una manera "femenina" de mandar. Se ha dejado de lado aquella insinuación peyorativa a todo “lo femenino", y la mujer sabe que tiene una forma de liderar y actuar en estructuras de poder de manera diferente a la del hombre. En nuestros días los partidos y organizaciones políticas se muestran de acuerdo que una mujer puede tener mayor poder de seducción de votos y menor resistencia que el político tradicional.
Mujer y poder
Hasta hace relativamente poco, los políticos dominantes cedían a mujeres cuidadosamente seleccionadas algunos puestos acordes con sus “virtudes femeninas”, pero sin poder real. Así, en las elecciones generales de 1956, que participaron por primera vez las mujeres, lo hicieron siguiendo el único modelo de poder que conocieron, el patriarcal. La visión de un sector de varones sobre la participación femenina fue cuestionada señalando   que todo el mundo estaba acostumbrado a ver hombres en el Congreso, cómo van a aparecer las mujeres.
Los años han pasado y las cosas han cambiado poco. Sectores de mujeres con cargos de responsabilidad política ofrecen en forma deliberada una imagen de energía intransigente y hasta falta de escrúpulos para "compensar” las virtudes típicamente femeninas de solidaridad y humanidad, que un sector considerable de la elite política considera que son muestras de debilidad. Este grupo de mujeres asumen las características culturales de los hombres. Algunas teóricas como Estella de Diego, sostienen que existe un proceso de masculinización de las mujeres. En el caso peruano, si por un momento observamos a las políticas del Congreso, observaremos el uso de trajes y chaquetas, y pantalón o falda, estilo sastre, siendo lo más parecido a los trajes masculinos.
En cambio, las políticas audaces que participan lo hacen con propuestas transformadoras, con otras formas de liderazgo y nuevas reglas del juego,   tratando de cambiar el imaginario del poder. Casi siempre, estas mujeres provienen de corrientes ideológicas progresistas e izquierda,   se resisten al ejercicio del poder masculino, hacen uso de variadas formas de vestir (típico, urbano, sport) muchas veces criticados. Pero esto no mella su actuación   por cambiar el ejercicio y las formas de hacer política
Género y política
Desde la perspectiva de géneroexisten diferentes comportamientos en el actuar político de hombres y mujeres.
La filósofa catalana, Victoria Camps, señala que existen tres rasgos arquetípicos del comportamiento masculino en los partidos políticos: el organizacionismo (perderse en la organización del partido, que es una forma de perderse en el mundo), el formalismo (el discurso hueco en las reuniones interminables) y las medias verdades.
En cambio, MartineAubry,ex-ministra de la República de Francia y dirigente del socialismo francés, expone lo siguiente: “En política como en el resto de esferas las mujeres molestan porque dicen lo que piensan más fácilmente y más directamente. En un medio en que la gente pasa mucho tiempo divagando, eludiendo las cosas, mejorando las relaciones entre unos y otros, es verdad que las mujeres molestan porque no dudan en plantear los debates mientras que los hombres dudan en hacerlo para no crear oposición”.
Cambio real
 
Los hombres reconocen que la presencia de las mujeres no es necesariamente una competencia indeseable, sino una pieza de la maquinaria política. A fin de cuentas, la mitad del electorado es femenino. 
En el cálculo electoral llega un momento en que una mujer ofrece más ventajas que desventajas.   Una candidata puede ser más persuasiva que un varón al prometer que prestará atención a la educación, la salud y los servicios sociales, rubros que en una campaña electoral tienen cada vez más peso. Esta impresión se está convirtiendo en certidumbre.
Se abre paso en el electorado la noción de que la candidatura de una mujer puede sumar más de lo que resta; que el riesgo de corrupción, por ejemplo, es menor y que las camarillas de cuello y corbata no encontrarán tanto espacio para hacer de las suyas.
La revista Voz de Mujer, publica el artículo “Mujer y poder ¿misión imposible?” (2002), el cual sostiene que la relación que las mujeres mantiene con el poder sigue siendo una relación difícil y que las mujeres líderes suelen actuar en las estructuras de poder según las siguientes pautas: “Voluntad, muestran gran capacidad de voluntad a la hora de desempeñar un cargo de poder. La perspectiva histórica ha mostrado cuán difícil ha sido   alcanzarlo y por eso lo valoran. Planificación del tiempo. Saben distribuir su tiempo porque conocen el valor que tienen las horas que dedican al entorno personal y familiar. Motivación del equipo de trabajo.Está comprobado que la mujer está más cualificada que el hombre para situarse en lugar de los demás, es decir, dispone de mayor capacidad de empatía. Esto permite conocer mejor a un equipo y, por tanto, saben motivarlo y dirigirlo.  Participación del equipo. A la hora de tomar decisiones, las mujeres suelen consultar la opinión de personas de su entorno, luego deciden. Una vez más, la aptitud para escuchar favorece. Ahorro de costes. La mayoría de mujeres en puestos de toma de decisiones saben ahorrar. En muchos casos el ahorro de costes favorece la consecución de objetivos. (http://www.vozdemujer.org/mujerypoder.htm)
Las mujeres representan, en fin, la posibilidad de un cambio real, en vez de una nueva dosis de lo mismo. El cambio, como objetivo, anima a casi todos los procesos electorales; y una mujer como Jefa de Gobierno o Alcaldesa de Lima, es un cambio concreto.
Lima, 27 de agosto de 2014
20:03 p.m.


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