9/13/2014

¡Necesito abortar!


Derechos sexuales y reproductivos, la actual temática de la tercera edición de la muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género (MICGénero 2014) que tendrá como sedes el Distrito Federal, Morelos, Yucatán, Chiapas y Oaxaca de septiembre a noviembre, no podía ser más oportuna y necesaria a escasos días de que se celebre el Día Nacional de la prevención del embarazo no planificado en la adolescencia (26 septiembre) y el Día por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe (27 septiembre) así como el hecho de que desde diferentes frentes de comunicación el tema del aborto se ha vuelto a poner a discusión en el espacio de lo público como derecho fundamental de las mujeres.

La reciente publicación en EL UNIVERSAL del número de mujeres que de 2007 a 2014 se han practicado la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud, revela que de los 121 mil 934 casos, 4 mil 43 han sido de mujeres de otros estados de la república que se trasladan al DF para realizarse la ILE. Pese a que desde abril de 2007 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) despenalizó el aborto en las doce primeras semanas de gestación, otras entidades han cerrado las puertas a ampliar las causales de aborto y han decidido criminalizar a aquellas mujeres que se practiquen un aborto inducido e incluso a aquellas que hayan tenido un aborto espontáneo, lo que vulnera sus derechos.

Justo ese ha sido el caso de Susana Dueñas, Yolanda Martínez, Ana Rosa Padrón, Ofelia Segura, Virginia Cruz y Adriana Manzanares quienes en el documental "Las Libres... La historia después de..." del cineasta Gustavo Montaña cuentan su historia de encarcelamiento, proceso penal y libertad tras ser sentenciadas a 25 y hasta 30 años de prisión por supuesto homicidio en razón de parentesco, en un principio detenidas por aborto por parte del gobierno de Guanajuato.

Gracias al apoyo y arduo trabajo de Centro Las Libres y abogados del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) las mujeres recobraron su libertad después de dos años de lucha. Partiendo de investigaciones de Las Libres, se ha descubierto que en el país más de 700 mujeres son criminalizadas por aborto. En 2010 se registraban 39 mujeres con un proceso judicial abierto por abortar en Puebla, más dos en Michoacán y una más en Querétaro; hasta el 2013, otras organizaciones civiles trabajaban 25 casos más en Aguascalientes, Querétaro, Baja California, Oaxaca, Veracruz y Yucatán.

Así que aunque se despenalizó el aborto en el DF, muchos estados con gobiernos conservadores han reaccionado satanizando el aborto y protegiendo la vida desde el momento de la concepción, lo cual disminuye las probabilidades de que las mujeres tengan acceso a un aborto seguro en sus propias entidades. Esto ha generado que surjan organizaciones civiles como Fondo María que apoya económicamente a mujeres que desean interrumpir voluntariamente su embarazo a trasladarse al DF.

Pero ¿qué sucede si no se puede trasladar al centro hospitalario del DF? ¿Qué otras opciones existen en un contexto nacional restrictivo frente al aborto voluntario? ¿A quién recurrir cuando el estigma asociado con la práctica del aborto se encuentra tan extendido?

Es aquí cuando es fundamental y valiosa la tarea de muchas valientes y comprometidas mujeres ya sea que se asuman como feministas o no, pero que en sí su práctica de apoyo a otras mujeres ante su deseo de interrumpir voluntariamente su embarazo por diversas razones muestra una política profundamente feminista, la de difundir el conocimiento sobre métodos como el aborto médico en el que no interviene algún procedimiento quirúrgico y es el acompañamiento una herramienta fundamental para que las mujeres se sienten apoyadas.

Grupos como Las Libres realizan labores de acompañamiento a mujeres que deciden realizarse un aborto con medicamentos y que muchas veces por la lejanía no cuentan con las posibilidades de trasladarse a un centro de salud del DF donde dependerían del personal de salud.

En el caso del aborto inducido con medicamentos como el Misoprostol existe una participación activa de la mujer alejada del médico y con plena autonomía. Muchas organizaciones feministas en Latinoamérica han compartido información sobre la manera de utilizar el medicamento junto con el acompañamiento. En el caso de México grupo de feministas valientes y comprometidas, a favor de la interrupción legal del embarazo como derecho reproductivo de las mujeres comparten información del uso de los medicamentos junto con apoyo ante posibles dudas, en la página necesitoabortar.tk con información de la Organización Mundial de la Salud, Lesbianas y feministas por la des-criminación del aborto en Argentina, Línea de Aborto libre en Chile y Las Libres.

Esta labor feminista de socializar el conocimiento en un tópico tan importante para la salud de las mujeres como es la del aborto voluntario es fundamental en donde las mujeres deciden y son partícipes directas de todo el proceso al utilizar la ciencia y la tecnología que las ha oprimido y pretendido regular de acuerdo a dictámenes del poder del Estado, de la Iglesia, de la familia, principalmente, para su propio bienestar de manera autónoma en un acompañamiento entre mujeres solidarias.


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