1. Hace 20 días, advirtiendo sobre la posibilidad de un golpe de Estado contra el gobierno de López Obrador por la derecha, los conservadores, empresarios y medios de información, argumentaba que el partido Morena creado por AMLO, estaba muerto, se había burocratizado y que era urgente movilizarlo de manera combativa ayudando y acompañando a las masas en la solución de sus demandas. Propuse incluso a Monreal, Encinas, Noroña, para encabezarlo; hoy propongo además a Paco Taibo porque es necesario y urgente un partido en las calles, las plazas, en la tribuna.
2. ¿Es Morena un partido/adorno que sólo sirve para dar votos y escuchar los discursos de López Obrador? ¿Cuánto tiempo puede durar dormido un partido sin actividad, sin línea política, sin capacitación ideológica, pero sobre todo observando que esa falta de actividad y educación política es aprovechada por expriístas, expanistas y experredistas que se están incrustando y ocupando cargos de dirección? Si no se atienden los problemas de Morena como partido y, mucho menos la educación ideológica, puede el partido entrar en escisiones por el centralismo total.
3. Pero pensándolo mejor he concluido que gobierno y partido pertenecen a López Obrador y nada se podrá hacer si AMLO no da la idea y la orden de movilizarlo. Si AMLO ha repetido mil veces que no quiere confrontación, enfrentamientos y que todo debe ser en orden y paz, no deja ningún resquicio para movilizarse. Todos los comités del partido en la República duermen la siesta esperando que les den indicaciones acerca de lo que deben hacer. No hay trabajo entre militantes y simpatizantes porque todos esperan que López Obrador dé la orden.
4. Si el presidente yanqui Trump dice que impondrá aranceles a México, López Obrador no puede responder con una gran movilización antimperialista que haga sentir a Trump el odio del pueblo a sus medidas. Si Trump por su fascismo decide invadir a Irán o Venezuela, México no podrá movilizarse condenando la invasión; si los empresarios amenazan retirar inversiones y despedir obreros, Morena seguirá dormida; si los medios de información chayoteros siguen agrediendo, Morena ni siquiera se enterará de que debe hacer frente a las calumnias y las agresiones.
5. Hasta fines de la década de los setenta existían por lo menos 100 grupos y partidos –micros, mediados y grandes- de izquierda que acompañábamos solidariamente a los obreros y los campesinos en sus luchas. De la UNAM, sobre todo de los CCH, salieron las fuerzas que ayudaron en los setenta a fortalecer los movimientos en fábricas y calles. Pero también estaban presentes los movimientos armados de Guerrero y la guerrilla urbana. El gobierno y el PRI –sobre todo después de 1968- entendieron que tenía que abrirse. Así en 1977 –ofreciendo dinero y cargos- se comió a todo el oportunismo de seudoizquierda.
6. Durante las décadas de los sesenta y setenta mantuvimos en la izquierda una posición antimperialista y anticapitalista. No participamos en los procesos electorales; pero apoyábamos todos las luchas, obreras, campesinas, estudiantiles y todas aquellas batallas que surgieran en la oposición política. Discutíamos a Marx y los marxistas y seguíamos las luchas revolucionarias de Vietnam, Cuba, China, Nicaragua, el Salvador. Tuvimos la convicción de que los partidos políticos debían prepararse revolucionariamente para derrocar junto a los trabajadores, el Estado capitalista.
7. Si el partido Morena estuviera movilizado alrededor de las demandas de los profesores, de los demandantes de servicios de salud, de los campesinos, de todos los grupos descontentos –exigiendo y haciendo gestiones directas con el gobierno, ni de vacilada saldrá un grupo, partido o movimiento de oposición. Hoy los medios de información están convirtiendo a Calderón, a Cevallos, al líder del PAN, para ser reconocidos como el brazo opositor o la personalidad que haga frente a López Obrador. La realidad es que Morena, si López Obrador decidiera despertarla y movilizarla, muy fácil se haría líder de los descontentos. (1/VIII/19)
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