1/28/2016

Como costurera, Elda preserva la tradición de vestir al Niño Dios

Con los dedos pinchados, gusta de ver cómo el hilo forma la ropa



A unos pasos del cerro, ubicado en el lado norte de esta capital del estado de Chiapas, vive Elda Zárate Vázquez, quien lleva 16 años dedicándose a la confección de ropa de Niño Jesús.

El cielo desciende a través de los árboles y en el color verde se pierden las voces y todo el ruido mundano de la ciudad. La cruz de 64 metros de altura construida en Copoya desde este ángulo es tan diminuta.

Sin embargo, la noche que pasea por las calles empedradas y vigilada –en su mayoría– por perros criollos es invadida por el sonido de la máquina de coser, tric, tric, tric, tric, tric, tric… El pie de Elda comienza a inclinarse, cada segundo aumenta la velocidad del movimiento hasta compactar completamente un diseño.

Ella viste una blusa azul y unos jeans, tiene la piel morena y el cabello sujetado. Dice que su papá no le dejó herencia, pero él al dedicarse a la sastrería le enseñó este oficio que le ha servido para sacar adelante a sus tres hijos.

“Antes yo trabajaba afuera de mi casa, dejaba el desayuno y la comida hecha. Regresaba hasta la noche”, recuerda.

Su esposo, quien falleció hace 12 años, fue su apoyo, ya que cuenta que mientras ella se ausentaba por este oficio, su pareja se dedicaba a atender a sus hijos; incluso hasta él cosía.

Ahora labora desde su casa; cada semana le dejan los accesorios para que haga el producto, ya que decidió trabajar de esta manera porque padece diabetes, y no quiere que le pase algo en la calle.

Ella sólo arma el modelo para que sean comprados en el Mercado Juan Sabines. Por ello, seis horas se dedica a esta actividad, la cual a veces suspende porque tiene que hacer comida o lavar su ropa, pero sin disminuir la producción que va de 25 a 30 artículos al día.

Dos máquinas de coser le sirven como herramientas indispensables para la hechura de esta ropa que consta de encaje, galón (blanco o plateado), elástico, velcro y tela de raso, para los niños que miden 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45 y hasta 50 centímetros.

Elda enlista las vestimentas más solicitadas en esta temporada que finaliza el próxima 2 de febrero, Día de la Candelaria, como Sagrado Corazón de Jesús, San Judas Tadeo y el Niño Doctor.

Comparte que ha disminuido la tradición de sentar a los niños, pero aún prevalece esta práctica religiosa. Los alrededor de 150 pesos que gana al día le resultan alentadores para satisfacer necesidades básicas como la comida.

Tras la celebración católica, Elda comenzará a confeccionar vestidos de temporadas como disfraces. A una de sus hijas también le gusta coser, a veces le ayuda, aunque tiene como fuente de trabajo la cocina.

La mujer sonríe, le agrada el sonido de la máquina. Este oficio es su pasatiempo, hace que se olvide del dolor que le provocó la muerte de su hermano, mamá y papá, así de seguidito.

Tiene algunos dedos pinchados, que son señas del trabajo que hace. Disfruta ver cómo el hilo va formando puntos que se convierten en una obra que podrá portar una mujer, un hombre, o niñas y niños.

Foto retomada del sitio revistaenheduanna.com.mx
Por: Karla Gómez
Cimacnoticias/Enhedduana | Tuxtla Gutiérrez, Chis.- 

 

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