Pikara Magazine
Tres mujeres que han
estado en Donbass durante la guerra civil ucraniana —una poeta, una
militar y una atleta— han accedido a contar su historia. Ellas mismas
han elegido las fotos que las representan. Son los rostros y los
testimonios de una guerra que nadie quiere contar.
Irene Zugasti Hervás
Elena Zaslavsky: “La palabra viva tiene la capacidad de inspirar a la gente a luchar”
Elena es poeta y
vive en la ciudad de Lugansk, corazón de la recién nacida República
Popular. Acaba de publicar un libro de poesía sobre el año que su ciudad
ha vivido bajo las bombas. Quién me iba a decir que terminaríamos
hablando de Lorca. La poesía es un arma cargada de futuro.
Lena. Mi
nombre es Elena Zaslavsky. Soy escritora, bloguera, y madre de dos
hijos. Nací en Lisichansk, una pequeña ciudad industrial de la región de
Lugansk, a orillas del río Donets. A mi ciudad natal le llaman la cuna
de Donbass, después de todo, es el lugar donde se encontró carbón por
primera vez, en la cuenca minera de Donetsk.
Me gradué en Humanidades en el instituto. Era un
edificio viejo, de antes de la revolución del 17. Estaba en la montaña,
entre la cantera y el parque de Atamanovskim. Justo sobre nosotros
pasaba el teleférico más largo de Europa, que conducía a una fábrica de
soda. Trabajaron en él mi abuelo y mi abuela, y en esa planta se
conocieron mi padre y mi madre. Hoy está arrasada. Bueno, como tantas
otras desde la independencia de Ucrania.
Realmente sí creo en la idea de “”Схiд i Захiд разом”
(El Este y Oeste están unidos). Sin embargo, en la práctica ha
resultado no ser así. Y cuanto más me acerco al oeste del país, más
convencida estoy de ello. El punto de inflexión para mí fue el Maidan.
El Maidán. Para mí fue una
puerta demoníaca a través de la cual entraron a Ucrania el odio, la
malicia, el nazismo y el fascismo y empezó una guerra fratricida. La
independencia que surgió de la voluntad de Europa, como si fuera un
tornasol, mostró todos los problemas de Ucrania, demostró que Ucrania no
está lista para vivir de acuerdo a las leyes europeas. Es obvio que los
partidarios de la integración europea no sabían o no querían saber que
mucha gente no apoya su opinión. Los partidarios del Maidan quisieron
llamarla una revolución de la dignidad, pero en realidad fue un golpe de
Estado. El actual gobierno de Ucrania creó la junta militar que llegó
al poder con el apoyo activo de los nacionalistas y que debe
considerarse responsable de crímenes de guerra del asesinato de civiles
aquí, en el Donbass.
La guerra. Ahora la guerra
es una parte integral de mi vida. Vivo y trabajo en Lugansk, el
territorio de las que las autoridades ucranianas llamaron área ATO (área
de operaciones antiterroristas). Nunca pude imaginar que la guerra
estallaría en Ucrania. Siempre pensé que vivíamos en un país pacífico,
porque me acuerdo de mis abuelos hablando sobre la Gran Guerra Patria,
sobre el movimiento partisano. Son la historia de mi familia. Pero ahora
he aprendido sobre esta guerra en carne propia, no por libros y
películas. Lo he vivido de primera mano. Yo sé lo que es un ataque con
bombas, un ataque aéreo, he visto volar los bombarderos, los ataques de
mortero y la artillería desde mi casa. Solía dar morfina a los soldados
gravemente heridos y escondí armas cuando la ciudad donde nací
estuvo sitiada. Conozco a las milicias. Sé quiénes siguen vivos, y
conocí también a los que ya no están aquí.
Las consecuencias. Mi hija
me preguntó una vez: “¿Y si Poroshenko nos lanza la bomba atómica?” La
tranquilicé y le aseguré que él no tenía de eso… Aunque si la tuviera,
¿lo hubiera hecho? Yo no estaría tan segura.
Traté de proteger a mis hijos de los horrores de la
guerra. Los peores meses para Lugansk se marcharon de la ciudad. Luego
regresaron. Mi hijo de 14 años quería irse al frente también. Hasta
ahora me las arreglé para convencerlo de que lo que tiene que hacer es
aprender de esto. Mi amiga Elena Kuznetsova escribió una vez en
Facebook: “Ayer hizo un año que nos encontrábamos bajo un ataque de
mortero en un parque infantil. Milagrosamente estamos vivas. Por
entonces no sabía que estaba embarazada de nuestro chico, Gleb. Podía ni
haber nacido. Y hoy, justo, pasado un año, ha dicho mamá”.
Tradicionalmente, el papel de la mujer en la guerra ha sido esperar y
ser piadosa. Conservar el hogar para la paz, defender y dar a la luz.
Nada ha cambiado.
El futuro. Una de las
peculiaridades de la vida en la línea del frente, es que acabas
comprendiendo que la vida real es el aquí y el ahora, y el futuro es
incierto. Todos queremos la paz, pero es sólo posible con la victoria.
La poesía. Ahora he
publicado un libro. Se llama ‘El año de la guerra’. Se lo he dedicado a
mi padre. Los poemas que se incluyen en esta colección fueron escritos
durante un año: desde mayo de 2014 hasta mayo de 2015. Fue un año
difícil, un año decisivo para mi país y sobre todo para mí
personalmente. La vida no es fácil en Lugansk. Pero ella me ha hecho
entender quién soy, a lo que puedo aspirar, y quién está a mi lado.
En España escribisteis con sangre en las páginas de
la historia de la lucha contra el fascismo y el nacionalismo. Mi poeta
español favorito fue asesinado por Franco, García Lorca. Él escribió:
“Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis
límites geográficos; odio al que es español por ser español nada más. Yo
soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea
nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una
venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español
malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto
soy hombre de mundo y hermano de todos”. Desde luego, no creo en la
frontera política.
Todos hemos leído libros de Ernest Hemingway, de
George Orwell, de Antoine de Saint-Exupéry, que luchó en el bando
republicano. Por desgracia, el pueblo ucraniano no ha aprendido la
lección de los acontecimientos relacionados con la lucha contra el
fascismo en Europa. Y la historia va volviéndose más y más dura cuando
no se aprenden las lecciones. Una vez el comandante de Granada dijo que
habían asesinado a Lorca porque “la pluma hace más daño que cualquier
otra arma”. Yo creo que la palabra viva tiene la capacidad de cambiar el
mundo para mejor y para inspirar a la gente a luchar.
Poema
Pan negro (3.5.2014)
Durante mucho tiempo no hubo problemas. Mucho.
Durante mucho tiempo no hubo guerra. Mucho.
Durante mucho tiempo no hubo guerra. Mucho.
Los niños tuvieron tiempo de crecer,
Los nietos tuvieron tiempo de crecer.
Los bisnietos no lo han tenido aún.
“Me marcho. Lo siento”. dijo el hijo.
Y dijo el nieto: “Yo también. Déjame ir “.
Los bisnietos no lo han tenido aún.
“Me marcho. Lo siento”. dijo el hijo.
Y dijo el nieto: “Yo también. Déjame ir “.
Y de nuevo fluyó la sangre caliente.
La patria, que se desgarra.
La patria, que se desgarra.
Y se tornaron hermano contra hermano,
Y manaba leche negra de los senos.
Y manaba leche negra de los senos.
La sangre corría negra en los corazones,
Como antracita, nuestro carbón de Krasnodon.
La última veta. Desde las remotas entrañas,
Como antracita, nuestro carbón de Krasnodon.
La última veta. Desde las remotas entrañas,
arriba del mismo infierno.
La Historia quiere cambios
Fría, fría, muele fría piedra negra de molino.
La Historia quiere cambios
Fría, fría, muele fría piedra negra de molino.
Nos convertimos en el pan negro de la guerra,
Nosotros, que éramos dorado grano.
Nosotros, que éramos dorado grano.
Elena Gladkova, La Osa: “Nos hemos convertido en amazonas”
Elena Gladkova
(Lugansk, 1977) era profesora hasta que la guerra llamó a su puerta.
Entonces se enroló en la milicia, donde continúa trabajando a día de
hoy. Llegué hasta ella por su trabajo en el batallón humanitario de las
milicias durante el durísimo invierno de 2014. De convicciones firmes y
rotundas, por encima de todo, la imponente mujer a la que llaman ‘La
Osa’ defiende que esta es una guerra de valores. Si está en combatiendo,
es por sus hijos.
Elena, miliciana. Mi primer
trabajo en la milicia era simple, ayudé en la cocina: me convertí en
jefa de cocina y en responsable del almacén de comestibles a la vez.
Luego tuve que irme al departamento de información y al mismo tiempo
gestionar la ayuda humanitaria. También trabajé filmando la entrega de
la asistencia humanitaria.
Amazonas. Las mujeres llegaron hasta aquí para defender a sus hijos, a su tierra, no hubo otro remedio. Yo y mis compañeras
luchamos por los valores de la familia, por nuestros niños. Para
nosotros es inaceptable otro tipo de valores, éstos, los de la familia,
son valores sagrados. Cuando empezamos la guerra nos convertimos en
Amazonas, mujeres protectoras. Es un hecho: las mujeres en el ejército
son fuertes en espíritu, y protegen a sus crías. No he sentido
hostilidad, sólo respeto y admiración por parte de mis compañeros
hombres, mis compatriotas.
La Osa de Lugansk. Ocurrió
un poco por casualidad, cuando nos entrevistaron para un canal de
YouTube, usé el pseudónimo de Osa, y luego en la primera entrevista con
una periodista, Julia, firmaron mi nombre de esa manera, “Elena
Medveditsa (la Osa)”. Así es como me convertí en osa.
La madre. El momento más
difícil fue cuando tuve que marcharme lejos de mis hijos, yo no estaba
allí, cuando el menor estaba enfermo y yo no estaba allí, fue muy
difícil de soportar. Mi hijo se negó incluso a hablar conmigo por
teléfono, pensó que le había abandonado. Sólo más tarde, cuando regresé y
nos abrazamos por fin se rompió el hielo.
El futuro. Ahora cada uno
elige de qué lado es: del bueno o del malo. Cuanta más gente aguarde en
el lado del bien, estará más cerca el final de esta guerra y el futuro
de mi pueblo será claro y constructivo. Volveré a mi vocación de
docente. Siempre he querido abrir una escuela cuando todo esto acabe y
sé que acabaré cumpliendo mi sueño.
Su mensaje. Ahora estamos
defendiendo no sólo a nuestros hijos, a nuestras tierras, sino también,
en cierta medida, estamos defendiendo el futuro del planeta. Es una
guerra contra un sistema que destruye prácticamente todo a su paso, y
espero que retornen valores como el amor, el cariño, el valor de una
familia.
Entrevista a Elena (minuto 00:08:46):
Maryana Naumova: “Las cosas en Donbass han cambiado. La gente trabaja, estudia, vive”
Maryana es una
pequeña celebridad en Rusia. Con 17 años, ha pulverizado todos los
récords en levantamiento de peso y llega a alzar 150 kilos con la fuerza
de sus brazos. Maryana aprovecha su fuerza para algo más que las pesas:
es famosa por sus viajes internacionales a lugares “calientes”, como
Corea del Norte, Donbass o más recientemente, Siria. Militante de la
juventud comunista rusa, las consecuencias de su activismo no se han
hecho esperar: Maryana ha perdido a su patrocinador deportivo
norteamericano y es considerada persona non grata por el régimen de
Kiev, que la incluye en su lista de terroristas internacionales.
La musa del press-banca. Me encantan las figuras de las chicas que hacen bodybuilding.
Fue difícil empezar para mí, porque fui la primera chica que rompió
tantos récords. La gente me decía que no me dedicara a esto, porque
parecería un chico. Pero hay muchas chicas que han empezado a ir al
gimnasio después de verme. ¡Es impresionante! Sigue sin ser fácil, ¿eh?
Tienes que entrenar duro, comer sano, dormir bien.
Donbass. Fui a Donbass a
apoyar a los niños, a distraerles de la guerra. Hablamos, hicimos
competiciones, les llevamos ayuda humanitaria. Es la cuarta vez que voy a
Donbass y veo que las cosas han cambiado. La gente vive, estudia,
trabaja. De hecho, celebramos con los niños el comienzo del nuevo curso.
Ojala, les deseo que vivan en paz.
Voyage, voyage. He vivido
experiencias enormes. Viajo por todo el mundo, conozco a mis ídolos,
hablo con políticos, con gente de un montón de países diferentes. Y eso
va a ayudarme mucho en mi futuro trabajo, porque quiero ir a la
universidad a estudiar Relaciones Internacionales.
Tengo muchos planes, muchos. Ahora tengo que
centrarme en preparar las competiciones porque me he tomado un descanso
largo. También necesito estudiar, para aprobar los exámenes, y seguir
haciendo trabajo social.
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