La Jornada
En el Zócalo, informando acciones de siete meses (1/7/19), el presidente López Obrador declaró:
se creó el Instituto de Salud para el Bienestar (ISB) que atenderá a quienes no tienen seguridad social para cumplir con el compromiso y mandato constitucional del artículo 4: garantizar el derecho del pueblo a la salud. Reitero el compromiso de ofrecer pronto atención médica y todos los medicamentos gratuitos a la población que no tiene seguridad social: todos, no sólo los del cuadro básico; todos los que necesite el pueblo. Falta mejorar el sistema de salud.
Después de los anticipos de política del interregno (julio-diciembre
2018) y de variadas declaraciones, en conferencia mañanera (2 de julio)
agregó:
vamos a mejorar el sistema: lo ideal, era integrar todo en un sistema universal de atención. Pero consideramos que iba a ser bastante difícil lograrlo. De modo que se optó por dividirlo en dos partes: por un lado, que funcionen bien el IMSS y el Issste para los derechohabientes. Y que el ISB atienda a toda la población que no cuenta con seguridad social.
Este pronunciamiento –reiterado en Nayarit, Michoacán y San Luis
Potosí– representa la consagración de la histórica separación entre
población asegurada (IMSS- Issste) y población abierta (Ssa), que data
de 1943. Es decir: que, por lo pronto, no se levantará otra arquitectura
para el sector salud integrado, aunque el ISB sí portará novedades
institucionales.
La principal innovación de la 4T ocurrirá sobre la federalización de
la salud para la población abierta, mientras simultáneamente, se mejoran
estructuralmente todos los servicios que derechohabientes de la
población protegida en la seguridad social. Ciertamente, dos retos de
gran envergadura.
Sobre el ISB, en Tepic, Sinaloa, AMLO adelantó –vía memorándum–
lineamientos de sus tareas. En ellos reitera la separación de 1943: el
gobierno
mantendrádos sistemas de atención. Pero siguiendo el acuerdo entre el gobierno federal y los gobernadores para hacer efectivo el acceso a la atención médica y medicamentos de la población sin seguridad social (14/12/18), llama a que se ayuden
mutuamente, a la
máxima cooperación, a la
solidaridad–como en el caso de las
urgencias– y establece enfáticamente la
coordinaciónde la Ssa sobre
todoel sistema: su
cabezaen lo
normativoy al
definirlas políticas de
todaslas instituciones del sector. Es el organismo
rector.
Por su parte, la seguridad social (IMSS- Issste)
deberáaplicarse a fondo para
mejoraratención médica y seguridad social. El ISB
supliráal Seguro Popular. Todos tendrán garantizado el
derechoa la atención de
calidadcon
todoslos medicamentos gratuitos:
nadade cuadro básico, todos los que se
necesiten. El ISB aplicará las políticas
normativasdel Programa IMSS-Bienestar y también los sistemas de salud que ahora están a cargo de los gobiernos
locales–financiados por el Seguro Popular– siempre y cuando
voluntariamentelos gobernadores lo
aceptenvía convenios.
Las cuatro funciones
básicasdel ISB serán: 1. Adquirir
todoslos medicamentos, material y equipos del sector; 2. Que no
faltepersonal, especialmente en comunidades marginadas y aplicar
compensacionesa los de las más apartadas; 3. Construcción/mantenimiento de infraestructura, y 4. Regularizar a
todoslos trabajadores del sector. Y dispondrá de un equipo de servidores públicos,
pequeño, pero eficaz, no burócratas: director general, de abasto, de personal, de construcción, de administración y cuatro coordinadores regionales.
Con el ISB, lo ideal chocó con lo urgente. AMLO lo estableció así:
dos partes. Derechohabientes atendidos con IMSS e Issste, mejorando el servicio, y un solo sistema para atender a población abierta(San Luis Potosí, 19/7/19). Ubicando
primeroa los pobres en el marco de un arreglo institucional que data de 1943, la viabilidad del ISB se examinará en la prueba de fuego de la implementación. Es decir: en la pertinencia de su diseño original, así como en aquello que excluye de ese mismo diseño.
Además de la mejora efectiva de los servicios de la seguridad social,
ahora habrá que llevar las dos grandes pinzas del proceso de
federalización (a población abierta) desde los marcos teóricos hasta su
plena operación. Pero antes hay que definir con precisión cuál será el
modelo de atención que se implantará. Las pinzas son: el despliegue
preventivo en el territorio (vía distritos de salud en lugar de las
jurisdicciones sanitarias) de la Atención Primaria Integral e Integrada,
para así anticipar realmente los daños. Simultáneamente atender
oportuna y resolutivamente (vía la cura) los daños que no pudieron ser
prevenidos con un Primer Nivel Reforzado/Fortalecido, Redes Integradas
de Servicios, más los recursos estatales recentralizados. Algo es claro:
no hay servicios y medicamentos
gratuitos: alguien los paga.
*Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco
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