México
D.F., 17 dic. 13. AmecoPress.- Dos hechos cambiaron el curso oprobioso
que durante siglos colocó a la mitad del mundo, a las mujeres, en un
verdadero apartheid y segregación por sexo: el voto universal femenino
en Nueva Zelanda en 1893 y la elección en 1960 de la primera jefa de
Estado, Siramavo Bandaranaike en Sri Lanka.
Han
pasado exactamente 53 años desde el ascenso de Bandaranaike, y en esos
años, tras la segunda guerra mundial y la Declaración Universal de los
Derechos humanos, todavía la ciudadanía femenina está puesta a debate y
menudean las restricciones a su participación política. A pesar de
ello, en cinco décadas las mujeres han sido jefas de estado,
parlamentarias, alcaldesas y responsables de ministerios y embajadas.
Millones acuden a votar en cada elección en sus países.
Este
domingo Michelle Bachelet se convirtió en las urnas (con 62.2 por
ciento de los sufragios) en la primera mujer reelecta para la
presidencia en Chile. América Latina en 2014 tendrá cuatro jefas de
Estado, las otras tres son: Dilma Rousseff en Brasil, Cristina
Fernández en Argentina y Laura Chinchilla en Costa Rica. Dilma Rousseff
y Michelle Bachelet son socialistas.
Se sabe que un
gran vuelco es imposible. Para Chile esta es una oportunidad de hacer a
un lado los residuos del pinochetismo: cambiar la constitución,
reconocer y ampliar los derechos de las y los trabajadores y
desarrollar una política a favor de la igualdad entre mujeres y hombres
que enarboló la socialista Bachelet desde Naciones Unidas, entre 2010 y
2012.
Su reto es
desarrollar una nueva reforma educativa, democrática e incluyente, un
pendiente que dejó muy mal sabor de boca durante su anterior gestión.
No se sabe
hasta dónde tendrá la voluntad política para cumplir la agenda de
género, la misma que promocionó y demando de todos los gobiernos
durante su responsabilidad en ONUMujeres.
Ninguna
política, jefa de estado, ha tenido como ella tanta información sobre
la condición social de las mujeres en el mundo. Nadie como ella ha
podido constatar todas las formas de exclusión y discriminación
femenina; sus discursos en ONU Mujeres, suaves pero firmes, llamaron
una y otra vez a los gobiernos para hacer de la igualdad en las leyes
una igualdad real en la vida cotidiana.
Recordar ello, significa, una esperanza para las chilenas y un decálogo ejemplar para los gobiernos del mundo. ¿Será posible?
Desde la ONU
de la tarea para eliminar la violencia contra las mujeres, Bachelet
reconoció sistemáticamente que “aunque la igualdad entre las mujeres y
los hombres está garantizada en las Constituciones de 139 países y
territorios, con demasiada frecuencia a las mujeres se les niega el
acceso expedito a la justicia y a la protección contra los abusos. Esto
no se origina por desconocimiento sino por una falta de inversión y de
voluntad política de respetar las necesidades de las mujeres y de
proteger sus derechos fundamentales.”
Sus
compromisos electorales, sus dichos en plena campaña la comprometen a
romper un círculo vicioso donde la concertación impidió desmantelar la
funesta historia del pinochetismo. El 28 de octubre último Bachelet se
manifestó partidaria de la “despenalización de la interrupción
voluntaria del embarazo” pero sólo en tres casos: peligro de la vida de
la madre, violación o inviabilidad del feto”, ya que en Chile el aborto
está totalmente penalizado. También, propuso promover el matrimonio
igualitario y ofreció, que tras un “debate abierto y participativo”
enviar un proyecto de ley. Ojalá su nueva mayoría la apoye.
Y como todas
las primeras magistraturas tendrá que mejorar la vida de las y los
ciudadanos de cara a la situación económica. Ella ha dicho claramente
(febrero 2011): “Las evaluaciones hechas en 134 países por el Foro
Económico Mundial, que hace el seguimiento del desempeño en materia de
igualdad de género, indican que hay una correlación evidente entre el
progreso en materia de género y el PIB per cápita. Asimismo, un estudio
reciente mostró que las compañías de la lista Fortune, en 500 que
tienen la mayor cantidad de mujeres en sus juntas directivas eran 53
por ciento más lucrativas que las que tenían menos mujeres en sus
juntas directivas” y estudios semejantes señalan que la primera
magistratura en manos de las mujeres, aceleran el progreso social y la
justicia.
Partidaria de
acrecentar lo que se conoce como masa crítica femenina, en los espacios
de toma de decisiones, también se esperaría una reforma electoral que
abra nuevos espacios de participación política para las mujeres. Ella
ha recomendado sistemáticamente, que las mujeres deben estar en todos
los espacios, ser expertas en todos los temas, abrir debates, crear
leyes y acciones que den a las mujeres nuevos elementos para su avance.
Propiciar la masa crítica femenina. No obstante que los datos mundiales
siguen siendo exiguos.
•Sólo un 20,9
por ciento de las y los parlamentarios nacionales eran mujeres al 1 de
julio de 2013, lo que significa que la proporción de mujeres
parlamentarias ha aumentado muy lentamente desde 1995, cuando se
situaba en un 11,6 por ciento.
•En junio de 2013, 8 mujeres eran Jefas de Estado y habían 14 Jefas de Gobierno.
•En mayo de
2012, Ruanda era el país del mundo con mayor número de parlamentarias
(un 56,3 por ciento de los escaños de la cámara baja).
•A escala
mundial, en julio de 2013, había 37 Estados donde las mujeres
representaban menos de 10 por ciento del total de las y los
parlamentarios en cámaras individuales o cámaras bajas.
•Sigue
existiendo diferencias importantes en los porcentajes promedio de
parlamentarias según las regiones, entre unas cámaras y otras y entre
las cámaras altas y bajas. Al 31 de mayo de 2012 se registraba los
porcentajes siguientes: África subsahariana, 19,7 por ciento; Oriente
Medio y África del Norte, 13 por ciento; Asia, 17,9 por ciento; región
del Pacífico, 14,9 por ciento; Américas, 22,8 por ciento; países
nórdicos, 42 por ciento; y Europa, excluidos los países nórdicos, 21,1
por ciento.
•En enero de
2012, sólo un 17 por ciento de los cargos ministeriales estaban
ocupados por mujeres; la mayoría de ellas se ocupaba de los sectores
sociales, como la educación y la salud
•La
representación de las mujeres en los gobiernos locales ha influido
favorablemente. Una investigación sobre los panchayats (consejos
locales) de la India puso de relieve que el número de proyectos de
abastecimiento de agua potable en zonas en los que dichos consejos
están liderados por mujeres era un 62 por ciento mayor que en el caso
de aquellas cuyos consejos están liderados por hombres. En Noruega se
encontró una relación de causalidad directa entre la presencia de
mujeres en los consejos municipales y la cobertura del cuidado infantil.
•En general,
se considera que la “masa crítica” con respecto a la representación de
las mujeres se sitúa en el 30 por ciento. En julio de 2013, 35 países,
de los cuales nueve se encuentran en el continente africano, habían
alcanzado dicho porcentaje de referencia. De esos 35 países, 29 habían
aplicado algún tipo de cuota, lo que incentivó el aumento de la
participación política de las mujeres.
•A diferencia
de lo que suele suponerse, la presencia de un mayor número de mujeres
en la política no está correlacionada con niveles más bajos de
corrupción. Lo que se observa, más bien, es la existencia de una
correlación entre los sistemas políticos democráticos y transparentes y
unos niveles de corrupción reducida; y ambos elementos crean a su vez
un entorno propicio para un incremento de la participación de las
mujeres.
En hora buena para Chile, para sus mujeres y sus niñas. El futuro es promisorio.
Foto: Archivo AmecoPres.
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