Migración
Cada vez ingresan a más niñas en ese mercado
Por: Citlalli López, corresponsal
Cimacnoticias | Oaxaca.- Las mujeres migrantes constituyen un 95 por ciento de las personas explotadas sexualmente en Europa y nueve de cada 10 se encuentran sin documentos migratorios válidos, afirma Rosa Cobo Bedia, profesora de Sociología de Género en la Universidad de A Coruña, España, estudiosa del fenómeno de la prostitución.
La investigadora, quien participó hace unos días en la conferencia “La Violencia no es normal, se normaliza”, desarrolladas en el Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), con motivo del Día Internacional para la Eliminación de Violencia Contra la Mujer, señala que de acuerdo con una investigación, se detectaron mujeres procedentes de República Dominicana, Perú y Ecuador entre las que ejercían la prostitución en Europa y que el tráfico de mujeres con fines de explotación sexual está aumentando como fuente de ingresos.
La experta agrega que en los últimos años hay una marcada tendencia a la pedofilización de la prostitución, de tal manera que cada vez son más niñas que son ingresadas a este mercado, ante lo cual “se impone es hacer algo”.
Remesas y pobreza
Los países pobres, explica Cobo Bedia, facilitan los circuitos semi-institucionales por las que transitan las mujeres que terminarán en un burdel de Londres, de una ciudad gallega o cualquier país europeo, no necesariamente rico, donde están destinadas a ser prostituidas con las élites dominantes.
Ellas entran en el macronivel de las estrategias de desarrollo, básicamente a través de la industria del sexo y del espectáculo, así como a través de las remesas que envían a sus países de origen. Sin embargo, a diferencia de los hombres, cuando una mujer inmigrante de un país pobre “va a un país que pertenece al tercio más rico del mundo”, sigue mandando dinero a su país de origen durante cinco años, mientras que ellos dejan de hacerlo.
Esas estrategias, “tienen cierto grado de institucionalización de las que dependen cada vez más los gobierno, como son las remesas”, asegura, y cita el caso de Tailandia, con una bien organizada y poderosa industria del sexo, con muchas mujeres y niñas inmersas cada año, ante lo cual el presidente ha dicho: “sabemos que vamos a sacrificar a dos o tres generaciones de mujeres pero necesitamos hacerlo por el bien del país”.
Y es que la exportación de trabajadores y trabajadoras, con sus remesas de dinero, son herramientas fundamentales de los gobiernos para amortiguar el desempleo y para poder pagar la deuda externa, ante las condiciones sistémicas de empobrecimiento social y financiero, señala la experta.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial realizan préstamos a países pobres y les piden como condición, para asegurar el crédito, que organicen una “industria del ocio”, la cual encubre la prostitución de las mujeres, asegura.
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