Carlos Bonfil
El 35 Foro Internacional de la Cineteca Nacional da inicio hoy con la proyección de La princesa Kaguya (Kaguyahime no monogatari, 2013),
largometraje de animación del veterano japonés de 79 años Isao
Takahata, cofundador de los estudios Ghibli y cercano colaborador del
maestro del cine de animación Miyazaki Hayao (El viento se levanta, filme presentado en la Muestra de primavera 2014).
La trama de la propuesta de Takahata, autor también de la cinta El sepulcro de las luciérnagas (1988), deriva de una leyenda del siglo X japonés El cuento del tallador de bambú.
Refiere esa historia que al cortar el leñador Sanuki un brote de bambú,
descubrió azorado cómo del centro de la planta surgía una incipiente
forma humana femenina. En muy poco tiempo, el bebé que adoptarían el
leñador y su esposa crecería misteriosamente, saltándose velozmente las
etapas de infancia y adolescencia, hasta convertirse en la protagonista
del relato, una joven a quien los padres adoptivos atribuyen un origen
noble por su elegancia y belleza.
La leyenda, interpretada por el guionista Sakaguchi Riko y el propio
cineasta, deviene parábola sobre la vanidad de los fastos terrenales,
pues trasladada la supuesta princesa del campo a la ciudad, en calidad
de doncella de la corte, sólo sentirá nostalgia por su modesta vida en
el campo y, en particular, por el joven vagabundo Sutemaru, su
compañero de juegos. “Al lado de esta sencilla premisa, lo realmente
notable de la cinta es su factura artística. La animación que propone
se aleja, en sus mejores momentos, del vistoso andamiaje de los trucos
y efectos especiales, ateniéndose a un acabado artesanal donde dominan
el dibujo de acuarela, los trazos rápidos y precisos, y una formidable
textura del rostro femenino.
Cuando
la cinta muestra los desplazamientos veloces de la protagonista el
efecto pictórico alcanza su mejor definición. Es esta delicadeza del
trazo donde La princesa Kaguya toma distancias claras
respecto de la animación de inspiración hollywoodense, con la que, sin
embargo, parece emparentarse un poco más hacia su desenlace
laboriosamente mágico y deslumbrante. Este buen modelo de animación
japonesa obtuvo, en previsible reconocimiento, una nominación como
mejor largometraje de animación en el Óscar del año pasado.
Se exhibe en la sala 1 de la Cineteca Nacional, a las 12 y 17:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1
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