7/11/2015

Mad Max: La consagración de la heroína

Furiosa

Ficciones, Pikagramas

Imperator Furiosa, la protagonista absoluta
Pocos días antes del estreno de la cuarta entrega de la saga Mad Max, en el artículo ¿Eres machista? ¡Boicotea ‘Mad Max: Furia en la carretera’! se recogían diversas opiniones de grupos machistas que animaban a no ver la película. Las razones, varias: el insultante protagonismo femenino de Imperator Furiosa (Charlize Theron) que da órdenes a Max (Tom Hardy), el tratamiento de la esclavitud sexual que se muestra desde un punto de vista crítico y reivindicativo….
‘Mad Max, Fury Road’ continúa y amplía la dinámica reciente de rupturas con el régimen de representación patriarcal de películas como Brave, Frozen, Maléfica o Los juegos del hambre, todas ellas dirigidas a un gran público
Pero lo que en apariencia más les duele es que se les cuele una heroína en una película de hombres. Y es que la acción, para los detractores de la última película de Miller es sinónimo de testosterona y una mujer en un universo violento es una clara intrusa. La polémica ha sido tal que incluso la actriz, que estas semanas también ha sido noticia por afirmar que el feminismo es bueno para las niñas a raíz de la críticas recibidas por reivindicar igual salario que los hombres, ha salido a defender su personaje y a decir que las mujeres también “podemos ser tan oscuras y tan brillantes como los hombres. Somos más que personas de apoyo, más que procreadoras, somos igual de conflictivas”
Todos estos debates debemos contextualizarlos en los cambios recientes que vienen desde Hollywood en los que las actrices reivindican igualdad salarial y ser más que meros floreros. No podemos sino recordar las palabras de Patricia Arquette cuando recibió el Oscar en la pasada edición, a Meryl Streep reivindicando a las guionistas mayores de 40 años, o a Emma Wattson y su discurso en la ONU, por citar los ejemplos más mediáticos. Incluso hay actores que se definen como feministas, como Ryan Gosling, Daniel Graig, Jon Hamm o Mark Ruffalo.
Y aunque desde un punto de vista teórico no podamos definir la película como una película “de mujeres” (como afirman las críticas machistas),  porque no está dirigida a un público femenino, Mad Max, Fury Road continúa y amplía la dinámica reciente de rupturas con el régimen de representación patriarcal que ya hemos analizado en #Pikagramas con películas como BraveFrozenMaléfica o Los juegos del hambre, todas ellas dirigidas a un gran público.

El héroe solitario y la villana
Mad Max: Fury road (Australia, Estados Unidos, 2015) es la cuarta entrega de la saga Mad Max y viene a cerrar la tetralogía formada por ésta y por las películas de finales de los 70 y de los 80: Mad Max, salvajes de la autopista (Australia, 1979), Mad Max, el guerrero de la carretera (Australia, 1981) y Mad Max, más allá de la cúpula de trueno (Australia, 1985), todas ellas dirigidas por George Miller.
Una consecuencia importante del modelo de mujer protagonista fuerte y poderosa es que rompe con el imaginario en el que prima el amor como tema central, permitiendo nuevas identificaciones y lecturas
Esta mítica saga con Max (Mel Gibson) como héroe solitario a la cabeza construye un universo post apocalíptico, que la primera película apunta y las siguientes desarrollan, en el que prima la deshumanización, la destrucción y una organización social en grupos que luchan por obtener el bien más preciado: la gasolina. Pocos diálogos, mucha autopista, mucho coche, secuencias infinitas de acción trepidante de persecuciones por el asfalto, todo ello reforzado por una estética única entre heavy y rockera en la que abundan el cuero, las crestas y las armas.
En este ambiente, Max, que al inicio de la saga es policía, tras perder a su mujer y su hijo a manos de los desalmados psicópatas kitchs de Mad Max, salvajes de la autopista, deambula por este universo yermo y desértico y rechaza ser el héroe salvador; que es lo que se espera de él. Prefiere vagar y rodar solo, enroscado en la tristeza infinita que le ha supuesto perder a su familia.
El papel de las mujeres en estas tres películas van desde la esposa que muere a manos de los malos y condiciona la vida de este (no) héroe hasta la supervillana Tía Ama (Aunty Entity) interpretada por Tina Turner en Mad Max, más allá de la cúpula de trueno. fundadora. Su personaje es una mujer poderosa y ambiciosa, rotunda y sexy, que es la más poderosa y quien finalmente perdona la vida al héroe solitario, quizá porque considera que la mejor venganza es dejarle vagar con su pena.


Impera Furiosa: los cambios, las rupturas
¡Alerta, spoilers!
Furiosa huye y Max queda enganchado a un coche con una máscara de hierro que le hace vulnerableMad Max, Fury Road comienza con Max atrapado en una ciudad dominada por Joe el Señor de la Guerra. Atormentado (todavía) por la pérdida de su familia, se convierte en donante involuntario de sangre para uno de los habitantes de la ciudad dominada por Joe. Imperator Furiosa es la conductora del convoy que se dirige a Ciudad Gasolina a repostar, a la que no llega, ya que su objetivo es ir en busca de la tribu de la que fue secuestrada de niña, junto con las jóvenes pertenecientes al harén real que ha rescatado. Los destinos de Max y Furiosa se encuentran en una de las persecuciones. Ella conduce el camión y él va atado a uno de los coches de los enemigos de Furiosa y enchufado a uno de los malos que necesita su sangre.
Furiosa huye y Max queda enganchado a un coche con una máscara de hierro que le hace vulnerable
A pesar de que la película comience con Max, desde el primer fotograma en el que aparece Furiosa, esta se erige como la protagonista principal de la trama. Y no sólo porque se merienda al hasta el momento protagonista de la saga, sino porque es su personaje quien comienza la acción y justifica la trama. Ella es la protagonista, Max es el personaje secundario. Ella conduce y huye; Max está enganchado a un coche y tiene una máscara de hierro que le hace vulnerable, algo que Furiosa nunca es.
Furiosa ha liberado a las esclavas sexuales del Señor de la Guerra, un grupo de jóvenes valquirias (aunque no todas sean rubias) y quiere llegar al Paraje Verde de Muchas Madres. Lo simbólico y las rupturas funcionan en dos sentidos. Por un lado se visibiliza la esclavitud sexual a la que son sometidas las jóvenes que incluso llevan un cinturón de castidad con una vagina dentada, puro marcaje patriarcal, que dejan tirado en el desierto. Cuando Furiosa las ha liberado tras una alianza entre mujeres, huyen no sin antes dejar escrito en las paredes que no son cosas, que no son meros úteros inseminables para que el Gran Jefe tenga una descendencia sana. Por otro lado, ese Paraje Verde de Muchas Madres es el futuro. La feminidad es futuro, es posibilidad, es vida, y es lo principal de la película, no lo secundario.
Las madres del paraje verde devienen en mujeres sabias y viejas. Han resistido a los continuos secuestros y aunque hayan perdido el paraje verde, mantienen las semillas. Nueva referencia al futuro que pasa por la feminidad. Pero no son sabias y apacibles ancianas que guardan con celo la vida y las plantas. Son aguerridas guerreras y moteras, procedentes de viejas estirpes, alguna de ellas, como Furiosa, incluso del clan de las perras. Pura genealogía guerrera.
Una consecuencia importante del modelo de mujer protagonista fuerte y poderosa es que rompe con el imaginario en el que prima el amor como tema central o la tendencia a que las mujeres quieran volver a ser sumisas. Da un giro radical a las representaciones de las mujeres y enriquece los registros hasta límites impensables hace bien poco. Esto permite identificaciones y lecturas ricas que por fin van más allá de denunciar el androcentrismo y los escasos roles femeninos en el cine.
El héroe (aunque no quiera serlo), que salva a la gran guerrera, herida en combate -y no herida por algún despiste, fallo o desliz tipicamente femenino- es quien no tiene nombre en la película hasta el final. Porque realmente su nombre no importa, como se muestra cuando Max se va difuminando entre la multitud. Importa Furiosa y ya no puede haber vuelta atrás.

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