7/10/2015

El misterio de los 11 jornaleros sinaloenses desaparecidos


Un celular activo, un mensaje de texto y un depósito bancario son las únicas pistas a tres meses de la desaparición

CULIACÁN, SINALOA (La Silla Rota).- Un celular activo, un mensaje de texto y un depósito bancario es lo último que queda de los once jornaleros de Sinaloa desaparecidos que se dirigían a trabajar a campos de Sonora.
La zona norte del estado, Caborca, sería una señal según el rastro del móvil para la investigación.
El domingo 3 de mayo de este año, los once familiares y amigos salieron de Choix, Sinaloa, para aprovechar la temporada de pizca de la uva en el 

estado vecino, conocida por dejar remuneraciones de hasta 500 pesos diarios en un buen día de trabajo.
Previo al viaje, Luis Enrique, Édgar Adrián Rosas Berrelleza, Santiago Berrelleza, Omar Berrelleza Izaguirre, Jesús Gastelum Contreras, Arturo Medina Berrelleza, Jesús Izaguirre Valenzuela, Jesús Hernán Antelo Rivas y Gabriel Alonso Berrelleza Rábano, todos vecinos de la comunidad del Mezquite Caído, se despidieron de sus familias.
Los hermanos Abel Antonio Lastra Berrelleza, de 20 años de edad y José Everardo N, de 15 años, hicieron lo propio, en su tierra natal  las Colmenas.

Con tres mudas de ropa cada uno, partieron a bordo de una camioneta Chevrolet, matrícula UD 25401.Al filo de medio día,  la señora, Juana Berrelleza, recibió en su celular, un mensaje de su hijo mayor, en el que le comunicó que tomarían un descanso para comer en algún punto de la ciudad de Guaymas, Sonora, 120 kilómetros al sur de la capital, Hermosillo. Después de eso, sus teléfonos celulares se desactivaron.
Tres días después, los padres y esposas visitaron al alcalde de Choix, Juan Raúl Acosta Salas, en busca de ayuda para localizarlos.
Un mensaje de texto registrado en el celular de uno de ellos da testimonio que los once jóvenes fueron contratados por una mujer para trabajar en la pizca de la uva.
La Procuraduría de Justicia del Estado confirmó que de forma esporádica uno de los celulares de uno de ellos es activado por escasos minutos, en la zona de Caborca, pero luego de breves llamadas  lo vuelven a apagar.
A más de dos meses  de su extraña desaparición, la Procuraduría de Justicia del Estado no ha logrado establecer una hipótesis sobre su paradero.
Sus familias plantean viajar a Sonora  para hablar con el  Fiscal General de esa entidad, Carlos Navarro Sugich, quien recientemente dijo que no sabía ni dónde estaba Choix.
Los familiares forjados en un municipio de la sierra, con añejas disputas violentas entre bandas delictivas rivales ligadas a los cultivos ilícitos, no hablan fácil del tema.
La señora Juana Berrelleza, de la comunidad de las Colmenas, madre de Abel Antonio, de 20 años y José Everardo, de 15, dos, de los once, es una de la que ha emitido algunos comentarios, sobre las actividades de sus hijos.
Ellos como la mayoría de los jóvenes, dice, tienen trabajos temporales, en el cultivo de la tierra, cría de animales o en la captura de especies de agua dulce, en el vaso de la presa de Huites, ubicados, sobre el río Fuerte.



Jesús Izaguirre Osuna, un hombre de campo dice que su hijo, del mismo nombre y  de 26 años de edad, tiene amplia experiencia en el trabajo de las siembras de la vid.
“Desde hace casi cinco años, él, cada temporada, junto con otros familiares, se contrata con agricultores de Sonora, para trabajar en forma temporal”, comenta. 
En la primera reunión con los familiares de los 11 desaparecidos, el Procurador de Justicia del Estado, Marco Antonio Higuera Gómez, detalló que tienen rastros de una transferencia de dinero a nombre de uno de ellos, por parte de la mujer que los contrató, y el retiro se realizó en una  sucursal de Banco Azteca. El dinero enviado, según el texto registrado en el celular de responsable del grupo, cubría los gastos de su traslado a tierra sonorense.
El Fiscal General del Estado, Higuera Gómez, les informó haber rastreado varias llamadas telefónicas breves, en Caborca, Sonora, procedentes del celular de uno de ellos. “Lo activan en forma esporádica y lo vuelven a pagar”, fue todo lo que reveló.
En Sonora no los atienden, afirman los familiares.
“Las investigaciones no avanzan”, dice  Juana Berrelleza, “ya ni el teléfono contestan, en las oficinas del Fiscal General del Estado de Sonora… sólo croquis, fotos e hipótesis de su trayecto de Choix a Guaymas, nada concreto, sobre su paradero… Son buenos muchachos, uno está casado, no tienen vicios, ni andan en malas compañías”.                  
CHOIX TIERRA VIOLENTA

Choix es un municipio con cerca de 39 mil habitantes dispersos en comunidades y rancherías que abarcan 4 mil 512 kilómetros cuadrados, pese a ubicarse muy cerca de la presa de Huites, enclavada en el río Fuerte, sus actividades son la agricultura de temporal y la ganadería.
En esta tierra se vive una añeja violencia con brotes continuos de disputas armadas entre grupos rivales de gavilleros, asociados con grupos de la delincuencia organizada, por el control de una franja de la sierra que limita con el estado de Chihuahua.
La miseria y los continuos ataques a rancherías, cuyas viviendas son incendiadas han provocado un éxodo de familias a la cabecera municipal, donde se concentra una población de más de doce mil habitantes.
En ese ambiente de violencia, se inscribe el atentado que fue víctima el alcalde, Juan Raúl Acosta Salas, tres de sus colaboradores, su esposa, María Luz Lerma y su hermana, Rosario, los cuales viajaban en una camioneta con rumbo a la capital del estado.
Días previos a la partida de los once jóvenes a los campos agrícolas de Sonora, la violencia se volvió hacer presente, con el hallazgo de los cuerpos calcinados en una camioneta Ford 1984, de Raúl Villalobos Duarte y Ramón Vega.
Sus viudas, Carlota Mares Gil y Emilia Domínguez, las cuales los acompañaban procedentes de Chihuahua, narraron, como fueron interceptados por un grupo armado y abandonadas en a su suerte en la sierra. Ellas tuvieron que caminar por varias horas, hasta llegar a una pequeña ranchería, donde les brindaron auxilio y solicitaron la presencia del ejército.
Miguel Ángel Camacho Sánchez, diputado local por el ese distrito, solicitó  la presencia de la Marina para sellar las fronteras entre Sinaloa y Chihuahua, por el libre tránsito que se tiene entre bandas antagónicas.
  
HISTORIA DE MUERTES

La historia negra de este municipio destaca que en 2012, en una cadena de hechos violentos que iniciaron en comunidad de Bacapoya, en sólo cinco días, 38 civiles perdieron la vida en enfrentamientos entre sí y con las fuerzas federales y estatales.En un primer hecho, registrado la tarde del 28 de abril de ese año, un grupo mixto de agentes estatales y del ejército acudieron en auxilio de pobladores, lo que generó un enfrentamiento con varios hombres armados con vestimenta tipo militar que  se desplazaban en vehículos clonados como patrullas federales.Seis delincuentes abatidos, un piloto de un helicóptero militar y un policía municipal de nombre, Héctor Ruiz Villa, fue el primer saldo.En una de las averiguaciones previas abiertas sobre estos hechos Choix/0412/2012, reseña que tropas del ejército, agentes federales y estatales en el camino entre los poblados de San Simón al Potrero de los Fierro se toparon con nueve sujetos con vestimenta tipo militar a bordo de Hummer, con fusiles Barret y una patrulla clonada de fuerzas federales.Nueve presuntos delincuentes fueron abatidos, a los cuales se les aseguró un arsenal compuesto por fusiles automáticos, lanza granadas, miles de cartuchos, dos unidades, tipo militar, con blindaje artesanal.

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