Por: Inés Castro Apreza*
Ayer,
8 de julio, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación
(TEPJF) tomó una decisión histórica para las chiapanecas: revocó el
acuerdo IEPC/CG/A-071/2015 del pasado 15 de junio, mediante el cual el
Consejo General del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana
de Chiapas (IEPCC) aprobó el registro de candidaturas a diputaciones al
Congreso del estado por los principios de mayoría relativa,
representación proporcional y diputados migrantes, así como integrantes
de los ayuntamientos, que habrán de contender en la elección del
próximo 19 de julio.
Con ello, los 12 partidos políticos y las coaliciones que compiten deberán cumplir con la paridad “horizontal” y “vertical”.
Durante la sesión, la magistrada María del Carmen Alanís Figueroa y el
resto de magistrados hicieron afirmaciones que no dejan lugar a dudas:
existía absoluta certeza respecto a la obligación de cumplir con ese
principio.
La misma legislación de Chiapas es clara en tal sentido y, además,
aunque faltan pocos días para la jornada electoral, las reformas fueron
publicadas oportunamente en el Diario Oficial de la entidad.
Es “sumamente grave que el IEPCC no haya hecho nada por cumplir con la
normativa vigente”, se dijo; y se confirmó la amonestación de la Sala
Regional del TEPJF, de Xalapa, al IEPCC por su inobservancia de la ley.
La pregunta de un magistrado no está de más: “¿De qué sirve una
autoridad que no exige el cumplimiento de esa norma cuando es flagrante
la violación?”.
Dudo que la amonestación y la vista al Instituto Nacional Electoral
(INE) respecto de la conducta de las y los consejeros electorales
lleven a su remoción, ya que existieron y existen diversos intereses en
la integración del Consejo General del Organismo Público Local
Electoral (OPLE).
Con todo, es una decisión histórica la que tomó la Sala Superior del TEPJF, que fue más allá de la tomada por la Sala Regional.
En efecto, el 1 de julio la Sala Regional Xalapa reconoció que hubo
violación en el registro de candidaturas en Chiapas, porque no se
cumplió la paridad.
Sin embargo, la sentencia dictada en la Tercera Circunscripción
Electoral Federal declaró improcedente la revocación del acuerdo del
IEPCC arriba mencionado aduciendo: “En la hipótesis de que se revocara
el acuerdo impugnado… se tendrían que suspender las campañas
electorales, las cuales…. se reiniciarían con nuevos candidatos el 7 de
julio, cuando ya habrían transcurrido 21 de los 30 días de campaña
previstos, con la consecuente confusión en el electorado”.
La Sala Regional amonestó a los integrantes del Consejo General del
IEPCC, y los exhortó “para que en lo sucesivo se conduzcan con mayor
diligencia” emitiendo los lineamientos y disposiciones generales
necesarias que garanticen en los subsecuentes procesos electorales
ordinarios, que la totalidad de los registros se integran de manera
paritaria.
Gracias a la histórica decisión del TEPJF no tendremos que esperar al 2018 para que la paridad sea un hecho.
Para muchas de nosotras la sentencia de la Sala Regional parecía jugar
al compás de un proceso electoral controlado por las instituciones
gubernamentales, por el mismo Estado, vale decir.
En la Red Chiapas por la Paridad Efectiva (Repare), formada el pasado
12 de mayo por decenas de legisladoras, alcaldesas, regidoras,
académicas y activistas de la sociedad civil, hemos luchado desde
entonces, y cotidianamente, por la paridad electoral. De manera que el
día de hoy culmina una fase crucial de esta batalla.
Muchas han sido las voces y muchos los momentos que han contribuido a
este triunfo. Desde la Repare las mujeres hemos contribuido a alimentar
esta lucha con nuestra presencia en reuniones convocadas para tal
efecto; con la voz en alto de testimonios de violencia política durante
las campañas federal y local; con investigaciones y escritos sobre el
acontecer político; con boletines de prensa; con un mar de reflexiones
en un chat colectivo creado ex profeso, el cual, dicho sea de paso, se
ha convertido en un auténtico medio de comunicación y de información
para quienes en él estamos.
Es justo expresar los agradecimientos frente a esta decisión histórica.
Gracias a todas las integrantes de la Repare, a sus fundadoras y a
quienes se han ido sumando, en particular a la primera generación de
feministas en Chiapas que no han dejado de luchar por sus ideales
–ideales que son de todas–, y que siguen encabezando, hoy por hoy, las
luchas políticas a favor de los derechos de las mujeres.
Gracias a quienes están en la Repare y a quienes no están, porque toda
lucha por los derechos de las mujeres nos pertenece a todas, más allá
de ideologías, banderas y fronteras.
Gracias por el apoyo de la Red Mujeres en Plural y, en particular, a
Martha Tagle por su acompañamiento cercano y a Cecilia Lavalle por su
infinita bondad, y por compartir estos ideales.
Gracias al ejemplo de Tabasco porque nos inspiró en esta lucha,
siguiendo una antigua tradición, ya que también lo hicieron quienes nos
precedieron en 1925, cuando casi simultáneamente conquistamos el
derecho al voto.
Gracias a los medios de comunicación todos, pero en particular a los
que en Chiapas nos han abierto las puertas en medio de una de las
peores censuras en la historia local, orquestada desde el gobierno
estatal, y reforzada por intereses privados a quienes no les interesa
la pluralidad ni la democracia (mucho menos la paridad electoral).
Por ello mismo, por todos los indicadores que en el estado tenemos de
vivir en tiempos de obscuridad –recordando a la gran teórica Hanna
Arendt–, la constitución de organizaciones como la Repare son una luz
en este tránsito difícil a una democracia en la que crean la mayoría de
las y los ciudadanos chiapanecos.
El lenguaje militar nunca ha sido una herramienta legítima en las
luchas feministas, al menos para mí, pero no puedo evitar emularlo en
este momento de goce profundo: hemos terminado una batalla, pero la
guerra todavía no la hemos ganado.
Hay que ver que los partidos políticos cumplan y que en esta elección y
en las venideras, más y más mujeres ganen cargos de elección popular y
toma de decisiones.
Hay mucho trabajo por hacer para conquistar esa esfera pública que
nació en la Atenas de la antigua Grecia y que, desde entonces, ha sido
un espacio históricamente masculino.
*Investigadora titular del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica. Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
OPINIÓN. CIMACFoto: César Martínez López.
Cimacnoticias | Tuxtla Gutiérrez, Chis.-
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