6/17/2014

México se ha olvidado de construir ciudadanía




Por Arturo Espinosa  @AESUPD

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La transición a la democracia de nuestro país se ha enfocado en construir instituciones confiables que organicen elecciones, desarrollar procesos electorales bajo condiciones de certeza y equidad, y fortalecer el sistema de partidos políticos, sin embargo, se ha olvidado de uno de los componentes principales de cualquier democracia, los ciudadanos.
En México nos hemos olvidado de construir ciudadanía. De acuerdo con el Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, elaborado por el entonces Instituto Federal Electoral (IFE, ahora INE) y el Colegio de México, existe una gran desconfianza entre los ciudadanos, unos no confían en otros y sobre todo no confían en las instituciones, especialmente en las de procuración de justicia (falta de cultura de la denuncia, falta de confianza en las autoridades).

Dos de cada tres mexicanos no cree en el respeto a las leyes, siete de cada diez no confía en los demás, existe un desencanto con la democracia, la salud de las Instituciones es mala, tenemos una sociedad civil fragmentada, en general, existe una gran desvinculación ciudadana.
En abono a lo anterior, los resultados del Latinobarómetro de 2013 señalan que México es uno de los países de Latinoamérica que demuestra tener menor apoyo a la democracia. Según el informe, en 2013 el apoyo de los ciudadanos a la democracia en el país apenas llegó a 37%.
En 2012 se hizo un importante esfuerzo por fomentar la participación ciudadana al incluir en la Constitución figuras como las candidaturas independientes, la consulta popular y la iniciativa ciudadana, las cuales después de una omisión legislativa de casi un año, fueron reguladas en la legislación electoral recientemente aprobada por el Congreso de la Unión.

Muchos han sido los discursos en los que se ha dicho que esta nueva legislación electoral, en la que se permite la participación ciudadana de manera más activa, garantiza de manera destacada los derechos fundamentales de los ciudadanos, sin embargo, parece que como muchas veces ocurre en nuestro país, nos encanta el discurso, tenemos leyes muy avanzadas, pero en los hechos pocos instrumentos para garantizar el ejercicio efectivo de los derechos.
La reciente legislación aprobada por el Congreso de la Unión contempla los siguientes requisitos para poder llevar a la práctica alguna de las figuras de participación ciudadana mencionadas.

Candidaturas Independientes: Podrán postularse como candidatos independientes a presidente de la República, diputados y senadores (de mayoría relativa), quienes cuenten con el respaldo del 1%  de los ciudadanos que figuren en las lista nominal de electores (792,048 ciudadanos aproximadamente), en por lo menos 17 entidades federativas, para el caso de presidente, y 2% para el de diputados y senadores, lo cual se debe acreditar en por lo menos la mitad de las secciones o distritos electorales, respectivamente, de la demarcación en que se vaya a contender. Para la obtención del respaldo ciudadano no podrán hacer uso de tiempos en radio y televisión, y el financiamiento será únicamente privado. Durante la campaña podrán acceder a tiempos en radio y televisión, así como a financiamiento público como si fueran un partido político de reciente creación, esto es, únicamente podrán acceder a una parte del 30% de tiempos en radio y televisión y de financiamiento que se reparte por igual entre todas las fuerzas políticas.

Consulta popular: Pueden solicitar la realización de una consulta popular los ciudadanos, siempre y cuando sea un número equivalente al 2% de los inscritos en la lista nominal de electores (792,048 ciudadanos aproximadamente). Ello se deberá acreditar con el nombre completo, firma, clave de elector y número identificador del reconocimiento óptico de caracteres de cada ciudadano que apoye la solicitud de consulta popular. Las preguntas que se decidan someter a consulta serán valoradas en cuanto a su constitucionalidad por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Iniciativa ciudadana: Pueden presentar una iniciativa de ley lo ciudadanos en un número equivalente al 0.13% de la lista nominal de electores (102,966 ciudadanos aproximadamente). Ello se deberá acreditar con el nombre completo, firma, clave de elector y número identificador del reconocimiento óptico de caracteres de cada ciudadano que apoye la iniciativa. Sin embargo, no existe plazo en la Ley Orgánica del Congreso de la Unión para que la iniciativa ciudadana sea dictaminada y votada en comisiones y posteriormente en el Pleno de la Cámara que corresponda.
A diferencia de hace algunos años, la legislación ya contempla algunas figuras de participación ciudadana, sin embargo, falta por ver en la práctica cómo funciona la nueva legislación, que tanto garantiza una efectiva participación ciudadana los requisitos legales establecidos por el legislador.

La realidad es que al día de hoy, los ciudadanos mexicanos manifiestan poco apoyo a la democracia, escasa confianza en las instituciones y en general no damos muestras de ser una ciudadanía que genere vínculos entre sí, y mucho menos con la autoridad o la clase política. El mensaje me parece claro, ojalá los partidos políticos, legisladores, gobernantes y los mismos ciudadanos entendamos que para vivir en democracia es fundamental contar con una ciudadanía activa y cohesionada, no quedarnos en el discurso y en reformas que carecen de efectividad, generar una verdadero vínculo entre autoridades, partidos políticos y ciudadanos, ello es responsabilidad de todos.

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