6/19/2014

¿Se puede 'despartidizar' al árbitro electoral?


Por Rafael Morales  @Rafael_Morales

La recurrente queja por la intervención de actores no legitimados para componer al árbitro electoral ha llevado a que la última reforma instaure nuevos mecanismos para "despartidizar" la elección de consejeros.

Así, el primer reto del naciente Instituto Nacional Electoral (INE) no será tanto el de tener que designar centenas de consejeros electorales a lo largo de todo el país, sino hacerlo bajo reglas objetivas.

¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de "despartidizar"? A la mexicana, hay tres significados:

a) como crítica al partidismo en el gobierno, digamos, al mítico partido oficial;

b) como exigencia para despolitizar un debate o conflicto de carácter social, y

c) como límite a la injerencia de partidos y gobierno en la organización de los comicios y la designación de las autoridades electorales.

Hemos usado en este último sentido el vocablo "despartidizar", verbo irreconocible en la lengua española, contra el exceso de partidismo en la organización de las elecciones y la subordinación a las directrices de un partido por encima del interés público.

Como el cambio político supuso el fin del partido hegemónico, el término se asoció inevitablemente al de democratización, convirtiéndose en algo loable en sí mismo... ¿Qué ha sucedido entonces?
La historia es simple: fuera el gobierno de la organización electoral, se pensó que consejeros ciudadanos honestos concluirían la democratización. Tal figura fue rebasada pronto por la del funcionario experto, técnicamente calificado.

Pero no fue suficiente: para muchos analistas los partidos seguían influyendo en su designación y hasta habían aumentando su presencia en los órganos colegiados, tal y como fue en la ancestral Comisión Federal de Electores y el IFE. Vino entonces la nueva ley de 2014.

Con todo, es un error en el análisis suponer que los órganos electorales pueden "despartidizarse". Se omite que los partidos diseñan la legislación en la materia y que tienen una participan activa en las instancias de deliberación. Además, su presencia es necesaria a través de todas las fases de una elección, tanto en el trazado de los distritos, en la vigilancia del padrón o como representantes de casillas el día de la jornada electoral.

La salida tangencial de los partidos en la designación de consejeros no elimina el partidismo y tendríamos que preguntarnos hasta dónde llevar la consigna de la despartidización, dado que son los propios partidos el sujeto directo del arbitraje político en la competencia electoral, pero también quienes se encargan de vigilar que los actos de la autoridad se apeguen a derecho, pues la ley los faculta para impugnar sus decisiones.

El camino que se ensaya hoy es muy audaz porque buscará ofrecer mayor certeza a la organización comicial en todas las entidades federativas, designando centralmente a consejeros más profesionales.

Y, aunque no es de una vez y para siempre, puede ser un paso efectivo para asegurar la homologación de los principios que dan sentido a las elecciones en México, en cada parte del territorio.

Fuente: andpolitico.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario