Por: Emma Martínez
(06 de julio, 2015. Revolución
TRESPUNTOCERO).- “La cultura de la legalidad debe entenderse y
practicarse, como una parte fundamental de la más amplia ‘cultura
cívica’, la cual niños y niñas tendrían que recibir desde su más
temprana edad”, asegura a Revolución TRESPUNTOCERO la pedagoga y colaboradora del Instituto de Filología de la Universidad de Valencia, Beatriz Cáceres.
Y afirma que ante la serie de
problemáticas, principalmente en cuestiones de seguridad, México
debería “estar preocupado por desarrollar una cultura de la legalidad
desde la escuela, como un exponente claro de la calidad democrática de
esa sociedad. Pero sin que esto se limite a informar al alumno sobre el
estado de derecho, los derechos humanos, la división de poderes o la
ley y su aplicación mediante la ejecución imparcial de la norma, pues
informar nunca será, ni resultará lo mismo que formar”.
La organización México Unido Contra la
Delincuencia, ha revelado que México ha salido reprobado en el primer
Índice Nacional de Cultura de la Legalidad y en el conocimiento de las
normas jurídicas y sociales que hacen cumplir la ley del país.
El estudio indica que los 2 mil 500
encuestados tuvieron un promedio de 5.1 en una escala de 10, siendo los
habitantes de la región centro quienes tienen mejor evaluación (6.0) y
los de occidente y noroeste los que salen más bajos con 4.4 y 4.2,
respectivamente.
Los jóvenes entre 18 y 29 años con baja
escolaridad, tienen el Índice de Disposición Hacia un Cultura de la
Legalidad más alto, con 6.2, mientras tanto, la población de 50 años y
más es quien tiene más bajo IDCL con un 4.9 promedio compuesto de 5.2
en hombres y 4.5 en mujeres.
Hombres y mujeres mayores de 50 años,
entre empresarios y profesores, con preparación universitaria y
posgrado, en su mayoría casados, son quienes en México tienen la mayor
resistencia al cambio y, por tanto, la calificación más baja en el
Índice de Disposición Hacia una Cultura de la Legalidad (IDCL). Por
región, la encuesta, indicó que son los estados que conforman las
regiones sureste y occidente los que obtuvieron los resultados más
bajos en la materia.
Para la socióloga Ana María Jacome, “es
desalentador los resultados que aporta una sociedad tan necesitada de
legalidad, en un país corrupto y donde impera la impunidad y la
prevención está lejos de implementarse desde lo gubernamental, debido a
que es un tema abordado principalmente por organizaciones civiles”.
Asimismo asegura, que el primer paso,
no solamente para dar inicio a una prevención, sino también como
protección, es indispensable que se atienda de forma primordial a la
niñez, ya que son quienes deben aprender la cultura de la legalidad,
como un derecho, tanto como la educación, pero considera que se
requiere particular cuidado para las niñas, esto debido a los a
prejuicios que prevalecen, lo que provoca que sean ellas las más
vulnerables por motivos de desigualdad y discriminación desde su
nacimiento, hasta su edad adulta, esto va desde el acoso, la
humillación, el robo, hasta el rapto, la violencia física y sexual,
hasta el feminicidio.
También comenta que, “el camino para
mejorar la convivencia y coexistencia de la sociedad mexicana, no se
puede escatimar en programas y políticas públicas que den a conocer qué
es y cómo aplicar una cultura de la legalidad, esto con el propósito
de formar una mayor y mejor ciudadanía, y por ende mayores niveles de
libertad y democrática, derivado de mayor educación, que tiene su
inicio en la infancia”.
Según datos de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, en México, hay más de 33 millones de niñas y niños
de 0 a 14 años; 16 millones corresponden a la población femenina,
quienes a decir por el órgano, deben ser un rubro primordial a atender
de forma adecuadamente, considerando se debe generar los medios para
crear oportunidades educativas, culturales, laborales y deportivas, con
las que todos los niños del país estén en condición de potenciar un
desarrollo adecuado.
Jacome sostiene que, “la implementación
de la cultura de la legalidad, como medida de protección de los niños y
al mismo tiempo, camino para la eliminación de la marginación y
pobreza, son dos aspectos que para la puesta en marcha, enfrentarán
múltiples obstáculos, siendo el gobierno el primer rubro a derribar, ya
que la idiosincrasia del actual presidente sólo le permite preocuparse
y actuar en rubros que le generen la obtención de logros económicos
particulares, lo que como se ha visto hasta hoy y durante varias
décadas de gobiernos de derecha, ha derivado en un estancamiento del
pleno desarrollo de la niñez, que años más tarde siguen desprotegidos y
en la mayoría de las ocasiones con resentimiento hacia la sociedad
(producto de la desatención en su infancia), los insta a cometer actos
delincuenciales”.
A decir por la socióloga, “fomentar la
cultura de la legalidad en los rubros de igualdad y equidad en la
niñez, no es solamente una cuestión de políticas públicas y educativas,
es una cuestión de humanismo. No es necesario seguir un manual para
indicar cuales son las acciones correctas por las que se debe regir un
individuo desde la niñez. Hoy pocos son los docentes que dedican tiempo
a la enseñanza de esta forma de hacer legalidad”.
El Informe nacional sobre la violencia de género en la educación básica en México de
UNICEF, reporta que 17.6 % de los docentes mencionan que tratan con
igualdad a niñas y niños, sin embargo, hay elementos que muestran una
conexión distinta en la relación de las y los docentes con sus alumnas
y alumnos.
Es decir, más del 40 % de las y los
docentes señalan que las niñas son más responsables y sensibles que los
niños, y 32.1 % los docentes (hombres) dicen que se entienden mejor con
los niños por ser hombres.
Sobre esto, la organización México
Unido Contra la Delincuencia, señala que, “a la luz de estas cifras, es
importante voltear a ver qué pasa a diario en el aula y el resto de los
espacios de la escuela sobre el trato diferenciado entre pares
(niñas-niños), y entre niñas-niños- docentes, y de qué manera influye
esto en el ambiente escolar, y posiblemente en el desempeño académico.
Según el Informe, algunas tareas para seguir para crear cultura de la legalidad, en la niñez se debe:
▪ Promover habilidades sociales al alumnado.
▪ Trabajar el tema de masculinidad.
▪ Identificar y supervisar espacios escolares de riesgo.
▪ Generar una cultura de no violencia.
▪ Capacitación docente.
▪ Enriquecer contenidos curriculares.
▪ Analizar y enriquecer los libros de texto.
▪ Implementar la educación sexual.
▪ Identificar las buenas prácticas.
▪ Revisar los marcos de convivencia (reglamentos escolares).
▪ Respeto a los acuerdos de convivencia.
“El surgimiento de las bases para una
efectiva cultura de la legalidad supone un esfuerzo conjunto y
continuado en el tiempo entre diversos agentes sociales y diversos
colectivos como son los de educación, sociedad y justicia. Sin embargo
pareciera que en México solamente una pequeña parte de la sociedad se
ocupa de ello, porque incluso al pueblo tampoco parece generarle
necesidad carecer de la cultura de la legalidad, que en un país tan
inclinado a la muerte, miseria y barbarie, es uno de los principales
factores de reveindicacion” asegura Cáceres.
Por su parte Jacome afirma, “Se trata
de unificar ambos universos, el de la legalidad con el de legitimidad,
para desde la niñez se comprenda la ley y asuma las razones para la
obediencia y también para la desobediencia cuando las acciones de un
funcionario público, de un gobernante o de cualquiera que tenga poder,
genere actos de impunidad y corrupción”.
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