Antonio Malacara
Entre
las buenas noticias que llegan de Europa, la inminente aparición de un
nuevo disco de Luiz Márquez –creador de atmósferas– resalta y se abre
paso con luz propia. Luiz no es solamente uno de los músicos más
importantes y respetados de su generación, es también un artista
comprometido con sus conceptos, con sus preceptos, que nunca ha dudado
de las rutas que él mismo trazó hace ya un buen rato, cuando recién
rebasaba la adolescencia y se aventuraba por los complicados rumbos de
la resistencia musical, la que ha servido y servirá de contrapeso
frente a la dictadura del mercado.
Sus alforjas, cargadas con la sonoridad y los aromas y los intensos colores de México y el Caribe, se iban filtrando directamente por la gramática del jazz, pero también por los inasibles claroscuros que flotaban en la atmósfera europea. Todo ello se conjugó y dio origen a un nuevo estilo, a una nueva propuesta, la de Luiz Márquez, que a pesar de abrevar en aguas y formas ampliamente visitadas, en las manos del maestro, en su aliento, encontraron un carácter original. Y algunos le llamaron etno-jazz.
Porque independientemente de los esquemas y los timbres de la
modernidad, Márquez empezó a incorporar una serie de instrumentos étnicos y prehispánicos a su discurso, logrando hallazgos en verdad exquisitos, como aquella versión de Afro blue, el clásico de Mongo Santamaría donde Luiz dibuja cada una de las líneas con la magia de sus ocarinas (además de la intensidad en las voces y las percusiones). Esta lectura del Afro blue es para degustarse una y otra vez, con tanta o mayor emoción que la original o las versiones de John Coltrane y Abbey Lincoln.
Cada quien sus rolas, por supuesto
Treinta años y ocho discos después aparece esta
compilación. Luiz Márquez se vuelve antólogo de Luiz Márquez y nos
presenta 11 de los mejores temas de su discografía. Aquí podemos
encontrar el ineludible Afro blue, pero igual aparecen las
composiciones del Luiz con ecos de la rumba española, aires cálidos del
son montuno y amplios despliegues del indigenismo mesoamericano a lo
largo de toda la placa.
Azcapotzalco
La delegación Azcapotzalco declaró este 2013 como el Año
del jazz en Azcapotzalco, y para cerrar a todo vapor, desde noviembre
están programando dos conciertos dobles cada fin de semana, en un ciclo
en el que se rinde homenaje al pianista Héctor Infanzón. Por lo pronto,
para el sábado 7 de diciembre se anuncia uno titulado Sinfónicamente,
bajo la dirección del propio Infanzón. La cita es a las 19:00 horas en
el Foro Cultural Azcapotzalco (Av. Cuitláhuac 170, colonia Liberación).
El domingo 8, en el Jardín Hidalgo (Av. Azcapotzalco s/n, junto a la
Delegación), se presenta el saxofonista michoacano Juan Alzate y el
grupo Cuarta Aumentada con su propuesta mexicanista. Esto, a las cuatro
de la tarde. La entrada es libre. Salud.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario