1/11/2014

Día triste para las mujeres



Ontinyent - Valencia, 20 dic. 13. AmecoPress.- Hoy será un día triste para la memoria colectiva de las mujeres. Y lo será porque este (des)Gobierno inicia los trámites legales pero injustos para devolvernos a las mujeres a un estado de permanente incapacidad plena para decidir sobre nuestro propio cuerpo y nuestra maternidad.

Nos van a impedir decidir sobre cuando, cómo y con quien queremos ser madres. Es terrible.

Pero además creo que Ruíz Gallardón, perversamente, ha elegido simbólicamente este día para llevarlo al Consejo de Ministros. Y me explico.

Hoy se cumplen cuarenta años de la muerte de Carrero Blanco, el que estaba llamado a suceder al dictador. Y además se cumplen también dos años de la llegada del PP al (des)gobierno actual.

No sé si el actual y nefasto para las mujeres, Ministro de Justicia, pretendía celebrar ambos eventos castigándonos a las mujeres, pero es lo que me temo, por su conocido talante misógino y reaccionario.

Claro que este ministro forma parte de un gobierno cada día más autoritario y esencialmente ultracatólico que pretende apropiarse de los cuerpos y la maternidad de las mujeres, tal cual se hace en las granjas de maternidad de ganado.

Al dejarnos a las mujeres sin posibilidad de elegir libremente sobre nuestra maternidad y sobre nuestro cuerpo, se nos niega la posibilidad de una vida plena y, sobre todo, libre. Esa libertad y dignidad que se nos niega pretende devolvernos a etapas de nuestra reciente historia en la que se nos detenía por interrumpir nuestro embarazo.

Nos devuelve también a situaciones en donde encontrar la complicidad de profesionales que nos ayudaran y que tuvieran un compromiso claro con nuestro derecho a decidir, les podía llevar a la cárcel.

Tampoco podemos olvidar que se pretende, de nuevo hacer negocio, puesto que la objeción de conciencia de determinados profesionales de la sanidad pública a realizar este tipo de intervenciones en centros públicos, desaparece de inmediato cuando de sus clínicas particulares se trata y por cuyos servicios se pagan píngües cantidades por parte de las mujeres que se lo pueden permitir económicamente, condenando a las señoras sin recursos económicos a someterse a intervenciones poco seguras incluso para su propia vida.

Tampoco podemos olvidar que nuestras jóvenes van a volver a una situación poco deseable en el sentido de que van a tener que dar explicaciones a sus padres, madres o personas tutoras de su situación, incluso en los supuestos en que su embarazo pueda ser provocado por agresiones sexuales de esos mismos padres o tutores, lo cual puede resultar catastrófico para ellas, pero al parecer a este (des)gobierno, ese tipo de situaciones no le importa nada.

¿Y qué decir de los supuestos de malformación de los fetos? Pues que, al parecer, tampoco importarán y se condenará a toda la familia en aras a esa ideología ultracatólica, misógina, reaccionaria que nos impone Ruíz Gallardón.

Y todo ello aderezado con la intención de llevarnos a las mujeres, de nuevo, a una situación de sometimiento y de tutela por parte de personas extrañas a nuestro entorno que han de decidir por nosotras y han de autorizar si podemos o no ejercer nuestros derecho humanos en condiciones de igualdad y equidad con respecto a los hombres.
Impedir el ejercicio pleno de nuestros derechos humanos (y el derecho a nuestra salud integral lo es) debería quedar excluido de la potestad de legislar. Pero por lo visto quienes ostentan el poder no lo ven así y, en su cada vez más autoritaria de entender la democracia, quieren imponernos su modelo de mujer, familia y sociedad. Un modelo contra el cual lucharon y perdieron la vida muchas personas en aras al derecho ser personas plenas en todos los sentidos, incluido el derecho a elegir ser madres o no.

Con esta contrarreforma, el gobierno nos equipara a las madres mamíferas de las especies animales a quienes se les fuerza a maternidades impuestas para una reproducción comercial. En nuestro caso, seguramente será por causas menos confesables, pero los métodos utilizados, siguen siendo los mismos: la total falta de libertad para elegir y por ende, el recorte de nuestras libertades como mujeres libres que somos.

Y, desde aquí les acuso públicamente de atentar contra los derechos humanos de más de la mitad de la población que somos las mujeres. Son claramente culpables de la merma de nuestras libertades y eso, les pasará factura. Las mujeres les pasaremos factura y creo que será más pronto de lo que imaginan. Pese a este (des)gobierno, ben cordialmente.

Foto: Archivo AmecoPress. 

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