Grupos opositores enfrentan 90 acciones jurídicas; se buscará suprimir esos cultivos y de soya, dicen
Integrantes de la organización Sin Maíz no hay País, durante un acto en
el Zócalo de la ciudad de México, en el que anunciaron la creación del
Día del Maíz; se manifestaron en favor de la soberanía alimentaria y
contra los transgénicosFoto Jose Carlo González/ Archivo
La
batalla emprendida por México para impedir la siembra de maíz
transgénico cumplió 18 años. Los grupos que se oponen a la producción
enfrentan 90 acciones jurídicas –entre amparos y apelaciones–
interpuestas por empresas promotoras de la biotecnología agrícola, la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) y, durante el próximo año,
seguiremos tejiendo la resistencia, dijo Adelita San Vicente, de Semillas de Vida.
Para los integrantes de Sin Maíz no Hay País, seguir deteniendo la siembra de maíz genéticamente modificado es un gran triunfo; esto continuará porque la razón nos asiste. La batalla es por la suspensión definitiva de esos cultivos, así como de la soya transgénica. El caso ya está en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el dictamen del Tribunal Permanente de los Pueblos TTP) es un aliento para continuar exigiendo la suspensión definitiva de la siembra de maíz transgénico en todas sus fases.
En noviembre, el TTP capítulo México, pidió en un dictamen a la
Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
defender a México como centro de origen del maíz y los derechos de los
campesinos; exigió a la Organización Mundial de la Propiedad
Intelectual abstenerse de demandar propiedad intelectual sobre plantas,
animales o cualquier ser vivo, y solicitó al Convenio sobre Diversidad
Biológica convoque a la comunidad internacional para que garantice la
integridad de los centros de origen y diversidad genética de los
cultivos y derechos de las comunidades indígenas, campesinas y locales.
Sigue vigente la medida precautoria contra la siembra de maíz
transgénico dictada por el juzgado décimo de distrito en octubre de
2013, pues en agosto de este año el décimo tribunal colegiado en
materia civil desechó el amparo que interpuso la empresa Syngenta.
La lucha de los campesinos por la reapropiación de las semillas
criollas del maíz, y en defensa de las del frijol, calabaza, entre
otros cultivos, seguirá como una de las acciones principales del grupo,
acotó San Vicente.
México debe sembrarlo
En tanto, Alejandro Monteagudo, director de Agro Bio México, afirmó que se espera que en 2015
México se atreva a sumarse a los 27 países que siembran maíz genéticamente modificado, entre otros cultivos. Sostuvo que de otorgarse los permisos de siembra comercial
no significará que el país se vea cubierto de inmediato con ese tipo de cultivo; la adopción será gradual y finalmente serán los productores quienes decidan si la tecnología es útil.
Las empresas, agregó, han entregado a la autoridad toda la información requerida.
Sabemos que los procesos (jurídicos) son largos; somos respetuosos de los tiempos del Poder Judicial, pero esperamos que la resolución sea lo antes posible para retomar la siembra experimental y piloto, y avanzar en la siembra comercial del grano en el norte del país, donde se empezó a sembrar hace más de cuatro años, y posteriormente pensar en otras regiones.
Respecto al impulso que da la Sagarpa a la siembra de maíz amarillo,
comentó que el país importa 90 por ciento de dicho tipo de grano –entre
8 y 10 millones de toneladas anuales de Estados Unidos, cuya producción
es transgénica– por lo que “las condiciones y circunstancias favorecen
la siembra de maíz genéticamente modificado; el país lo requiere y los
productores lo exigen.
El gobierno federal ha trabajado en la legislación correspondiente y nosotros hacemos nuestra parte; lo que ha detenido las siembras en la restricción legal y por eso esperamos que pronto se levante. Estamos convenci- dos de que esto es sólo cuestión de tiempo, pues las evidencias y las pruebas de organismos nacionales e internacionales, autoridades agrícolas y ambientales en México y el mundo coincidenen favor de los cultivos transgénicos.
México tiene características particulares, como ser centro de origen del maíz, y de eso
debemos sentirnos orgullosos, pero estamos convencidos de que el marco regulatorio existente nos permite avanzar en la siembra de maíz transgénico, sostuvo.
Matilde Pérez U.
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de diciembre de 2014, p. 17
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