Adital
«Esta crónica la dedico a las camaradas Mariana
Páez y Gladys Martínez, comandantes farianas que ofrendaron sus vidas
por hacer posible el sueño de Paz que ahora pretendemos abrazar»
Desde tempranas horas del día 15 de
diciembre de 2014 se publicó en las paginas web de las FARC-EP dos
documentos dedicados a resaltar la importancia del encuentro en la
capital cubana entre representantes de organizaciones sociales de
mujeres y la Sub-comisión de Género de la Mesa de Conversaciones.
Al
encuentro asistieron también, los plenipotenciarios en cabeza de
Humberto de la Calle e Iván Márquez y demás mujeres de las delegaciones
del gobierno y de las FARC-EP.
Victoria
Sandino por la insurgencia y María Paulina Riveros por el gobierno,
fueron las encargadas de dirigir el evento que empezó a las 9 AM con la
presentación de las invitadas y tuvo lugar en el Salón de Protocolo del
Laguito.
Olga
Amparo Sánchez en representación de Casa de la Mujer, Ana Elsa Rojas de
la Organización de Mujeres por la Paz, María Gallego, Ángela Cerón y
Claudia Mejía representantes de la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz y
Patricia Ariza, de la Corporación Colombiana de Teatro, conforman este
importante grupo de mujeres que viajó a La Habana para aportar, desde
su visión de país, a la construcción de un acuerdo final que contenga
un verdadero enfoque de género en la orientación de sus propósitos.
Los
jefes de las delegaciones de Paz saludaron el encuentro y en nombre de
sus representados, dieron la bienvenida a las participantes.
"Este
es un acontecimiento inédito”, dijo Humberto de la Calle en un tono
amable y tranquilo, pasando a continuación a resaltar el hecho de que
es la primera vez en el mundo, que un proceso de paz coloca el tema de
las víctimas, la preocupación por el acento de género y el protagonismo
de la mujer en un primer plano.
Sus
reflexiones rigurosas cargadas de contenido histórico y filosófico, de
manera crítica, indicaron la forma como durante muchos siglos la mujer
había sido relegada y sobre-explotada, concluyendo en la necesidad que
existe de lograr la reivindicación plena de los derechos no solamente
de las mujeres sino también de la población LGTBI, a partir del
reconocimiento de la diversidad como aspecto esencial para hacernos más
humanos.
Iván
Márquez por su parte, comenzó citando al apóstol José Martí cuando dijo
"Ante las mujeres americanas se puede hablar sin miedo de la libertad”.
A continuación y luego de saludar con nombre propio a cada una de las
invitadas, dedicó una hermosa pieza literaria de reivindicación
bolivariana del papel de la mujer en nuestra historia, retomando la
prosa poética del escritor colombiano Juvenal Herrera.
Refiriéndose
a la presencia heroica de la mujer en la gesta de la independencia, nos
trajo a la memoria a Gaitanas, Policarpas y Manuelas hasta adentrarse
en la luchas del siglo XX que vibraron con la presencia de María Cano y
Yira Castro.
Puso
de presente las raíces profundas que tiene la resistencia de quienes
hoy, como desplazadas, como dolientes de la guerra y guerrilleras, como
campesinas y obreras, como estudiantes, entre otras, se han jugado o se
juegan la vida por librar a nuestro país de la trágica confrontación a
la que nos han sometido quienes gobiernan con políticas injustas y
mezquinas.
El
jefe de nuestra delegación terminó su intervención subrayando que
"Colombia está en deuda con sus mujeres, por haber padecido ellas el
conflicto social y armado interno más intensamente que el resto de la
nación. Ustedes más que nadie son sujetos políticos y sociales de
transformación y construcción de la nueva Colombia en Paz. Durante el
conflicto las mujeres han sido luchadoras, resistentes, combatientes,
trabajadoras, madres y cabeza de familia, lideresas comunitarias,
sociales y políticas, las principales articuladoras para reconstruir y
transformar un tejido social, constantemente atacado y debilitado por
el Estado y las oligarquías colombianas”.
Si,
reconstruir el país, reconstruir la esperanza, es el papel que las
FARC-EP creen deberán seguir jugando las mujeres colombianas como
protagonistas fundamentales del devenir de la patria.
Casi
en consonancia con estos sentimientos de las delegaciones que hoy
dialogan en la Habana se expresó cada una de las invitadas; insistiendo
eso sí, en que las palabras deben concretarse en hechos, en políticas
ciertas que muestren al mundo que la paz será, logrando una Colombia
diferente, inclusiva, democrática, a partir de un acuerdo en cuya
construcción también la mujer haya tenido una participación activa.
El
protagonismo de la mujer no debe aplazarse para después de la firma de
un acuerdo; ese protagonismo debe ser desde ya, es ahora. Es necesario
resaltar que todas abogaron por el cese del fuego y las hostilidades y
porque nadie se levante de la Mesa hasta lograr el sueño colectivo de
la reconciliación de los colombianos.
"Nos
declaramos insumisas contra la guerra” dijo una de las participantes.
Otra dijo: "Las mujeres colombianas los hacemos responsables de no
pararse de la Mesa”; "Que estos planteamientos sean tomados en cuenta
con mucha seriedad”. Frases como estas, quedaron resonando en la mente
y en el corazón de los asistentes, y con ese eco de la concordia
partieron a cumplir con las tareas que significa un compromiso de
semejante dimensión.
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