Aportan una perspectiva nacional y universal, señala el ex rector de la UNAM
Pablo González Casanova, durante el Curso de Investigación y Docencia
sobre Desarrollo Sustentable, el cual se lleva a cabo en el Instituto
de Investigaciones Sociales de la UNAMFoto José Antonio López
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de noviembre de 2013, p. 10
Las
comunidades originarias de México y América Latina, en particular la
organización autónoma de los pueblos zapatistas, están redefiniendo el
mundo a partir de sus posiciones, pero no mediante un aldeismo o
indianismo, sino con una perspectiva nacional y universal, aseveró
Pablo González Casanova, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM).
En ese contexto, el académico –quien en 2011 fue investido por la UNAM con un doctorado honoris causa– enfatizó que el zapatismo es el proyecto
que viene desde abajomás avanzando tanto en el continente como a escala mundial. Esta forma de organización, planteó, invita no a rehacer, sino a construir un mundo nuevo.
En entrevista, manifestó que la idea de estas actividades es que participen los investigadores, pero también los investigados,
ya que no son cosas sino personas que nos dicen cuáles son sus problemas y, a veces, cuáles son las soluciones. El objetivo del curso es que se replique en otros países de habla hispana e inclusive en Brasil o Portugal. Además –siguiendo los estatutos de la UNAM–, que pueda convertirse en especialidad en los posgrados universitarios y, eventualmente, en una maestría.
En
una de las dos sesiones realizadas ayer, Gilberto López y Rivas habló
sobre los sistemas de autogobierno autónomos de las comunidades
indígenas y destacó la organización horizontal en la toma de decisiones
del zapatismo.
Indicó que la situación casi de catástrofe nacional que se vive en el país obliga a que surja
La organización zapatista, dijo, ha conformado a los individuos en sujetos autónomos que imprimen un aspecto comunitario en un contexto global, en el que impera el individualismo y se intenta erradicar el apoyo y la solidaridad. Ello, pese a que se da en un contexto de contrainsurgencia y cerco político-militar.
Algunas innovaciones de esa forma de autogobernarse es la horizontalidad para tomar decisiones y la relevancia de la participación de los jóvenes y las mujeres. Además, añadió, los zapatistas no muestran esta estrategia como algo idílico o único, sino como una forma más de organización.
En la sesión previa, Mariana Mora, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, se refirió a los procesos de cooperación entre las comunidades. En particular, habló sobre los municipios autónomos zapatistas.
Indicó que la situación casi de catástrofe nacional que se vive en el país obliga a que surja
una academia comprometida a encontrar caminos para salir de la caverna en que nos han metido los neoliberales. En ese sentido, subrayó que los pueblos originarios han resistido de manera sistemática la violencia y trasnacionalización del neoliberalismo.
La organización zapatista, dijo, ha conformado a los individuos en sujetos autónomos que imprimen un aspecto comunitario en un contexto global, en el que impera el individualismo y se intenta erradicar el apoyo y la solidaridad. Ello, pese a que se da en un contexto de contrainsurgencia y cerco político-militar.
Algunas innovaciones de esa forma de autogobernarse es la horizontalidad para tomar decisiones y la relevancia de la participación de los jóvenes y las mujeres. Además, añadió, los zapatistas no muestran esta estrategia como algo idílico o único, sino como una forma más de organización.
En la sesión previa, Mariana Mora, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, se refirió a los procesos de cooperación entre las comunidades. En particular, habló sobre los municipios autónomos zapatistas.
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