Ella decidió formar parte de la lucha magisterial, ya que tomó
conciencia de que la llamada Reforma Educativa es en realidad una
reforma laboral que atenta contra los derechos laborales de las y los
docentes de México.
Neyda Pat Dzul es profesora yucateca de
nivel primaria dentro del sistema de educación indígena, hasta hace
unas semanas laboraba en la primaria “Eligio Ancona” del municipio de
Ticul, Yucatán. Ella decidió formar parte de la lucha magisterial, ya
que tomó conciencia de que la llamada Reforma Educativa es en realidad
una reforma laboral que atenta contra los derechos laborales de las y
los docentes de México.
Como parte del Comité Único de Lucha
Magisterial de Yucatán (CULMY) , acudió el día 5 de noviembre de 2013 a
la Comisión Única de Negociación con el Gobierno Federal, en la Ciudad
de México, en la cual participan
estados que representa la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE). Para poder asistir, Pat Dzul le pidió permiso a su
directora, la profesora Margarita Carrillo Chablé, quien por principio
no se opuso, el procedimiento que Pat Dzul siguió fue el de “usos y
costumbres” que avala el sistema indígena. Incluso el director de dicho
sistema, Santiago Arellano Tuz, estuvo de acuerdo. La única condición
fue que debía buscar un suplente.
El día 13 de noviembre, cuando se
reincorpora a sus labores, Carrillo Chablé le entregó a Pat Dzul el
Acta de Abandono con lo cual fue separada de su puesto como profesora
con plaza. En ese momento le piden que abandone el grupo, sin embargo,
Pat Dzul contestó que no podía dejar solos a los alumnos ya que son
niños de primer grado de primaria. Al día siguiente se presentó a
trabajar y nuevamente le pidieron que abandone el grupo, y ese mismo
día le indicaron que si vuelve a presentarse en la escuela llamarían a
la fuerza pública para desalojarla, ya que quedaba fuera del sistema de
educación, es decir, le revocaron la plaza.
Ante esta situación, buscó el diálogo
con Arellano Tuz pero no encontró respuesta favorable, por su parte la
Sección 33 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para
el cual cotiza Pat Dzul, tampoco ha dado una respuesta.
A raíz de este despido arbitrario, se
iniciaron movilizaciones en solidaridad con Pat Dzul. El miércoles 20
de noviembre se realizó un plantón frente a Palacio de Gobierno donde
no solo estuvieron presentes maestros y maestras del CULMY, sino
también otras organizaciones como la de Jubilados y Pensionados de
Yucatán. En este plantón pidió diálogo con el gobierno pero la única
respuesta que obtuvo fue que la ley se había aplicado.
El pasado viernes 22 de noviembre, se
organizó otro plantón pero en las oficinas de la Secretaría de
Educación Pública. Pat Dzul acudió respaldada por cientos de docentes
buscando de nueva cuenta el diálogo; después de varias horas le dicen
que podía ingresar al edificio de la SEP, pero cuando intentó entrar
fue acorralada por 6 guardias e incluso fue agredida físicamente por
uno de ellos.
Ese mismo día el plantón se instaló
frente al Palacio de Gobierno, donde armaron un campamento donde
pasaron la noche del viernes 22 y sábado 23. En este campamento se
sumaron profesores y profesoras de Campeche y Quintana Roo para
respaldar a Pat Dzul y para reafirmar la unidad como península. Desde
que se instaló el campamento, empezó el despliegue policiaco y la
presencia de las llamadas “orejas” del gobierno. Incluso, el sábado 23,
se dieron varias alertas de desalojo y un convoy con 7 vehículos
repletos de granaderos dieron vueltas alrededor del campamento, el cual
en todo momento fue pacífico, en actitud intimidatoria.
Desde el primer momento del campamento,
Pat Dzul buscó el diálogo con el gobierno, la recibieron la noche del
22 sin que hubiera respuesta concreta y el día 23 no la quisieron
recibir a pesar de que varias veces pidió dialogar.
Castigada por ser mujer indígena que se atrevió a luchar
Neyda Pat Dzul se asume así misma como
mujer maya, por lo que ella considera que este golpe que recibió se
debe no solo a que se atrevió a luchar contra la reforma educativa,
sino también por ser una mujer indígena. De acuerdo a sus palabras “es
una lucha de género”, la castigan por no ser pasiva y obediente, como
se supone deben ser las mujeres de acuerdo al sistema patriarcal.
Como mujer trabajadora, Pat Dzul tiene
a su cargo la manutención de sus 3 hijas y de su mamá. Ella le ha
explicado a sus hijas, que como mujer es su deber luchar por lo que es
correcto, que deben seguir adelante a pesar de represión que puedan
sufrir, que tienen que luchar por sus ideales y por un país libre.
Pat Dzul considera que las mujeres
trabajadoras deben estar unidad en la defensa de sus derechos, y que
tienen la capacidad de desenvolverse en cualquier ámbito de la vida
pública.
En este momento, Pat Dzul está decidida
a seguir luchando por la reinstalación en su puesto de trabajo y la
recuperación de sus derechos laborales y por demostrar que la lucha
magisterial es la correcta.
Pat Dzul también considera que las reformas estructurales de la Presidencia y el Pacto por México
representan un retroceso en los derechos humanos más básicos de las y
los mexicanos, y por lo tanto la ciudadanía debe estar unida para
poder defenderse.
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